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Klaus critica el "dogma" de la integración europea y reivindica la soberanía de cada Estado

  • El presidente de turno de la UE critica el sistema europeo basado en "la opresión del mercado y el refuerzo continuado de la gestión central de la economía".

El presidente de República Checa y presidente de turno de la Unión Europea, Vaclav Klaus, ha criticado el sistema parlamentario europeo, en el que dijo que "no hay oposición" y en el que se "etiqueta como enemigo de la integración europea" a todo aquel que defienda otras opciones. Las duras palabras del euroescéptico Klaus hicieron que algunos eurodiputados abandonaran el pleno durante un discurso en el que también atacó el proteccionismo y el exceso de regulación.

El líder checo consideró "un error" que se considere el actual statu quo institucional de la UE como un "dogma que nunca puede ser criticado", a pesar de que, a su juicio, el nivel de toma de decisiones en Bruselas "es mayor de lo necesario y de lo que piden los Estados miembros". Las formas para la integración europea pueden tener "distintas variantes posibles y legítimas", por lo que rechazó que "el único futuro posible" pase por una UE cada vez más unida.

"Temo que los intentos por acelerar y profundizar la integración y llevar un mayor número de decisiones sobre las vidas de los ciudadanos de los estados miembros al nivel europeo pueden poner en peligro todas las cosas positivas que ha logrado Europa en los últimos cincuenta años", advirtió el líder checo.

En esta línea, Klaus reivindicó la soberanía de cada Estado miembro y el respeto para el principio de que el voto de cada país comunitario tiene "el mismo peso" y garantizar así que ninguno se vea "ignorado" en el proceso de toma de decisiones en la UE. Así, defendió la necesidad de "seleccionar racionalmente las cuestiones que deberían resolverse a nivel europeo".

El sistema parlamentario recae en una parte que apoya al gobierno y en otra que representa a la oposición, según argumentó Klaus, para quien tal reparto "no existe en el Parlamento Europeo". En la Eurocámara "se impone una sola opción y a quién busca una alternativa es etiquetado como enemigo de la integración europea", aseguró, antes de recordar que en el pasado "una parte de Europa vivimos bajo un régimen político en donde ninguna alternativa era admisible (...). La falta de oposición significa la pérdida de la libertad".

Las referencias al "déficit democrático" que surge de la "enorme distancia" entre ciudadanos y representantes europeos, sus críticas a la fallida Constitución Europea y al Tratado de Lisboa -del que dijo que "no dista mucho" del texto anterior y que "agravaría" el problema- y su afirmación de que "la solución no está en reforzar el papel del Parlamento Europeo" provocaron el rechazo de varios eurodiputados, que decidieron abandonar el hemiciclo.

Más tarde, en rueda de prensa, Klaus se mostró satisfecho por su participación en el pleno y admitió que no le sorprendió la reacción de quienes le abuchearon, ni de quienes le aplaudieron, porque "el peor resultado hubiera sido el silencio, lo que no ocurrió". "Simplemente me sorprendió que algunos no estuvieran dispuestos a escucharme", remachó.

Una vez concluida la intervención de Klaus en el hemiciclo, el presidente de la Eurocámara, Hans-Gert Poettering, advirtió al presidente checo de que "en un Parlamento del pasado usted no podría haber dado el mismo discurso". Si Klaus ha podido hablar de esa forma ha sido porque "en Europa vivimos en una democracia y todos podemos expresar nuestras opiniones", añadió.

Poettering calificó la visita del líder checo como "expresión de la diversidad en Europa", pero aprovechó para defender el papel del Parlamento Europeo e insistir en que "en una democracia la opinión de la mayoría es la que cuenta".

Desde la Eurocámara, Klaus también criticó el sistema económico de la UE que se basa en "la opresión del mercado y el refuerzo continuado de la gestión central de la economía", a pesar de que "la historia nos ha demostrado que éste no es el camino a seguir". La grave crisis económica y financiera que se vive a escala internacional no se debe, según Klaus, al propio mercado, sino "a la manipulación política del mercado".

En la rueda de prensa posterior, Klaus reiteró sus críticas a los intentos de proteccionismo y al exceso de regulación comunitaria en el marco económico para insistir en que la solución a la crisis pasa por la "liberalización y la desregulación de la economía europea".

La República Checa celebrará este año su quinto aniversario como Estado miembro, un lustro tras el cual el país "no siente decepción" por su adhesión a la Unión Europea porque sus aspiraciones fueron "realistas" y no se basaron en "esperanzas irrealizables", argumentó Klaus.

El presidente checo defendió este jueves "alto y claro" que la pertenencia a la Unión Europea "fue y continúa siendo la única opción" para República Checa, país en el que aseguró que "no hay fuerza política relevante que pueda o quiera poner en duda esta afirmación". Con esta declaración, Klaus quiso poner fin a las críticas "infundadas" según las cuales "los checos estaríamos buscando un grupo de integración diferente al que nos unimos hace cinco años". "Ese no es el caso", zanjó.

El euroescéptico presidente afirmó que los ciudadanos checos consideran que pertenecer a la Unión Europea es "necesario e importante". Sin embargo evitó ser claro cuando fue preguntado en su comparecencia ante los medios si firmará el Tratado de Lisboa.

"No estoy preparado para responder a esa pregunta", declaró. El texto fue aprobado el miércoles por los diputados checos pero aún debe ser ratificado por el Senado, que prevé abordar el debate en dos o tres meses. Así, Klaus se escudó en que la cuestión "aún está en proceso parlamentario" y que quedan "serias discusiones" en el Senado antes de que él se pronuncie. 

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