Granada

Las Casas de los Miradores

  • Hubo en la Plaza de Bibarrambla dos Casas de los Miradores que ardieron en el mismo mes y día El Ayuntamiento lo hizo en el año 1879 y el Palacio Arzobispal en 1982

La Plaza de Bibarrambla, llamada durante buena parte del siglo XIX Plaza de la Constitución, por su etimología árabe significa Rambla del Arenal; estaba ocupada por los arrastres del cercano río Darro. Así lo comenta Bermúdez de Pedraza en su obra Historia Eclesiástica de Granada en 1639 y así lo repiten las guías. Poco queda por decir tras leer la Guía Didáctica del pintor Manuel Ruíz titulada La Plaza de Bib-rambla y su entorno (2008).

Era un espacio céntrico y atractivo desde que en el siglo XVI se pudo alinear una gran plaza suficiente para que sirviera no solo de desahogo urbano moderno sino de escenario de fiestas, juegos y demás eventos públicos tanto civiles como religiosos. Medía 600 pies de largo por 180 de ancho, según la medición que en su día hizo el humanista italiano Lucio Marineo Sículo en su obra sobre Los Reyes Católicos; mantenía a su alrededor el Hospital de San Sebastián, la Alcaicería, la Pescadería y la Carnicería y se accedía por las puertas de las Cucharas y las Orejas. Avanzado el siglo XVI y en los siguientes la plaza se fue remodelando y dotando de edificios edilicios; uno de ellos sería la llamada Casa de los Miradores, sede del Cabildo granadino, antiguo Ayuntamiento, además de otras dependencias civiles. En la bibliografía referida a esta Casa se asegura que se terminó de construir en 1583; su nombre se debe a las balconadas y galerías que servían de palco para las autoridades que desde allí contemplarían de forma privilegiada las fiestas, juegos, carreras, corridas de toros, autos de fe, ajusticiamientos, etcétera, celebradas en el recinto recién acondicionado. Y así funcionó hasta finales del siglo XIX cuando en diciembre de 1879 un incendio, que algunos aseguran fue provocado, acabó destruyendo el edificio prácticamente entero, salvo la fachada demolida impunemente algo después por estos gobiernos tan listos que hemos tenido en Granada. Y fue una pena porque en su construcción con piedra de Sierra Elvira, se emplearon decoraciones de mármoles verdes traídos del Barranco de San Juan y blancos de Macael, zócalos de mosaicos policromados, pavimentos de alabastro y cubiertas de carpintería mudéjar. Lujosa casa que, aunque sufrió muchas remodelaciones, jamás se debió perder. La describen los documentos como de tres pisos, soportales, arcos sobre pilares, pilastras y medias columnas jónicas y corintias; un balcón corrido servía de palco de autoridades. Hoy viene a coincidir con el espacio ocupado por el Hotel Los Tilos. (Son majestuosos los tilos que adornan la popular plaza que durante años me sirvió de inolvidable patio de juegos).

La otra 'casa mirador' estaría en la acera de enfrente. La balconada de la galería del Palacio arzobispal era igualmente palco especial para que arzobispos y dignidades eclesiásticas contemplaran las fiestas en honor del Corpus Christi que tenían en la Plaza su mejor escenario. También el Palacio Arzobispal y su anexo de la Curia Eclesiástica sufrieron un incendio y curiosamente en el mismo mes y día, el 31 de diciembre pero del año 1982. Parece que la causa fue fortuita; un descuido "en una caseta de juguetes adosada a la fachada", escribía nuestro querido Andrés Cárdenas en Ideal el 2 de enero, instalada cerca de las ventanas de madera de la planta baja. Hubo daños materiales, pérdida de obras de arte y legajos de la biblioteca de la Curia. También en la otra 'casa de los miradores' se perdió el Archivo Notarial.

El fuego en la Plaza de Bibarrambla acabó con miles de libros cuando la quema mandada por el Cardenal Cisneros en 1499. Y unos metros más allá ardió la Alcaicería en 1843. De los incendios del 36, mejor no hablar. Entre llamas y piquetas parte de Granada se fue a pique. Se perdieron las casas y quedaron los 'miradores'

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