Granada

Unas 'Meninas' para el taller de Vimaambi

  • El pintor, escultor y fotoperiodista Jesús García Hinchado expone una selección de sus cuadros a partir del 4 de diciembre en el Taller de Arte del Albaicín

Al final de la empedrada Cuesta de San Gregorio, en pleno Albaicín granadino, hay un pequeño café con mesas al sol, un lugar agradable que invita a conversar mientras la gente pasea concentrada en no perderse por los rincones de un barrio declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. A escasos metros hay un taller de arte llamado Vimaambi. El encuentro con el artistas Jesús García Hinchado, afincado en Granada pero nacido en Sevilla, arranca en la soleada terraza y culmina en el pintoresco taller, donde expondrá en diciembre algunos de sus extraordinarios cuadros .

A García Hinchado, sobrino del reconocido escultor extremeño José Luis Hinchado Morales, sus impulsos creadores le van marcando el camino y no ha podido elegir un escenario más adecuado para alimentar la inspiración que el Albaicín, donde ubicó hace tiempo su residencia y taller. Esculpe y pinta. Es también fotoperiodista. Ha trabajado siete años y medio para diversos medios , entre ellos El Mundo, captando una realidad, la informativa, que nunca ha dejado de lado, pese a que ahora dedica casi todo su tiempo a sus enigmáticos pinceles y materiales.

Desde muy pequeño coqueteó con el arte de una forma privilegiada. Sus padres lo llevaban a la Carbonería, en Sevilla, donde tuvo la oportunidad de conocer a muchos artistas, escritores y músicos. Tras pasar unos años en Lugo, aterrizó en Granada, donde hizo bachillerato en la Escuela de Artes y Oficios, cursó un año de Historia del Arte y ha acabado la carrera de Bellas Artes. El mes que viene cumplirá 27 años y una de sus últimas escalas en su peregrinaje por la vida ha sido Sicilia, donde conoció a la escultora argentina Mélida Mendoza, con la que ideó y materializó una escultura de grandes dimensiones "muy ambiciosa". Se trataba de una caja de un metro y medio por un metro y medio, y un metro de altura, totalmente opaca y con una pequeña ventanilla en la parte inferior. A través de ella se veía una proyección en el suelo. La obra estuvo suspendida de una de las estancias del Palacio de Santa Rosalía y escondía en su interior 1.500 plantas de albahaca vivas.

El artista se marchó a Sicilia "sobre todo por la escultura", explica, mientras recalca "lo suculento" que es un lugar como Palermo para profundizar en la imagen. "Es como Andalucía hace cien años", describe. Allí hubo "un antes y un después" para él a la hora de afrontar el temor ante la dificultad de vivir ahora mismo del arte. "Estaba solo y decidí centrarme en aquella realidad tan injusta", señala al tiempo que evoca las estampas de un enclave donde "la corrupción ha ganado todo y la mafia está muy presente".

Allí, en Sicilia, se dio cuenta de que quería desarrollarse como artista y "hacer un experimento propio", dejando atrás todo lo aprendido como fotoperiodista, pero sin desprenderse nunca de su cámara. Su objetivo descansa de hecho sobre la mesa durante la entrevista que concede a la periodista, en la que desvela algunos detalles de las obras que ultima para que cuelguen de los muros blanqueados de Vimaambi.

Vimaambi es un recinto lleno de historia, que regenta Vicente Biarnés y que rezuma cultura. El espacio es reducido, pero sus paredes permiten desplegar el arte de autores que como García Hinchado se abren camino en un difícil mundo en el que sobresalir es cosa de uno y brillar depende de otros. "Uno de los cuadros será un tríptico que representa Las Meninas de Velázquez, pero con un estilo que bebe mucho del constructivismo y del cubismo", explica el autor. Pronto trasladará esa y otras obras de su estudio hasta el taller que Biarnés fundó en 1992 junto con el pintor Miguel Lara, el pianista David Lenker, María de los Ángeles Acosta Molina, el grabador Joaquín Martínez Albaracín y el ya fallecido y afamado artista japonés Yasumasa Toshima. "Esto es el portal del poeta y todo el que tiene un poco de inquietud tarde o temprano pasa por aquí y le llama la atención, porque es un sitio especial", comenta Biarnés, para quien su próximo huésped artístico tiene mucho talento y futuro. "Este sitio es muy importante para los artistas jóvenes como él, para enseñar su trabajo, porque esta es una calle con mucho paso y es como un escaparate", afirma.

A García Hinchado le fascina "respetar la naturaleza de los materiales, su nobleza". Su inspiración siempre ha estado en las cosas que le han rodeado, pero en los últimos años ha llegado a la conclusión de que "una sobreexposición a la información no te tiene por qué dar mejores decisiones; la intuición no necesita de un exceso de información, se rige por su propia lógica y muchas veces el tener menos se traduce en producir más, sobre todo en el mundo del arte". Por eso, él va buscando ese menos es más. "Yo creo que ahora mismo estoy haciendo una especie de criba de tantas influencias que tengo", comenta el artista. Paula Rego, Picasso o Joaquín Torres García son algunos de los artistas que le maravillan.

En su muestra solo habrá pintura, aunque en realidad ahora está más dedicado a la escultura. La última pieza que expuso fue hace un par de meses en La Noche en Blanco de Badajoz. Se trató de una fundición de bronce a modo de "elogio" a su trayectoria como fotógrafo. Se le había roto un objetivo, un 50 milímetros, y con una radial lo abrió, le quitó el cristal delantero y lo montó en corcho blanco. En la fundición engarzó el cristal sin que se rompiese, algo casi imposible. En total, pese a su juventud, tendrá ya unas 50 esculturas, realizadas sobre todo en metal y piedra.

En los cuadros que exhibirá en la exposición de Vimaambi, cuya inauguración está prevista para el 4 de diciembre, el público encontrará una pintura "arriesgada y yo creo -añade- que honesta". Serán en su mayoría lienzos fabricados por él, "a la antigua usanza, con cola de conejo, que son ligamentos de animales hervidos y con telas de lino y loneta compradas". Alternará obras de gran formato con otras más pequeñas e incluirá también alguna pintura ajena, concretamente de Martina, una antropóloga también sumergida en el arte y con una especial atracción por las sillas. "La técnica es óleo, aunque mezclo de todo", avanza el artista, que recuerda "la falta de recursos que en general tienen los jóvenes".

Al sevillano no le faltan planes de futuro. Lo próximo será un libro de fotografía con imágenes propias de Palermo, Granada y Tánger. Además, tiene entre manos un proyecto que, si todo sale como espera, le llevará cuatro meses a La Habana (Cuba). Luego regresará a la ciudad de la Alhambra, de la que opina que "de bonita es obscena".

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