Granada

La permuta de viviendas, producto estrella de un sector en continua caída

  • El intercambio de inmuebles cobra fuerza entre los propietarios granadinos ante las dificultades para vender · Durante los primeros siete meses del año, las operaciones de trueque de viviendas han crecido un 10,5% respecto a 2007

¿Que los bancos se niegan a concederle una hipoteca para comprarse un piso más cercano a su trabajo? ¿Que la suya es una vivienda de protección oficial cuya venta no le reportaría dinero suficiente para comprar una vivienda libre en otra ciudad? ¿Que el cartel de 'se vende' cuelga de su ventana desde hace meses pero nadie se interesa por él? La solución a estos problemas no pasa ni por la venta -casi imposible- ni por el alquiler, sino por la permuta, el intercambio de viviendas. Ante el estancamiento del mercado inmobiliario -que no afecta únicamente a los constructores y a los promotores-, cientos de granadinos han optado por un sistema comercial tan antiguo como la propia humanidad: el trueque.

Desde que comenzó el año, esta opción ha cobrado fuerza al amparo de internet y de una crisis crediticia que deja pocas salidas a aquellos propietarios que por traslados, dificultades económicas o determinadas situaciones personales, se ven obligados a dejar su vivienda. Y, para comprobarlo, basta con teclear 'intercambio de viviendas, Granada' en cualquier buscador de internet. Google, por ejemplo, ofrece más de 641.000 resultados de páginas web en las que se pueden encontrar ofertas de todo tipo de permutas. Casas adosadas en el Área Metropolitana por pisos en la capital; apartamentos en Madrid por una vivienda en Granada; o pisos de la capital por apartamentos en la Costa.

El presidente de la Asociación de Inmobiliarias de Granada y Provincia, Francisco Iglesias Jiménez, reconoce que el intercambio de viviendas se ha convertido en una de las mejores vías "para dinamizar al sector", sobre todo ahora que la compraventa está prácticamente paralizada. "Ahora, desde que comenzó la crisis, se está permutando mucho más", asegura Francisco Iglesias, que reconoce que el intercambio de viviendas es una opción algo más complicada que la venta, ya que es necesario buscar a dos propietarios cuyas necesidades se complementen y ponerlos de acuerdo a la hora de formalizar la operación. Porque, si las dos viviendas no tienen un valor similar, los propietarios tienen que negociar el importe y la forma de pago de la diferencia.

El fomento del intercambio de viviendas en la provincia también tiene su reflejo oficial. La estadística de transmisiones de la propiedad que publica mensualmente el Instituto Nacional de Estadística refleja -aunque disimuladas por los datos de compraventa de viviendas- que durante los siete primeros meses del año la provincia ha registrado 590 intercambios, de las que 56 corresponden a fincas rústicas y 534 a fincas urbanas.

De estas últimas, la estadística del INE concreta que 263 se corresponden con viviendas, lo que significa que en sólo siete meses más de de dos centenares de granadinos han intercambiado sus propiedades inmobiliarias. En comparación con los primeros siete meses del año anterior -cuando se registraron 238 viviendas permutadas- el trueque de inmuebles ha crecido en la provincia un 10,5%, ganando alrededor de 25 'adeptos'.

El crecimiento del intercambio de viviendas contrasta con el comportamiento de la compraventa, marcado con números rojos desde que comenzó el año. Según los datos del INE, la compra de viviendas ha caído alrededor de un 1% respecto al año pasado, frente al crecimiento registrado por las permutas. Con todo, el intercambios de viviendas está muy lejos de alcanzar el volumen de negocio de la compraventa, que durante los siete primeros meses del año ha alcanzado las 9.806 operaciones. En la actualidad, la compra representa el 75% de las 13.074 operaciones de transmisión de la propiedad registradas en la provincia desde enero, frente al escaso 4,5% que suponen las permutas de vivienda.

Aún así, el recrudecimiento de las exigencias y garantías para la concesión de préstamos hipotecarios por parte de las entidades financieras, que impide a los particulares sin propiedades acceder a la vivienda, podría hacer crecer este porcentaje sustancialmente a lo largo de los próximos meses.

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