expansión | el espacio se planteó como zona de crecimiento del parque de las ciencias

Carranza compra a BMN el edificio de Urende para abrir una gran tienda

  • Más de tres años después del cierre del establecimiento, la valiosa parcela es adquirida para desarrollar un renovado proyecto comercial Ha sufrido un largo periplo judicial y administrativo

La parcela de la antigua tienda de Urende, ubicada junto al río Genil y el Parque de las Ciencias, podría recuperar su actividad comercial con un nuevo negocio, tras la reciente adquisición de las instalaciones por parte de la empresa de material de hostelería Carranza.

Aunque el edificio mantiene aún el enorme cartel de venta, su anterior propietario, que era Banco Mare Nostrum (CajaGranada), ya ha acordado la venta con el empresario local. Según informó la entidad financiera, está previsto que el comprador realice pronto una "reforma integral" del edificio.

El antiguo centro comercial ha conservado durante los tres años y medio transcurridos desde su cierre el color rojo característico de la antigua firma cordobesa, que se encuentra en liquidación. Su estética y su privilegiada ubicación, han hecho que durante mucho tiempo el futuro de esta parcela fuera una de las incógnitas más llamativas en la ciudad.

La parcela del viejo Urende, con unos 5.000 metros cuadrados, siempre ha sido en cierto modo el parche del Parque de las Ciencias, pues es el único terreno de toda la gran manzana que no está ocupado por el museo, especialmente ahora que ya se ha inaugurado el nuevo equipamiento del último espacio disponible, el Biodomo.

Incluso hace algunos años se barajó la posibilidad de que el Parque de las Ciencias se pudiera expandir mediante la incorporación de esa parcela de Urende, sobre todo tras el cierre de la actividad comercial el 6 de enero de 2013.

El problema para desarrollar esta idea siempre fue la calificación del suelo. El actual Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Granada atribuye a esta parcela un uso terciario comercial. Esto en la práctica significa que el terreno tiene un valor alto, a diferencia del resto de suelos que había en el entorno y que el Ayuntamiento pudo expropiar a precios razonables para ser cedidos al Parque de las Ciencias. Fue el caso de una vaquería vecina de la tienda de Urende.

El Ayuntamiento hizo un intento en 2009 de unificar toda esta zona con destino museístico mediante la introducción de una nueva calificación del terreno en el nuevo PGOU que comenzó a tramitar. En esos planos, la parcela de Urende aparecía como suelo de uso dotacional (equipamiento público), lo que provocó que la propia empresa de venta de electrodomésticos presentara alegaciones ante el Ayuntamiento de la capital, aunque fueron rechazadas. El escollo no fue ése, si no que todo el nuevo PGOU se quedó enterrado en un cajón y no salió adelante.

De este modo, actualmente la parcela conserva su uso comercial y éste parece ser el destino que va a tener en un futuro inmediato, con la compra realizada por la empresa Carranza, que actualmente tiene su sede principal en la Carretera de Armilla.

Pero desde el cierre de la tienda de Urende en 2013 hasta ahora, la parcela y su edificio han pasado por un largo periplo administrativo y hasta judicial, pues la propiedad ha sido objeto de un proceso de liquidación concursal y llegó a salir a licitación por el Juzgado número 1 de lo Mercantil de Córdoba en 2014.

La sede de Urende en Granada era una más de las 18 tiendas que esta empresa tenía repartidas por toda España cuando la crisis le afectó de lleno y comenzó su declive. En 2011, la firma entró en concurso de acreedores y contaba con una deuda de 232 millones de euros. Ya entonces tenía 1.200 acreedores, con los que no consiguió un acuerdo para tratar de salvar la situación.

La de Granada fue una de las cuatro últimas tiendas que Urende mantuvo abiertas hasta después de la campaña navideña de 2012, cuando el Juzgado de Córdoba ya había fijado la fecha para su liquidación.

A partir de ese momento comenzó el proceso para la venta de las propiedades, sobre todo inmobiliarias. Algunas de ellas se transmitieron por venta directa por la administración concursal. Pero el edificio de Granada tuvo que salir a subasta como parte de un conjunto de 16 lotes de inmuebles.

La subasta en sí misma tuvo sus complicaciones, porque el Juzgado tuvo que suspender la primera convocatoria y fijar un nueva fecha para diciembre de 2014. En aquella ocasión ya sí se dio salida a la mayor parte de las propiedades de Urende, que se licitaron por 46 millones de euros.

La parcela y el edificio de Granada, fueron valorados en 6,2 millones de euros, aunque salieron a licitación por un valor mínimo de 3,1 millones, la mitad de su tasación. Al final se adjudicó la propiedad el Banco Mare Nostrum, que ofreció por ella 5,2 millones de euros.

La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), conocida popularmente como el banco malo, se adjudicó en aquella ocasión la mayor parte del resto de activos inmobiliarios, por 23 millones de euros.

Desde aquel momento, a finales de 2014, la propiedad ha sido del banco que engloba a la antigua CajaGranada. En el último año se ha visto alguna actividad en el inmueble, al ser cerrado por una valla, que impidió el habitual aparcamiento de vehículos en sus instalaciones. Además se colocó un cartel enorme en su torre más visible donde se anunciaba que el edificio estaba en venta.

La entidad bancaria ha confirmado a este periódico la reciente venta del edificio a un empresario, a pesar de que el cartel siga colocado en las instalaciones. La empresa podría remodelar el inmueble y ubicar allí su sede principal.

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