El estudio del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural Marino de 2008 acerca de la desertificación en España incluye por primera vez a Granada en la categoría de "muy alto riesgo de desertificación". El documento, que se enmarca en el Plan de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación (PAND), se elabora por imperativo europeo con la intención de hacer un diagnóstico de la situación en toda la geografía nacional y de las medidas a adoptar para evitar una tendencia que, cuanto menos, es cada vez más preocupante.

Si hasta hace poco cuando se pensaba en desertificación automáticamente se ponía el ejemplo de Tabernas, ahora le sigue en la cola la provincia de Granada, con zonas como el Marquesado, en la comarca de Guadix, donde se está detectando, según este estudio, una importante desaparición de masa vegetal. La otra comarca cuyos datos son preocupantes es la Costa, que aparece por primera vez entre los lugares de Andalucía con mayor riesgo de desertificación y degradación de la tierra. Los factores que influyen en este nuevo panorama son, sobre todo, el crecimiento desordenado del urbanismo y los incendios forestales.

Según el mapa del Plan de Acción contra la Desertificación, Granada tiene muy altas probabilidades de llegar a ser un territorio degradado, por la falta de de capacidad del suelo para adaptarse a los cambios de uso.

Entre los indicadores que condicionan el riesgo de desertificación en la provincia están el uso del suelo, la evolución del clima o la contaminación. La zona del Marquesado aparece con riesgo muy alto, aunque otras comarcas le siguen de cerca, como la Costa, Granada y su Área Meetropolitana, Loja y el Poniente granadino, los Montes Orientales y gran parte de la comarca de Huéscar.

José Rubia, del Grupo Ecologista Alborán, señala que no hay más que darse una vuelta por la provincia para apreciar a simple vista en lo que se está convirtiendo Granada. "La mano del hombre tiene mucha culpa de lo que está pasando como, por ejemplo, en la nueva autovía que se está realizando cargándose uno de los pulmones de la zona". Según el portavoz del grupo ecologista, las áreas de medio ambiente de los distintos consistorios "tampoco ponen mucho de su parte y la tónica dominante es que lleven a cabo actuaciones no sostenibles". La falta de conservación del entorno, las lluvias torrenciales, el abandono del campo por la falta de rentabilidad de su explotación en espera de una venta de terreno más provechosa, son algunas de las causas de esta situación.

Javier Egea, de Ecologistas en Acción, explica que se "suele asociar desertificación con erosión, que es la pérdida de suelo fértil, pero aparte de las causas naturales es el factor humano el más determinante en esta pérdida de suelo". Y añade que "los movimientos de tierras en la zona de costa para instalar invernaderos está provocando la desertificación hasta límites inimaginables".

En toda la provincia de Granada se observan además malas prácticas agrícolas como la roturación en pendientes, a costa de destrozar bosque y matorral autóctonos, para plantar principalmente olivos y almendros subvencionados por la Comunidad Europea.

Egea está de acuerdo con Rubia: "La construcción de carreteras supone movimientos de tierras enormes que son arrastradas por las lluvias y cubren de hormigón para siempre muchos kilómetros de suelos que, muchas veces, pertenecen a las mejores vegas. Estas nuevas carreteras atraen a la población por facilitar los desplazamientos y provocan la urbanización masiva.

Pero no todo son malas noticias, según el PAND en la provincia existen localizaciones prácticamente inmunes al proceso de desertificación, como las de Sierra Nevada, el Parque Natural de Huétor, el de la Sierra de Baza y el Sistema Penibético del sur.