Granada

Granada siembra y recoge en Togo

  • Se gradúa la primera promoción de la Escuela Agraria impulsada por la Fundación Takeli La ONG construye el primer pozo de agua con placas solares

Dicen que quien siembra recoge, y de ello puede dar fe la Fundación Takeli, una oenegé radicada en Granada y centrada en el desarrollo de Togo (África), que este año ha comprobado cómo la Escuela Agraria que impulsó en la aldea de Bodjondè ya ha empezado a dar sus frutos: 12 de sus 42 alumnos se han graduado.

Raymond Takeli, el togolés fundador de la organización que lleva su nombre, cuenta a Granada Hoy con orgullo que los alumnos de esta primera promoción "podrán crear ahora sus propios proyectos de explotación, abrir granjas o trabajar en otras escuelas".

La Escuela Agraria fue inaugurada en 2013 y está ubicada en la aldea de Bodjondè, de donde es Raymond, tío de Frabrice, un joven de 23 años que estudia Ciencias Políticas en Granada y que ha participado en el último viaje a Togo. "La Fundación ha transformado al pueblo", asegura el joven, al tiempo que recuerda que, antes de que comenzara a implantar sus proyectos, los niños "no tenían libros ni material escolar". Ahora, gracias a su tío y a la solidaridad de los miles de granadinos que colaboran cada año con sus donativos, eso ha cambiado.

Alba Algarra, de 22 años y estudiante de Historia del Arte, corrobora el buen hacer de la oenegé. Este año, junto a Fabrice y Alberto Bardeci, un profesor de Jaén, también se ha sumado a la expedición que cada verano organiza la oenegé. Los tres permanecieron en el país africano desde el 30 de junio hasta el 12 de julio. Ella se encargó de la distribución de la mercancía que llevaban para los niños, mientras que Fabrice hizo las veces de "guía y traductor". También llevaban medicamentos "para el dispensario", tan importantes en una zona azotada por la úlcera de Buruli, una infección crónica y debilitante de la piel y los tejidos blandos que puede causar desfiguraciones permanentes y discapacidad.

Alba ha podido ir a Togo ahorrando como una hormiguita. Llenó una hucha con monedas de dos euros para poder comprar el billete. Deseaba vivir una experiencia que, como afirma, "te cambia la vida". Ya le habían advertido de que iba a ser el viaje de su vida. "¡Y es verdad!", exclama. "Quería ir para ayudar a la gente y, al final, te das cuenta de que quien ganas eres tú".

Manuel Quesada asiente mientras escucha a Alba. Es médico y este año ha sido el primero que ha faltado al viaje debido a compromisos familiares. Es el secretario de la Fundación Takeli, cree firmemente en su proyecto y está deseando de que llegue el año que viene para regresar. "Allí queda por hacer muchísimo", subraya. Entre otras cosas, hace falta una guardería infantil, "porque hay muchas niñas que no pueden ir a la escuela porque se tienen que quedar cuidando a sus hermanos".

Uno de los logros de este último viaje ha sido la construcción de un pozo con placas solares que permite a los habitantes de la zona extraer el agua sin esfuerzo físico. "Ahora, gracias a la energía solar, hay un grifo que lo abres y sale como en tu casa el agua, corriente y cristalina", comenta satisfecho Takeli. El coste ha sido de 6.000 euros, que se han sufragado con la recaudación de una cena organizada por Bardeci. Ya son cuatro los pozos que la Fundación ha hecho en la zona, aparte del ciberlocal en su día impulsado y de continuar con las becas para que todos los niños de Bodjondè puedan matricularse. Porque para la Fundación la educación es fundamental. Sin ella, no hay desarrollo. "Creo que sin la educación nada es posible", sentencia convencido Takeli, que es profesor en Granada. "Por mucho que llevemos contenedores, si no hay una formación, nada sería lo mismo".

Los integrantes de esta nueva expedición creen en el futuro de Togo, en una transformación que, poco a poco, personas llenas de ilusión, como Raymond, ya pueden presumir de haber iniciado gracias a la solidaridad de Granada.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios