Granada

Ruido contra el silencio cómplice del machismo

  • Granada exige "ruido democrático" contra los violentos en el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia de Género

Teresa, Gisela, Sandra, Egle, Susana, Hanane, Tamara, Davinia, Francisca, Isabel, Gema, Encarna, María del Águila, María Ángeles, Beatriz, Felicidad, Anka, Laura, Rosario, Dolores, Maryna, Olga, Ogilia, Antonia, Divina, Fuensanta, Almudena, Maimouna, Silvina, Carmen, iris, Concepción, María José, Constantina, Antonia, Elvira, María Isabel, María del Carmen, Eva... Los nombres de las víctimas mortales de la violencia de género resonaron ayer en Granada para dejar claro que se acabó el silencio, que es hora de hacer ruido, un ruido ensordecedor, contra el terrorismo machista que este año ha acabado con la vida de 48 mujeres. La ciudad, la provincia, se llenaron ayer de "ruido democrático" contra el machismo, con acciones de gran carga simbólica en la que cientos de ciudadanos y de colectivos quisieron demostrar su compromiso en la lucha contra la violencia de género.

De lo que se trataba ayer era de hacer ruido con tal de evitar más minutos de silencio. "Hay que romper con el silencio, hay que cambiar de actitud". El director de la Unidad de Igualdad de la Universidad de Granada, Miguel Lorente, explicó ayer que precisamente el mayor "cómplice" de los violentos es el silencio, el "aura de impunidad" de la que se rodean. Así que, contra la actitud "distante, pasiva y silenciosa", se impone el "ruido democrático", el protagonista absoluto de la campaña 'Ni un minuto de silencio' que inició ayer la UGR y que quiere extender en el tiempo. "Lo de hoy es un primer paso. Queremos que se divulgue el ruido y que se reproduzca en otros lugares", indicó Lorente.

Justo antes de que la Plaza de la Universidad fuera un clamor de pitidos y bocinazos contra la violencia de género, la rectora de la UGR, Pilar Aranda, leyó el manifiesto de la iniciativa, que quiere visibilizar durante todo el año, y no sólo el 25-N, la lucha contra el maltrato y el feminicidio. "La violencia de género ha venido amparada por el silencio de quien oía y callaba, por el dolor de quien la sufría y era silenciada, por la impotencia de quien hablaba y no era creída", indicó la rectora, que aseguró que "el silencio mata más que los golpes", que es el "ruido de fondo del machismo y su violencia", y que contra él sólo puede luchar el "ruido" de la convivencia.

"Vamos a cambiar el silencio por palabras, la ausencia por presencia, la pasividad por acción, la distancia por cercanía. Os pedimos que no os calléis, que participéis en cada momento, que los violentos no utilicen vuestro silencio como argumento, ni vuestra distancia como razón".

Tampoco hubo silencio en las calles del centro. En la plaza Isabel la Católica, en Reyes Católicos, en Puerta Real y en la Fuente de las Batallas resonaron las voces de las cientos de personas -más mujeres que hombres, todavía- que se sumaron a la manifestación central organizada por la Plataforma 25 de Noviembre de Granada. El movimiento feminista, acompañado de partidos políticos (PSOE e IU portaban su propia pancarta), instituciones (allí estaba la Delegación de Igualdad de la Junta de Andalucía), sindicatos y organizaciones sociales tomó las calles para reivindicar la erradicación del machismo y de la violencia que genera. "¡Quien ama no mata, ni humilla, ni maltrata!". Las proclamas que corearon los participantes en la manifestación, una de las más numerosas de los últimos años debido a las alarmantes cifras de la violencia contra las mujeres, también dejaron claro que "ninguna agresión debe quedar sin respuesta", y que esa respuesta debe ser todo lo 'escandalosa' que sea posible.

María José Hernández, portavoz de la Plataforma 25-N, indicó que la principal función del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer es sensibilizar a la población y convencerla de que no se trata de un mal que afecta solo a las mujeres, sino que implica a toda la sociedad. "En los últimos diez años 1.075 hombres han asesinado a otras tantas mujeres y han dejado huérfanos a infinidad de niños y niñas. La sociedad se tiene que concienciar de todo esto", indicó la portavoz de la Plataforma. Entre las reivindicaciones, una centra: la firma de un Pacto de Estado contra la Violencia de Género, que se dote de medidas y recursos y que incluya tanto la violencia que ejerce la pareja o ex pareja como las agresiones sexuales, el acoso sexual en el ámbito laboral, la trata con fines de explotación sexual o laboral y todas las violencias machistas.

La marcha feminista llegó a las 19:00 horas a la Fuente de las Batallas, donde continuó con los actos reivindicativos. A la lectura del manifiesto se sumó la lectura de cada uno de los nombres de las víctimas del horror machista, con los que formaron un enorme lazo blanco. Tras la performance 'Women in black' -en la que un grupo de mujeres vestidas de negro, como la muerte, representaron a las cientos de víctimas de la violencia de género tumbadas en el suelo alrededor del lazo blanco-, también hubo un minuto de ruido contra el machismo.

En la jornada de ayer hubo ruido real y ruido simbólico. La Carrera de la Virgen se llenó de un extremo a otro de zapatos rojos, un par por cada víctima de la violencia. El silencio atronador de los pasos que ya no darán quienes han muerto a manos del machismo era sobrecogedor. La instalación artística de Aministía Internacional, que reproduce la obra de la mexicana Elina Chauvet, fue una de las iniciativas de mayor calado de las que se organizaron ayer en la capital. Entre las dos hileras de pares de zapatos -rojos como el color de la violencia, de la agresión y de la lucha-, los voluntarios de Aministía Internacional colocaron carteles con los últimos casos mortales de violencia de género. Su brevedad -apenas aparecía el nombre de la víctima, su asesino y la forma en la que le fue sesgada la vida- hacía todavía más duro el paseo por una Carrera de la Virgen que, pese a los villancicos que ya sonaban en los locales comerciales, transmitía con crudeza todo el horror de la violencia de género.

La veintena de voluntarios de Amnistía Internacional, además, repartieron a los viandantes cientos de tarjetas con los nombres de las víctimas, para que uno a uno los fueran colocando debajo de los zapatos que ya nunca se pondrían. Quizá el momento más duro de la tarde fue cuando una de las participantes anónimas reconoció el nombre de su propia madre, que colocó emocionada bajo un par de zapatos.

Ángeles Giménez, coordinadora de Amnistía Internacional, confirmó que el millar de pares de zapatos que 'tomaron' ayer el céntrico paseo granadino tenían por objetivo "visibilizar el feminicidio", así como manifestar las "ausencias y los retrocesos en la protección de las víctimas".

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