Granada

El Gobierno quitará el permiso para recetar a 2.600 enfermeros

  • Un nuevo Real Decreto anula la prescripción enfermera, que en Andalucía se realiza desde 2009

En Andalucía los enfermeros están autorizados a prescribir (recetar) medicamentos que no estén sujetos a receta médica, determinados productos sanitarios y un catálogo variado de indicaciones. Desde 2009 la Junta de Andalucía autorizó la prescripción enfermera para facilitar el trabajo diario de miles de profesionales y mejorar la atención al paciente. Ahora, el Gobierno, en un cambio de última hora, va a prohibir esa autorización en un nuevo Real Decreto aprobado ya por el Consejo de Ministros y pendiente de publicación en el BOE. Una norma que, al ser de rango superior, anulará el permiso del que ya disfrutan los enfermeros andaluces.

En Granada esta decisión tendrá una consecuencia directa sobre 2.600 enfermeros. Estos son los que en la actualidad están acreditados por el SAS (desde Salud se exige una acreditación previa para poder prescribir) para poder realizar esa actividad de los 5.000 enfermeros que trabajan en la provincia de Granada. Según el presidente del Colegio de Enfermería de Granada, Jacinto Escobar, sólo en el primer cuatrimestre de este año los enfermeros granadinos han realizado 1.400.000 prescripciones, con un coste de medio millón de euros.

Según denunciaron ayer tanto el Colegio de Enfermería como el Sindicato de Enfermería Satse, los profesionales ya "no podrán usar ni indicar a sus pacientes medicamentos sujetos a prescripción médica sin la previa receta del médico". Es decir, que el nuevo Real Decreto vuelve a reducir la autorización a la prescripción a médicos, odontólogos y podólogos. Así, los enfermeros tendrán que tener de nuevo la autorización médica para cada indicación al paciente, retrocediendo en el derecho conseguido desde hace ocho años en Andalucía. Y esto afectará directamente al paciente y también a los médicos, que verán de nuevo sobrecargada su jornada laboral. Porque uno de los objetivos de la prescripción enfermera es facilitar la asistencia al paciente en procesos atendidos directamente por los enfermeros (vacunas, atención domiciliaria, productos para pacientes crónicos) ya que agilizaría su atención y reduciría, también la demanda asistencial a los médicos.

Un ejemplo son las vacunas. En el caso de la vacuna de la gripe, por ejemplo, es el enfermero el que la prescribe y la pone en casos normales. Ahora todos los que se vacunen tendrán que pasar antes por la consulta del médico, lo que "conllevará más espera, consultas y más gestiones".

Según Jacinto Escobar, presidente del Colegio de Enfermería de Granada y José Sánchez, secretario provincial de Satse, "el Ministerio de Sanidad ha traicionado y engañado a la profesión enfermera al modificar, en el último momento, el texto del Real Decreto de prescripción enfermera que había acordado con la Mesa de la Profesión Enfermera y aprobar, finalmente, una normativa que deteriora la calidad asistencial que se ofrece a los ciudadanos". Lo que denuncian es que el Real Decreto ha incluido hasta el último momento la prescripción enfermera, texto que había recibido el visto bueno de, entre otros, el Consejo Interterritorial de Salud y el Consultivo. Pero el último día antes de su aprobación "se modificó unilateralmente" anulando la prescripción.

Según el colectivo, esta situación va a obligar a los enfermeros a llevar a cabo una "huelga competencial" ya que no es un conflicto laboral sino de competencias. Es decir, los enfermeros harán estrictamente el trabajo para el que están autorizados con el nuevo texto, lo que saturará el trabajo médico y sus consultas. Según defienden, esa prescripción en ningún momento invade competencias ya que lo que pueden prescribir son fármacos no sujetos a receta (como el paracetamol, por ejemplo, que cualquiera puede comprar en una farmacia de forma libre), productos sanitarios para curas, como pomadas antibióticas, y en el caso de que un paciente necesite algo más siempre el profesional enfermero consulta al médico, por lo que no hay conflicto. En los hospitales también se prohibirá que los enfermeros actúen de forma autónoma ante un tratamiento para el dolor o la fiebre, por ejemplo, lo que afectará a la atención.

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