Las vacaciones son a agosto lo que el fútbol a los domingos. Son muchos los españoles que hacen voto de promesa al empezar el año el poder escapar por unos días de la ciudad donde residen a nuevas tierras paradisiacas.

La Universidad de Granada también quiere disfrutar de un merecido descanso en los meses de verano. Como viene siendo habitual en estas fechas, la institución de casi 500 años de antigüedad echa el cierre en el octavo mes del año.

Aunque el objetivo principal es ahorrar durante los meses de julio y agosto, desde la Universidad explican que es complicado calcular la cantidad económica total ahorrada por la medida, introducida por el anterior equipo del Rectorado.

Las medidas donde más se puede economizar son las relacionadas con la electricidad, la vigilancia, el personal y las sustituciones. Así, las estimaciones más rigurosas y recientes facilitadas desde la UGR apuntan a un ahorro de cerca de 400.000 euros.

A pesar de que la Universidad quedará cerrada a cal y canto, un grupo de investigadores sí tendrá acceso a las instalaciones en aras de no detener sus proyectos. "Un investigador puede estar trabajando con alguien de Zurich y allí no se para", explica por teléfono un miembro del equipo investigador de la Universidad.

El acceso a los laboratorios por parte de este colectivo se regula mediante tarjetas y códigos de acceso personales. En relación al año pasado, el horario de uso aumenta en hora y media, pasando el cierre a situarse en las 20:30 horas, en lugar de las 19:00 horas.

Algunas de las instalaciones que permanecerán abiertas en régimen de servicios mínimos son el Hospital Real, ofreciendo atención al estudiante; el aula A del Complejo Administrativo Triunfo para poder realizar la automatrícula del curso que viene. Los servicios de Gerencia, Correos y Relaciones Internacionales de la institución universitaria también permanecerán abiertos al público durante el periodo oficial de vacaciones de verano.