Granada

Los vecinos se plantan contra los okupas de los Cármenes del Triunfo

  • Exigen expulsar a los moradores de la urbanización del Albaicín ante el foco de insalubridad creado en las viviendas abandonadas tras la quiebra de la empresa constructora El Ayuntamiento ya desalojó y limpió en enclave, pero fue reocupado

Los vecinos de la calle Baja de San Ildefonso y Alpargateros Baja no aguantan más. Están cansados de ver como los okupas que residen en los Cármenes del Triunfo, una urbanización de 32 viviendas cuya construcción quedó paralizada durante la crisis, han hecho de este espacio un verdadero foco de insalubridad y están dispuestos a volver a luchar para expulsarlos. La paciencia se les ha agotado después de ver cómo estos incómodos inquilinos encienden hogueras a cualquier hora, realizan sus necesidades por la ventana, venden droga o discuten entre ellos. Un panorama que divisan cada día desde sus ventanas que ahora mantienen cerradas a cal y canto para evitar el hedor que desprende la urbanización que les queda justo enfrente de sus casas.

Este complejo de viviendas empezó a construirse en 2004. Sin embargo, la crisis hizo que la empresa constructora, Leonardo da Vinci, quebrase poco antes de obtener la licencia de primera ocupación con las obras prácticamente finalizadas. Esto motivó que la urbanización se quedara en estado de abandono aunque fue por poco tiempo. Muy pronto, una treintena de okupas invadieron los Cármenes del Triunfo y se instalaran en estas viviendas ante la impotencia de los vecinos del barrio.

Esos primeros inquilinos fueron expulsados en 2013. Lo cuenta una vecina de la zona que, con la presidenta de la asociación de vecinos del Bajo Albaicín, Lola Boloix, fue a hablar con el entonces subdelegado del gobierno, Santiago Pérez, para exigir soluciones inmediatas. En aquel momento, la urbanización ya tenía un administrador concursal.

La Policía Nacional se hizo cargo del desalojo. Por otra parte, el Ayuntamiento decidió limpiar la urbanización de la que se sacaron tres camiones de basura con cerca de 21 toneladas de residuos. Urbanismo, además, realizó una serie de cerramientos por ejecución subsidiaria que nunca cobró y que muy pronto fueron destruidos. Los okupas, tras este primer desalojo, reabrieron la urbanización y se volvieron a instalar en las viviendas.

"Hemos llamado otra vez a la Policía decenas de veces pero nos dicen que no pueden hacer nada. Que hay que ir de nuevo al Juzgado y pasar por todos los procedimientos para desalojar la edificación", destaca esta vecina que dice vivir "asfixiada" ante la imposibilidad de abrir las ventanas en los meses de verano. Ella calcula en la actualidad residen alrededor de treinta personas que por la mañana suelen dormir y por la tarde no dudan en queman sillones para calentarse en invierno o cocinar... con el riesgo de incendio que ello conlleva.

La propia ex concejal de Urbanismo, Isabel Nieto, manifestó el pasado año a este periódico que el Ayuntamiento no podía hacer nada. "Los vecinos tendrán que informarse de si hay un nuevo adjudicatario y pedirle responsabilidades. Si hay okupas el responsable es el propietario de la urbanización".

Más radical se muestra María Extremera. Esta mujer que es propietaria de un piso del entorno que tiene alquilado a una pareja relata que está dispuesta a movilizar a todos los vecinos para exigir una solución inmediata. Según cuenta, ella ya ha puesto multitud de denuncias, sin embargo nadie se hace cargo porque "eso cuesta dinero por lo que la urbanización se ha quedado en el limbo de las propiedades".

Por eso, según Extremera, ha llegado el momento de que las administraciones hagan algo, pues no es de recibo que los propios vecinos estén cambiando sus hábitos de vida diarios por culpa de estos incómodos inquilinos. "Sé de una señora que ha bajado el colchón a otra habitación para dormir por las molestias que generan", expone.

"Esta situación clama el cielo. Yo ya he perdido la noción de en qué situación se encuentra. Voy a ir al Ayuntamiento y a Urbanismo para informarme por qué ahora mismo esto es un lugar muy insalubre y si el propietario no se hace cargo el Ayuntamiento tiene que tener una responsabilidad porque es un solar peligroso y tiene que actuar", relata.

Mientras tanto, los propietarios de las viviendas continúan a la espera de que se desatasque este conflicto para recibir las llaves del que iba a ser su hogar. Uno de ellos, que prefiere no identificarse, explicó que, cuando Leonardo da Vinci quebró, pasó a un administrador concursal que alcanzó un acuerdo con la entidad bancaria que se quedó con aquello. "Tengo constancia de que el pasado uno de junio el BBVA vendió la urbanización a una inmobiliaria, al parecer, del propio banco, explicó este hombre que logró uno de los pisos por una permuta de sus terrenos en este espacio. Ello podría suponer que esta nueva empresa expulse a los moradores y finalice las obras para que los propietarios puedan mudarse a las viviendas. Solo cuatro personas son propietarios al 100% de los pisos.

"Está muy deteriorada. Los que somos propietarios nunca nos pudimos mudar porque ni siquiera tiene licencia de primera ocupación", destacó este hombre que ahora espera que el rumor de la venta por subasta a otra empresa brinde solución a este embrollo inmobiliario. "Hasta que no esté terminada la urbanización no tendremos nada", remarcó.

Este periódico intentó ayer contactar tanto con la entidad bancaria BBVA como con el administrador concursal. Este último, declaró que la urbanización había sido vendida mediante subasta. Preguntado por más detalles, no ofreció más información al respecto.

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