Granada

"Un profesor jubilado estorba en un departamento de la Universidad"

  • Nicolás López se ha dado esta semana un baño de gloria tras recibir un homenaje de sus compañeros del Departamento de Filosofía del Derecho, el rector y el decano de la Facultad donde ha trabajado durante 48 años

Con el título de emérito de la Universidad de Granada bajo el brazo, el profesor López Calera decidió hace poco más de dos meses guardar la tiza. Sin embargo, según él, su vinculación con esta institución académica seguirá como hasta ahora: "leyendo, investigando, publicando y dando conferencias cuando me inviten".

-¿En qué proyectos de investigación está trabajando?

-En dos. Uno sobre la filosofía jurídica y política de Hegel, que no es mas que un intento de hacer una traducción de sus Líneas fundamentales de la filosofía del derecho (siglo XIX); y un estudio sobre todo lo que se ha dicho en jurisprudencia y en legislación sobre dos conceptos indeterminados: interés general e interés público.

-A sus 70 años, ¿era el momento de irse de la Universidad?

-Sí, por supuesto. Yo ya he cumplido una etapa de mi vida y desmantelé mi despacho para que otros pudieran ocuparlo. Un profesor que está jubilado, de alguna forma, estorba en un departamento universitario que tiene otro tipo de actividades y deberes. Todos los que están en mi disciplina son ya muy mayorcitos, numerarios, catedráticos y titulares; así que mi colaboración y ayuda hacia ellos ya ha pasado.

-¿Cree usted que a una edad determinada se debe dejar paso a los más jóvenes?

-Bueno, depende del tipo de trabajo que realice el docente. Creo que no es lo mismo ser catedrático de Cirugía que de Filosofía del Derecho. Un cirujano necesita una vista y un pulso, por ejemplo, que a los 70 años no se tiene en óptimas condiciones; mientras que pensar, reflexionar, discutir, dialogar o argumentar se puede mantener hasta que un certificado médico atestigüe que está chocheando, ¿no? [risas]. Aunque también hay gente que debería jubilarse a los 30 e incluso que no deberían ser enseñantes siquiera.

-¿Una persona necesita alguna cualidad especial para ser profesor universitario?

-Tiene que tener inquietud por comunicar lo que sabe, intentar provocar a la gente para que pregunten y se respondan; por lo menos en Humanidades y Ciencias Sociales.

-Su hermano fue jugador de fútbol en el Granada cuando estaba en Primera. ¿De qué equipo es usted?

-A lo largo de toda mi vida he sido del Atlético de Madrid, pero desde que llegó Jesús Gil al poder pasé a la clandestinidad, he estado callado mucho tiempo y, aunque he vuelto a seguirlo, soy del Barça porque mi abuela era catalana. Mi hermano dice que soy un chaquetero, en fin, son cosas de familia.

-¿Se puede comparar el Derecho con el fútbol?

-Sí, porque el fútbol tiene conflictos que se intentan resolver con unas reglas de juego. Alguna vez lo he explicado en clase para destacar la importancia de las normas. Si un conflicto de 22 varones en calzoncillos peleándose por una pelota lo regulas creas un espectáculo que genera miles de millones de euros al año. Si no lo regulas uno puede ir a la caza del balón a hachazos. Esto es lo que hace que una sociedad sea civilizada.

-¿Por qué cree usted que es un referente en la Universidad?

-El que te diga que eres un referente no sé si lo dice como un insulto o un piropo. Pero quizás es porque siempre me ha preocupado hablar o escribir sobre los temas más importantes en la sociedad en que vivimos.

-A usted le gusta implicarse en la realidad política y social, ¿no?

-Sí, sí por supuesto y no sólo porque me lo exige mi disciplina sino por convicción ética. Sigo todos los temas que están en mi comunidad, en mi ciudad, en mi región, país o incluso en el ámbito internacional. Con cierto pudor diré una frase que ya he repetido otras veces: a mí me pagan por pensar. Y esto no es ninguna tontería, hay empresas como Sony que tienen un departamento de pensadores que analizan cómo y hacia dónde va el mundo.

-Según usted ¿qué temas le preocupan y qué considera que no se está atendiendo lo suficiente?

-Quizás el tema de la mujer y el de los niños. Una historia machista de siglos cuesta mucho trabajo desmontarla y precisa que trabajemos muy fuerte a nivel social, económico y legal. Las mujeres son mayoría absoluta en todo el mundo pero todavía deciden muy poco.

-¿Y los niños?

-Creo que los niños son los silenciosos de este mundo, no tienen palabra, pero son maltratados en la familia, son utilizados como guerreros, se compran y se venden, se prostituyen...

-El Derecho es un reflejo de la realidad, pero ¿no cree que está a años luz de algunos problemas?

-El Derecho siempre va detrás de la realidad, no la anticipa ni la construye, su cometido es regularla, ordenar y pacificar relaciones que ya están ahí. Como es el caso del matrimonio entre homosexuales, siempre ha existido, pero ahora se recoge en el reglamento su unión. El Derecho nace del Derecho.

-¿Cómo es eso de enseñar a universitarios?

-Es de las aventuras o retos más bonitos que he podido tener en los 48 años como docente. Intentar contar lo que uno sabe a otros es lo más bonito que hay. Fomentar que los demás piensen... eso sí, con jóvenes de 18 años en adelante, porque lo que es enseñar a edades más tempranas, eso sí que es otro mundo. Los que están en la Enseñanza Secundaria es para ponerles un monumento. Aunque no soy partidario de meterles una ideología, yo he dicho en clase lo que me ha dado la gana porque para eso tenía libertad de cátedra y opino sobre el aborto, sobre la eutanasia, las drogas o la homosexualidad. Tengo derecho a eso, pero no pretendo que un alumno diga amén a lo que le digo. Trabajar con jóvenes te rejuvenece mucho.

-¿Qué opina sobre el Plan Bolonia?

-La opinión de los estudiantes tiene bastante sentido. Creo que en todo este proceso y este marco hay muchas intenciones mercantilistas, sobre la rentabilidad y productividad. Hay que preguntarse si todo lo legal es justo.

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