Granada

El 77% de las cátedras siguen en manos de los hombres

  • Las profesoras sólo son mayoría en las categorías de ayudante doctor, interinos o sustitutos.

Los cambios sociales, que calan en la Univesidad de Granada a través de la presencia mayoritaria de mujeres en el alumnado, no inciden tan directamente sobre el profesorado de esta institución, que suma casi cinco siglos de historia. Y esa impermeabilidad a las tendencias sociales está más agudizada entre el grupo de catedráticos, en el que las mujeres siguen siendo una minoría y disponen sólo del 23% de las cátedras de la UGR.

El personal docente e investigador es el sector universitario que requerirá más años para que se rompa el famoso techo de cristal. Del total de profesores de la UGR, las mujeres representan el 37%, frente al 63% de hombres. Pero la mayor dificultad está en el acceso femenino a las categorías mejor valoradas, como la de profesora titular o catedrática, en las que los porcentajes de presencia bajan respecto a la media.

Las únicas categorías de personal docente e investigador donde las mujeres ya son mayoría son las de ayudantes doctor (67, frente a 53 hombres) o contratado doctor interino (26 frente a 21). En los sustitutos interinos hay paridad (69 de cada género), pero en el resto de categorías mejor valoradas de profesores predominan los hombres de forma muy abultada. Hay 447 catedráticos, frente a 138 catedráticas.

La Universidad de Granada es una de las instituciones académicas con mayor media de edad en su plantilla (en torno a los 50 años), de ahí que los porcentajes de distribución por géneros, especialmente los de los docentes con más trayectoria, se inclinen definitivamente hacia el predominio de hombres.

La crisis económica y el freno impuesto a la contratación de personal a través de las tasas de reposición han contribuido a estancar esta situación, pues la Universidad de Granada no ha podido ni contratar ni promocionar a sus profesores durante estos últimos años.

El ascenso de cualquier docente a profesor titular o a catedrático era contado como la creación de una nueva plaza hasta el año pasado, de ahí que se haya producido un colapso de esas promociones y se hayan acumulado cientos de docentes con la acreditación y la experiencia necesaria para conseguir mejores puestos en la UGR. De haber sido de otro modo, es probable que se hubiera equilibrado algo más esa distribución por géneros.

En 2015 el Gobierno cambió la normativa, de modo que permitió a las universidades nombrar catedráticos a un número limitado de profesores, pero sin contar como nuevas contrataciones limitadas por la tasa de reposición. Esto podría comenzar a notarse en los datos de los próximos años. Como ya ha comenzado a incidir la nueva vía abierta de contratación de profesores ayudantes doctor, donde las mujeres son mayoría. Eso sí, en los puestos más bajos y más precarios.

La presencia mayoritaria de hombres entre el profesorado y, especialmente, entre los catedráticos ha tenido siempre su traslación a la gobernabilidad de la institución, pues son éstos los que tienen mayor peso en el sistema de voto ponderado. De hecho, es mayoritario el número de decanos hombres en la Universidad de Granada.

Sin embargo, y pese a esa preeminencia masculina, se han producido cambios importantes como la victoria el año pasado de la primera mujer rectora de la UGR, Pilar Aranda, que se enfrentaba a un candidato; o la elección hace pocos días de la primera decana de Medicina, una de las Facultades con más tradición.

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