Abordar el papel de la mujer en el Islam fuera de la polarización que gira en torno a ambos fue uno de los objetivos de la conferencia sobre Islam y género que celebró ayer la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo en Sevilla en el marco del seminario Musulmanes en Oriente: el Islam en pluralismo.

En la mesa redonda, en la que participaron Claudia Derichs (profesora del Instituto de Estudios de Asia Oriental y el Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de Duisburg, Alemania), Nathalie Andújar (cofundadora y vicepresidenta de la Junta Islámica Catalana y directora de Webislam), Nazreen Nizam (asesora legal de Sisters in Islam) y Dolors Bramón (profesora de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Barcelona), se puso de manifiesto la importancia de las redes transnacionales de mujeres que reclaman principios de igualdad y justicia. Musawah, como recordó Derichs, es un buen ejemplo de una coalición de mujeres más allá de las fronteras.

Por otro lado, Andújar señaló la existencia de un feminismo islámico, el cual se apoya en las fuentes islámicas para defender los derechos de la mujer, muy diferente del islamista, que no exige la igualdad sino la complementariedad. El reto de este feminismo islámico es romper el monopolio interpretativo de los textos por parte del hombre. Y aunque éste recibe críticas referidas a que es una lectura subjetiva (la objetiva sería, según éstas, la misógina, la violenta, la fundamentalista), Andújar explicó que se hace un flaco favor al Islam si se toma la fundamentalista como su única lectura.

Y es que, como sostiene la profesora Bramón, analizando el Corán, "se puede decir que fue un avance revolucionario para la mujer", pues este documento del siglo VII proclama la igualdad espiritual entre hombres y mujeres. "Han sido los comentaristas posteriores los que se han olvidado de lo femenino", concluye.