ayer y hoy

josé Luis Delgado

Terremotos con anécdotas en Granada

En el año 365 se quedaron los peces en la arena. El de 1526 asustó a Isabel de Portugal que pasaba aquí su luna de miel. El desastre de 1884 conmovió a España.

LOS terremotos forman parte de nuestra historia; vivimos en "zona de alta peligrosidad sísmica". Algunos son tan antiguos que hay que recurrir a las crónicas de la época y las anécdotas que nos dejan no son precisamente muy agradables. El primero del que se tiene noticia lo describe Amiano Marcelino; fue el 21 de julio del 365 y afectó a las playas de Motril y Almuñécar; retrocedió tanto el agua que los peces se cogían en la arena con las manos. Cuando el agua volvió embravecida lanzaba los barcos contra las casas.

En el año 1431 en que tuvo lugar la Batalla de la Higueruela se produjo el que derribó el Palacio de los Alixares situado en el actual cementerio de San José. Se destrozaron los muros y cayeron las bóvedas. Terremotos y riadas han amenazado siempre al conjunto de la Alhambra y el Generalife.

Uno de los más conocidos fue el del 4 de julio de 1526 cuando disfrutaban su luna de miel en Granada Carlos V e Isabel de Portugal. Dicen que la guapa esposa del emperador tuvo miedo y aceleró su marcha de nuestra ciudad. El movimiento fue tan violento que se cayeron varias torres; la Torre Turpiana se movió tanto que una de sus campanas cayó al suelo. Cundía el pánico porque normalmente todos estos terremotos solían tener réplicas que duraban varios días.

Igualmente curioso fue el temblor que se produjo en 1607 pues, según Henríquez de Jorquera, el año coincidió con un eclipse de sol y otro de luna. Pero más espectacular fue lo ocurrido en septiembre del año 1614; Granada sufrió la tremenda tormenta que cayó sobre El Fargue y las Sierras de Alfacar que hizo desbordar el río Darro anegando las huertas de la vega; al desastre se unieron en octubre cuatro terremotos que atemorizaron a toda la ciudad ya muy asustada del desastre anterior. Duraron los temblores quince días lo que obligó al arzobispo don Pedro González de Mendoza a hacer procesiones y rogativas en la iglesia de San Cecilio. Dicen las crónicas que a raíz de las oraciones cesaron los movimientos.

El más terrible fue el del 13 de noviembre de 1778 a las 8,40 de la mañana que, según la crónica de Tomás Antonio Álvarez, testigo presencial, duró cinco o seis segundos, pero fue tan violento "que pareció querer arrancar de sus cimientos a esta populosa ciudad". Lo más curioso fue que afectó de tal manera a la Casa de Comedias (el Coliseo) que se interpretó como "castigo divino" lo que sirvió de pretexto a la Iglesia para que se prohibieran las representaciones teatrales consideradas deshonestas.

El siglo XIX empezaba con numerosos seísmos que afectaron a la zona de Pinos Puente en 1806. Pero el terremoto más violento ocurrió a las 21 horas del 25 de diciembre de 1884; es conocido como el de Arenas del Rey porque fue allí donde más se sintió llegando a morir más de 1.000 personas y quedando prácticamente destruido el pueblo entero. Sus consecuencias afectaron a la zona de Alhama, Albuñuelas, Zafarraya y alrededores. La visita del rey Alfonso XII nada tiene que ver con que el pueblo se llame Arenas del Rey. El desastre fue de tal magnitud que tanto El Defensor como el Consejo de Ministros abrieron una suscripción para paliar la situación. Y todavía se recuerda en la ciudad con la renovación anual de votos en la Virgen de las Angustias.

En Granada el pánico de la población hizo que la gente se echara a la calle aterrada. ¡Que se hunde la casa!, gritaron los vecinos de la calle Horno de San Jerónimo, según el Defensor de Granada. Los presos se amotinaron y el director de la cárcel tuvo que dejarlos salir a los patios por la noche. El de abril de 1956 en Albolote y el último de noviembre del año pasado en Albuñol nos resultan desgraciadamente más cercanos. Granada se mueve… pero cuando hay terremotos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios