Los vecinos del Albaicín han vivido un fin de semana tranquilo. Según explicó ayer la concejal de Protección Ciudadana, Raquel Ruz, la Policía Local tan sólo ha impuesto tres sanciones dentro de la Ordenanza de la Convivencia en el barrio. Dos de ellas estaban motivadas por beber alcohol en la vía pública, en concreto en las calles Agua y Molino Corteza de San Andrés. La tercera fue impuesta a un comercio por vender bebidas alcohólicas sin licencia.

Para la edil de Protección Ciudadana, existe una percepción equivocada sobre la expansión de los botellones a lo largo y ancho de la ciudad. Ruz denunció ayer la existencia de personas "interesadas" en transmitir la multiplicación de estos botellones como consecuencia directa de las restricciones impuestas en el botellódromo y la fecha de cierre fijada para el mismo, el próximo uno de septiembre. "Hay una normalidad absoluta", remarcó Ruz, que la pasada semana anunció un plan especial de vigilancia y limpieza para el barrio del Albaicín con objeto de poner fin a estos botellones espontáneos.

Ese día, la edil reconoció que operarios de Inagra han localizado en los últimos meses hasta once puntos donde los jóvenes beben alcohol con cierta frecuencia. Se trata de la calle Santa Isabel La Real, el parque Tico Medina, la placeta Carvajales, el Mirador de San Nicolás, el carril bici (en la zona del Neptuno), el Mirador de San Miguel, la calle Santa Bárbara, en la plaza Poeta Javier Egea, la calle Duquesa, en el extremo próximo a la calle Gran Capitán, la plaza Mercedes Domenech y la Plaza Escultor Francisco López Burgos. Habrá que esperar al regreso de los universitarios para ver si esta tranquilidad es real, o simplemente, es producto del 'éxodo' natural de estudiantes y granadinos que conllevan las vacaciones de verano.