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El FLAMENCO y la VIDA en MARTE

  • Philippe Sarrazin, que ha visitado Granada esta semana, es el creador de un instrumento fundamental de Curiosity

Philippe Sarrazin busca la vida en los lugares más recónditos del Universo. Ya la ha encontrado, escondida entre guitarras, taconeos y volantes, en las cuevas de la montaña del Sacromonte: "Buscamos la vida en el Universo, pero el flamenco es vida en sí mismo", dice en su última visita esta semana a Granada. Pero este científico francés tiene entre manos un proyecto aún más apasionante. Otra montaña, ésta situada a 205 millones de kilómetros de la Tierra, podría contener el secreto de uno de los mayores enigmas de la humanidad. El próximo mes de agosto el rover Curiosity aterrizará en Marte para comprobar los indicios de vida, pasada o presente, en el Planeta Rojo. La pieza mágica de esta misión es un instrumento de rayos X diseñado por David F. Blake y Philippe Sarrazin. Él está convencido de que la Tierra "no es el único lugar donde puede haber vida. Habrá gente que piense que está en la superficie y que la vamos a encontrar pero yo no creo que sea así. Pienso que pudo haberla en el pasado ".

Por primera vez en la historia, la NASA podrá leer el particular diario de Marte en su misión más ambiciosa hasta la fecha. El Mars Science Laboratory, del tamaño de un automóvil al que han apodado acertadamente Curiosity, se paseará a lo largo de un año marciano -dos terrestres- por la superficie rocosa de una montaña de 4,8 kilómetros de altura, en un cráter llamado Gale. Equipado con diez instrumentos, entre ellos el laboratorio de rayos X CheMin, será capaz de leer lo que contiene el suelo del planeta con un taladro y una pala que recolectará suelo y muestras de polvo de las rocas. "La memoria de lo que pasó está en las rocas o en la atmósfera. Los minerales recuerdan lo que pasó, guarda toda la información", explica Sarrazin. Por eso han elegido este cráter que se erige en un lugar tres veces más alto que la profundidad del Gran Cañón, "porque se pueden estudiar diferentes niveles". Pero ¿por qué se busca con tanta insistencia vida en Marte? "Las misiones anteriores, que han estudiado tanto la superficie como el ambiente, hacen pensar que hubo agua, y el agua es el origen de la vida. No hay indicios de agua física, no hay ríos ni lagos, pero sí hay canales y cauces. Se detecta un poco de agua en la atmósfera. Hay hielo en los polos del planeta...".

La diferencia con sus predecesoras, los famosos rovers Opportunity y Spirit, es que Curiosity hará las veces de un científico trabajando en su laboratorio. Puesto que aún parece lejano el viaje de un humano a Marte ("dudo que nadie se atreva a hacer un viaje de ocho meses hacia Marte", bromea el científico en la sala de reuniones de la granadina empresa de alta tecnología Biotronic), este rover será capaz de identificar y cuantificar minerales, elementos químicos y moléculas orgánicas por primera vez en la historia de la astronáutica. El instrumento creado por Sarrazin podrá "estudiar la mineralogía de las muestras. El brazo del vehículo tomará una muestra y lo mandará al instrumento en forma de polvo donde entrará girando en todas las direcciones". Podrá decir exactamente qué tipo de minerales encuentra. "Hasta ahora las anteriores misiones sólo han podido hacer medidas indirectas de la temperatura, la atmósfera o la imagen. Se podían proponer hipótesis sobre lo que hay en la superficie del planeta, pero no el análisis directo".

El brazo robot del explorador, que en conjunto tiene un tamaño dos veces más largo y cinco más pesado que los anteriores, podrá llevar consigo diez instrumentos. En un artículo de la NASA se especifican: además de CheMin, el dispositivo de difracción de rayos X y fluorescencia de Blake y Sarrazin que ha revolucionado, a pesar de ser del tamaño de una maleta, los métodos de análisis en el espacio, lleva un espectómetro de partículas Alfa y rayos X que medirá la abundancia de elementos químicos en el suelo, las rocas y las muestras; un dispositivo de imagen con lupa en Marte, que enviará imágenes en color y actuará como una lente de aumento; un instrumento que 'olfateará' el aire; o un instrumento que ayudará a Curiosity a elegir el lugar más apropiado para tomar muestras. Otros dispositivos medirán, además, el tiempo atmosférico o la radiación cósmica.

Aunque hoy Marte resulta un lugar inhóspito, con una temperatura bajísima, grandes tormentas de polvo que oscurecen el cielo del planeta durante largos meses y una intensa radiación, no siempre fue así. "Si encontramos evidencias de que en el pasado hubo condiciones parecidas a la de la Tierra, podemos encontrar trazas de vida". Son importantes las comparaciones con regiones como Riotinto, Yellowstone o las grandes profundidades oceánicas, donde se han encontrado extremófilos (organismos que viven en condiciones ambientales extremas) que puden ofrecer a la ciencia importantes pistas. "En todos los análogos de Marte el agua está siempre presente". En Riotinto, por ejemplo, "hay jarosita porque es un mineral que se forma a partir del agua, es un sulfato hidratado de hierro". En Marte se supone la existencia de este mismo mineral. La diferencia es que en la Tierra hay "oxígeno en la atmósfera".

Sarrazin es prudente. Aunque apuesta por encontrar alguna huella de la vida en el pasado de Marte prefiere esperar a tener los resultados para lanzar alguna conclusión. Lo que es cierto es que encontrarla serviría para que el ser humano se plantee que podría haberla "en el resto del Universo: diferente tipo de vida, evidentemente, pero vida".

El gran enigma de Marte no es sólo descubrir si alguna vez hubo vida. ¿Podría ser el Planeta Rojo un espejo para la Tierra? "La razón de saber lo que ha pasado en Marte", confiesa, "es importante para ver lo que puede pasar en la Tierra con el calentamiento global. Si conocemos cómo evolucionó Marte podemos ver en él un reflejo de lo que puede pasar en la Tierra".

El futuro de la ciencia se abre camino a pesar de la crisis. El robot más sofisticado construido hasta ahora por la NASA, que partió el pasado 22 de noviembre desde Cabo Cañaveral, cuesta unos 2.500 millones de dólares (1.800 millones de euros), de los que España aporta 23. ¿Está justificado el alto coste de estas misiones en tiempos de una crisis mundial? Sarrazin no lo duda un segundo: "Sí está justificado porque no es dinero que desaparezca. Son 2.500 millones de dólares de trabajo, no de manipulación de dinero". El instrumento CheMin que les ha valido a él y Blake el reconocimiento de la NASA (han sido premiados recientemente por esta institución por "una de las mayores innovaciones tecnológicas en el campo de la exploración espacial") va más allá de la ciencia planetaria. Precisamente sus otras utilidades son el motivo de sus constantes visitas a Granada. Sarrazin y el profesor J. Daniel Martín Ramos, que participa también desde Granada en el equipo del Mars Sciencie Laboratory, desarrollan nuevas aplicaciones de este instrumento de rayos X, tanto para las actuales y futuras misiones espaciales como para su aplicación industrial en la Tierra. "Un difractómetro de laboratorio vale hoy en día unos 300.000 dólares", subraya Martín Ramos; "el que han desarrollado ellos cuesta 50.000". Teniendo en cuenta que CheMin es capaz de analizar cualquier sustancia sólida, sus aplicaciones van desde analizar la propia piedra de nuestro planeta a otras más relevantes y complejas. El análogo terrestre del laboratorio CheMin se ha desarrollado con el nombre de Terra. Este se utilizará por ejemplo en proyectos humanitarios para analizar los medicamentos que van al Tercer Mundo y que no tienen la composición que debieran". Teniendo en cuenta que en África "el 60% de los medicamentos son falsos, están caducados o mal manipulados", su labor es fundamental. Pero además de en la industria farmacéutica, este nuevo instrumento se usa en campos tan diferentes como en el descubrimiento de explosivos ligados a bombas enterradas que continúan activas tras conflictos bélicos, o en la ciencia forense o policial, o para identificar cenizas posteriores a un incendio, o en la industria de la exploración minera y petrolífera, o en la industria del cemento, en nuevos materiales... También se ha desarrollado un equipo específico para el estudio de obras de arte y patrimoniales (denominado Duetto) que permite su uso "para estudiar 'in situ' los pigmentos de la pintura" en un cuadro de Velázquez, por ejemplo, o para estudiar las momias o los grandes templos del pasado. "Lo importante es que este instrumento no destruye la muestra". En unos pocos minutos, el invento de Blake y Sarrazin puede ayudar a descifrar los miles de secretos que se esconden a lo largo y ancho del Universo.

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