Dice el sentido común que lo primero que hay que hacer para salir del hoyo es dejar de cavar. Y eso ha debido pensar el Ayuntamiento de Granada al plantear una inversión de más de un millón de euros en mejoras en un sistema de transporte público que hace aguas cada año por valor de cuatro millones de euros.

Para salir de este atolladero, el Ayuntamiento ha pensado que lo primero que hay que hacer es recuperar los miles de viajeros que dejaron de utilizar el autobús cuando el sistema LAC implantó el odioso sistema de transbordos. A nadie se le escapa que más viajeros son más billetes, y más billetes son más ingresos.

Pero volver a 'conquistar' a un viajero hastiado no es tarea fácil. Así que lo primero es ofrecerle un modelo de transporte tan atractivo y tan cómodo que den ganas de volver a montarse en el autobús. Y en esas están los técnicos del área de Movilidad. Ayer, en una nueva sesión del Observatorio de la Movilidad los técnicos expusieron un extenso mapa de cambios que a lo largo del mes de octubre se irá presentando a los vecinos a través de las juntas municipales de distrito para que se pronuncien y elijan la fórmula que más les guste.

En principio, entre los cambios más significativos se encuentra la creación de una 'super línea', una suerte de LAC que atravesaría la ciudad de norte a sur con una frecuencia de 8 minutos eliminando las N7 y S3 actuales. Esto significa que un pasajero podría montarse en el Parque Nueva Granada y, sin bajarse del autobús, llegaría hasta el hospital del PTS cruzando todo el centro de la ciudad. Un sueño para cualquier pasajero desfondado ya de tanto subir y bajar desde que el verano de 2014 llegó el sistema de transbordos. La línea, llamada SN6, permitiría cubrir los campus de Cartuja y el PTS en un solo viaje.

Pero hay más cambios. Entre ellos cambiar la cabecera de la S2 de Tierno Galván a Villa Argaz y hacerla circular; mover la cabecera de la S3 al Palacio de Congresos, trasladar la cabecera de la SN5 a Parque Nueva Granada y suprimir el bucle que hace actualmente la N4 para llegar a la estación de autobuses, ya que este servicio lo hace la SN1. Este pequeño gesto supondría un ahorro de 140.000 kilómetros al año o, lo que es lo mismo, 80.000 euros. La línea S1 se unificaría con la SN3 y ésta se reforzaría en horas punta. Eso sí, la decisión dejaría un poco más aislados a los 3 viajeros al día que utilizaban la línea en la plaza de los Andes.

En cuanto a la SN4, dejaría de pasar por Circunvalación de la Encina ya que a los autobuses les cuesta mucho hacer el giro. Una opción que los grupos de la oposición no ven del todo claro porque esta es una zona muy poblada. Actualmente es una de las líneas con más demanda de la ciudad con 10.000 viajeros al día.

Hay otro paquete de medidas tendentes a mejorar la accesibilidad al PTS como ampliar la SN2 para que llegue al hospital eliminando la S3. Hay que tener en cuenta que esta línea puede que deje de funcionar en un futuro al coincidir íntegramente con el Metro. Otra alternativa es aproximar la S3 hasta el PTS o subirla hasta las Batallas. Una decisión que estará en manos de los vecinos afectados.

Hay que tener en cuenta que todos estos cambios son susceptibles de modificar en cuanto entre en funcionamiento el Metro. Claro que mientras esto ocurre hay que darle respuesta a los vecinos. "Son medidas urgentes para parar la sangría de viajeros. A la gente hay que darle una respuesta ya, hay que mejorar su día a día y de forma inmediata", apuntó la concejal de Movilidad, Raquel Ruz.