Granada

Seis años sin rendir cuentas económicas

  • La Asociación está en fase de liquidación, pero su máximo órgano aún no ha aprobado ninguna anualidad Es necesario resolver un pago pendiente con Cetursa

El máximo órgano donde están representadas las instituciones que pusieron fondos para la organización de la Universiada de Granada aún no ha visto ni aprobado la liquidación económica en los seis años transcurridos desde el inicio de la actividad.

La celebración de estas olimpiadas universitarias de invierno, que se desarrolló el año pasado en Granada, se preparó y se llevó a cabo mediante la creación de una organización de naturaleza propia llamada Asociación Granada Universiada de Invierno 2015. Ésta tiene unos estatutos y unos órganos de representación y gestión, entre los que destaca como principal el Comité Organizador, que es una especie de asamblea general en la que están representadas las instituciones que han participado en este evento deportivo: el Ayuntamiento de Granada, la Universidad, la Junta de Andalucía y la Diputación Provincial. Entre las funciones de este órgano está la de aprobar las cuentas anuales de la Asociación, "una vez finalizado el ejercicio presupuestario al que correspondan".

Pero este órgano no ha aprobado por ahora estas cuentas. Según ha podido saber este periódico, los responsables de la Asociación han conseguido, tras un largo proceso, cerrar este año las primeras anualidades (de 2010 a 2013) de la Universiada. Estos documentos, que fueron aprobados en marzo pasado por el comité ejecutivo de la Asociación (un órgano administrativo intermedio), no pasaron, sin embargo, por el comité organizador para su aprobación definitiva, pues se esperaba a que se presentaran a este órgano las cuentas de todos los años para someterlas a votación en conjunto.

La liquidación de las anualidades siguientes, 2014 y 2015, estaría también terminada este verano, si bien quedaban algunas cuestiones por resolver respecto al último ejercicio. Se trata de una reclamación económica de la sociedad gestora de la estación de Sierra Nevada, Cetursa, por los gastos derivados de la organización de pruebas de nieve.

Esta petición rozaba en un principio los dos millones de euros, si bien, tras reuniones entre técnicos de ambas partes, la reclamación había quedado en 1,3 millones de euros este verano.

En principio estaba previsto que se haría frente a estos gastos de Cetursa mediante los importes de las aportaciones que las Administraciones participantes aún no habían entregado.

Pero puede ser que ese remanente sea insuficiente, de modo que se ha planteado a la Junta, la Universidad y el Ayuntamiento de la capital la aportación de una suerte de derrama especial para hacer frente a las facturas de Cetursa, aunque con facilidades de pago en los próximos años.

La Asociación Granada Universiada se encuentra sin actividad y ya ha liquidado (también este verano) las cuentas con sus últimos trabajadores. Ahora falta la disolución definitiva de la entidad, aunque para eso es imprescindible la aprobación de cuentas y la finalizar todos los flecos económicos que restan.

Los presupuestos de la Universiada son un enigma desde la perspectiva pública. En los inicios del proyecto, los responsables de las instituciones implicadas calcularon que podrían llegar a los 250 millones de euros, incluyendo aportaciones propias y de patrocinadores privados. Pero la realidad fue mucho más cruda y en los últimos años ya se sabía que aquellas cifras iban a ser un sueño.

Se empezó a hablar después de unos 100 millones de inversión total y al final, tras la finalización del evento, el ex alcalde Torres Hurtado habló en una comparecencia pública de una cantidad total que no llegaría a los 10 millones de euros. Pero nadie presentó públicamente nunca papeles, cuentas, presupuestos e, incluso, las declaraciones eran de cifras redondeadas y oscilantes.

Desde la designación de Granada, en 2009, para la organización de la Universiada de invierno, el evento ha sufrido un reguero de dificultades, en especial por la llegada de la crisis económica. Y esto también produjo dimisiones y cambios de sus responsables asignados.

Al inicio fue la Universidad de Granada la que asumió un papel protagonista al contar con personal suyo al frente de la Asociación; primero fue Francisco Sánchez Montes, que dimitió, y después Aurelio Ureña. Pero en febrero de 2014, este último y su equipo (vicegerente, director técnico...) renuncian a sus cargos. Sólo un año antes del evento deportivo.

Entonces el Ayuntamiento de Granada se hace cargo de la Gerencia con el nombramiento de Ignacio Pipó, aunque la vicegerencia económica se asigna a una persona de la Universidad, que tendría que retomar esas cuentas atrasadas. Algunas fuentes indicaron que una de las trabas para aclarar los datos venía de la difícil valoración que tenía que hacer la UGR sobre sus aportaciones, pues se hicieron en especie.

Pero este cargo también dimitió pocas semanas antes del inicio de las pruebas de la Universiada, por lo que hay que acudir a un economista para que, con los apuntes contables que constaban, se elaboraran y auditaran todas las cuentas anuales que solo han pasado por el comité ejecutivo o ni siquiera eso, en el caso de las últimas.

El ex alcalde de la ciudad José Torres Hurtado, al terminar el evento, lo bautizó como la Universiada de la "imaginación", dados los escasos recursos económicos con los que se había contado y las dificultades que hubo en el camino, con momentos en los que las instituciones llegaron a plantearse seguir adelante o no, como han confesado en varias ocasiones responsables políticos.

La iniciativa partió de una promesa incluida en el programa electoral del ex rector de la UGR Francisco González Lodeiro. En 2008 tomó forma con la firma de un acuerdo entre la institución académica y el Ayuntamiento de la ciudad para presentar un proyecto. Pocas semanas después se amplió la participación, con la inclusión de la Junta de Andalucía y la Diputación, aunque ya se renunció a la celebración de la Universiada de verano, para concentrar la iniciativa en la competición invernal.

El 18 de marzo de 2009 se presentó oficialmente la candidatura en la sede de la FISU en Bruselas, con un proyecto de 250 millones de euros de inversión, 132 del sector privado y 118 públicos. La idea era contar con tres núcleos: Sierra Nevada, Granada y La Ragua. Y también se iba a construir una villa olímpica de 500 viviendas y tres pabellones en el Serrallo, la remodelación de Los Cármenes y el Palacio de Deportes, además del pabellón en Fuentenueva y una villa para deportistas en La Calahorra. Se previó un retorno económico de 110 millones de euros. Con todo esto, la FISU concedió a Granada la organización de la Universiada de invierno, aunque no hubo mucha batalla porque era la única candidata.

En octubre de 2009 se constituyó la Asociación Granada 2015, que ahora tiene que liquidar sus cuentas para su extinción. Los siguientes años fueron desinflando poco a poco el proyecto. En parte porque no se hacía nada y, de otro lado, porque lo único que se movía era para echar abajo ideas originales, como la villa olímpica, que se cambió por habitaciones de hotel o las pruebas de la Ragua, que se marcharon a Eslovaquia.

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