A las once de la mañana, la retroexcavadora comenzó a sacar tierra de un marrón intenso que contrasta con los tonos ocres de los más de 1.500 metros cúbicos que ha evacuado desde el lunes. Acaban de alcanzar el nivel de terreno de 1936 en el Peñón del Colorado, donde podría estar la fosa de Federico García Lorca. A partir de ese momento, cada palada de la retroexcavadora es seguida escrupulosamente por Miguel Caballero y Javier Navarro, los responsables de la intervención que impulsa la asociación Regreso con Honor. Hoy llegarán por fin a la zona en la que el georradar detectó tres alteraciones de terreno que son compatibles con la existencia de tres pozos, en uno de los cuales podría estar sepultado el autor de Poeta en Nueva York junto a Dióscoro Galindo, Francisco Galadí y Joaquín Arcollas Cabezas.

En la jornada de ayer se toparon en el terreno original con un trozo de neumático, aunque sobre el terreno no tenían claro su antigüedad, pero podría proceder de una motocicleta militar, lo que aportaría un dato sobre el campo de instrucción situado en esta zona en el verano de 1936 y en cuya cabecera podría situarse la fosa de Lorca.

En los próximos días, una vez que se complete el "vaciado" de la zona, se irá limpiando para comenzar a trabajar, en base al estudio realizado previamente, con el georradar del catedrático de Geofísica de la Universidad Politécnica de Valencia Francisco García, que será el encargado de confirmar, en colaboración con el resto de técnicos desplazados a la zona, la localización de los puntos donde se pueden encontrar los pozos que pudieron ser usados como fosas comunes. En principio, Francisco García se desplazará este fin de semana a Alfacar para verificar sobre el terreno con el georradar si, una vez retiradas las toneladas de tierra, las alteraciones del terreno detectadas en la investigación previa siguen siendo compatibles con los tres pozos que se buscan. En la primera fase de esta intervención realizada en 2014, esta investigación dio como resultado que las alteraciones del terreno no eran más que grandes bloques de tierra, por lo que la incertidumbre no comenzará a despejarse hasta este sábado.

Con la retirada de tierra, en una primera fase que se preveía durara dos semanas y está prácticamente finalizada en el tercer día de trabajos, la superficie queda como antes de que se iniciaran las obras de un campo de fútbol en esta área conocida como el Peñón del Colorado.

En caso de localizarse, los pozos serán delimitados para hacer los sondeos arqueológicos que permitan comprobar si hay restos humanos, lo que en ese supuesto sería documentado y notificado tanto a la Dirección General de Memoria Democrática como al Juzgado.

Los técnicos que trabajan en la zona son un grupo de arqueólogos de la asociación Regreso Con Honor y de la CNT procedentes de Zaragoza, Barcelona y Madrid, capitaneados por Navarro.

A ellos se sumará en unos días el resto de investigadores implicadas que han prefijado los lugares donde con más posibilidad pueden encontrarse los pozos. Aunque su llegada estaba prevista para comienzos de octubre, la celeridad con la que se está realizando la primera fase de la intervención ha provocado que, en los casos en los que sea posible, adelanten su llegada a la zona del Peñón del Colorado.