Hace ya más de tres meses que los responsables de la Piscifactoría Sierra Nevada, productora del famoso caviar de Riofrío, se percataron de lo que ocurría. Y no fue algo complicado, dado que el agua, de repente, "se volvió leche". Tras cortar rápidamente la entrada de agua, comprobaron que los vertidos provenían de la tuneladora de las obras del AVE a su paso por Loja. De esta forma, el responsable de la empresa se personaba el pasado 1 de diciembre de 2009 en el puesto de la Guardia Civil de Loja, donde presentó la correspondiente denuncia. De ella parte, de hecho, la investigación que sigue el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Loja.

Desde entonces, las instalaciones situadas en la parte de abajo de la autovía, que son las afectadas por el vertido que llega por el Arroyo Salado, se nutren del agua de las instalaciones de la parte de arriba a través de una toma que permite el suministro. Sin embargo, tal y como explica Alberto Domezain, director de investigación de la piscifactoría, la cantidad de agua es escasa, por lo que sólo permite mantener vivos los esturiones sin que se puedan ser alimentados en condiciones.

"El problema no es que se hayan contaminado los animales, porque eso se ha evitado, lo preocupante es que al no haberse alimentado durante mucho tiempo, están teniendo problemas fisiológicos y se está perdiendo producción", asegura. Así, cada día que un esturión no come, obviamente adelgaza y esto significa, aparte del problema metabólico en sí, que luego habrá que alimentarlo durante un tiempo simplemente para recuperar lo que ha perdido.

De momento la empresa no cuenta con una estimación sobre la producción que puede perderse o verse afectada, ya que "dependerá mucho del tiempo que dure esta situación". Porque, según explica el experto, el efecto acumulativo es "multiplicador en este caso."

"Si estás dos días sin comer ya no te sientes bien. Y cuando llevas 30, es una huelga de hambre de la que te recuperas o no. Los esturiones tienen, afortunadamente, una capacidad de recuperación más alta", relata. Hasta aquí todo bien, si no fuera porque entran en juego "dos factores determinantes".

El primero de ellos es el tiempo que tardarán los esturiones en recuperar su peso y estado fisiológico normal, teniendo en cuenta que "puede que para cuando esto ocurra se haya perdido la producción" (porque la época productiva importante es primavera). Y el segundo factor es que pueda producirse "algún desarreglo fisiológico". Aunque Domezain confía en que esto no ocurra, reconoce que "habrá que esperar un tiempo para saberlo". Justo el que tarden en estar listos los estudios que la empresa ha encargado.