Granada

Los okupas se instalan en la colina de la Alhambra

  • Los vecinos del Sacromonte denuncian nuevos asentamientos Los moradores viven en cuevas o tiendas de campaña

La batalla contra los moradores de las cuevas que salpican Granada está mas paralizada que nunca. Desde el último intento de expulsar a los moradores de las cuevas del Cerro de San Miguel, la capital no ha movido ficha para solucionar un problema de vivienda que se extiende ahora a otros puntos de la capital sin tener ningún viso de solución. Así, desde el pasado año, se puede ver cómo la cara norte de la colina de la Alhambra donde se ubica el camino de la Fuente del Avellano está repleta de habitantes que, en cuevas excavadas en la tierra o en tiendas de campaña, están pasando el invierno. Lo hacen en unas condiciones desfavorables, pues en estos puntos que forma parte del bosque integrado en el Plan Alhambra no existen evidentemente tomas de agua ni de luz. Es la vida a la interperie en la cara norte de esta tierra, donde la humedad y la falta de sol no parece un inconveniente.

Los vecinos del Albaicín y del Sacromonte ya pidieron en la Junta Municipal de Distrito del mes de diciembre acabar con estos asentamientos. En concreto, el presidente de la asociación de vecinos del Albaicín, pidió la expulsión de los vecinos de las cuevas de San Miguel y del camino de la Fuente del Avellano. La misma petición que ha hecho el vicepresidente del Sacromonte, Francisco Javier Ballesteros que ha solicitado la expulsión de los moradores de las cuevas del entorno de la fuente que según explica, están empezando a asentarse algo más arriba en la zona del Llano de la Perdiz. "Esta situación se denunció hace un año y nadie hace nada por evitarlo. Hay gente que utiliza las cuevas como escondite y la Policía no pone solución. No son personas que hagan vida en el barrio", explica Ballesteros que ha recibido numerosas quejas de los vecinos del Sacromonte preocupados por estos asentamientos ilegales que con el buen tiempo podrían aumentar. "Hacen fogatas y los vecinos temen que prendan fuego al monte. No sería la primera vez que arde. Además, también hacen ruido porque se ponen con los tambores cada noche", denuncia Ballesteros que explica que son fácilmente visibles desde distintos puntos como la Abadía del Sacromonte. El tema de la suciedad también les preocupa porque acumulan escombro y basura e incluso, han llegado a modificar las cuevas a las que han puesto puertas. Para Ballesteros, esta situación de desamparo institucional ante estos nuevos okupas es un ejemplo más de la situación de abandono que vive el barrio. "El Sacromonte está olvidado. Solo se acuerdan de nosotros en campaña cuando vienen a prometernos cosas. Luego pasan las elecciones y volvemos al mismo punto", remarca Ballesteros.

Así, el vicepresidente pide que se solucione el problema de las cuevas, pero también el resto de peticiones que han hecho desde la asociación para un barrio que pierde cada vez más vecinos.

En los últimos años, el Ayuntamiento de Granada ha hecho importantes actuaciones para expulsar a los moradores de cuevas dada su peligrosidad. El último y más sonado tuvo lugar en el Cerro de San Miguel donde se clausuraron un total de veinte cuevas ante una importante resistencia vecinal. Tan solo cuatro días después, los habitantes desenterraron estas cuevas para volver a vivir en ellas. Ahora, con la proliferación de los asentamientos del Avellano se consolida un nuevo frente.

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