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Nace la Academia de las Artes y de las Ciencias del Flamenco

  • La institución sin ánimo de lucro no contará con financiación mediante mecenazgo, por lo que tendrá que buscar convenios para poder funcionar en el futuro

La Academia de las Artes y las Ciencias del Flamenco acaba de comenzar su andadura con un órgano directivo provisional encabezado por Luis Adama, y cuyos estatutos serán formalmente aprobados por los socios fundacionales en una Asamblea General que se organizará en Sevilla el próximo Noviembre.

Una junta directiva que, además de con la presidencia de Adama, presidente de la Fundación Tablao Cordobés, contará con seis vicepresidencias, integradas entre otros por el presidente de la Confederación de Peñas Flamencas, Diego Pérez.

Un conjunto que será el encargado de dirigir temporalmente este nuevo ente que surgió en el II Encuentro Nacional del programa Flamenco y Sociedad.

Adama, que dio la noticia durante la reunión fundacional que tuvo lugar ayer en el Palacio de Cibeles, indicó que, ante la ausencia de "financiación vía mecenazgo" que padecerá la nueva asociación durante sus dos primeros años de vida, será necesario un "convenio" con la fundación que él preside.

Además del propio Adama, le acompañaron el subdirector general de Promoción de Industrias Culturales y de Fundaciones y Mecenazgo del Ministerio de Cultura, Faustino Díaz Fortuny, y el director del Instituto de la Cultura Gitana, Diego Fernández.

Mientras Fortuny habló de "reivindicación" del flamenco con el nacimiento de esta Academia, Fernández se mostró aún más exigente y severo, afirmando que, de seguir en su estado actual, "el flamenco corre el riesgo de vivir en la tormenta".

"El flamenco es un tesoro y para comprenderlo hay que explicarlo; por eso no sólo el elemento artístico es fundamental, sino también el intelectual. Hay que analizar por qué está ahí", añadió Fernández.

Para él, la creación de esta Academia de las Artes y las Ciencias del Flamenco es "el último vagón del último tren" para que esta disciplina, declarada patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco, "ocupe su lugar adecuado" y sea "divulgado en la sociedad del siglo XXI".

Un objetivo que, para el director del Instituto de la Cultura Gitana,"tardará años" en cumplirse, y que requerirá del apoyo de "organizaciones gitanas" y de la "unión" de todo el gremio gitano.

Adama ratificó esta idea, afirmando que a los gitanos y amantes del flamenco se les "llena la boca con la palabra cultura" para referirse a él, pero que la sociedad "no está educada" en esa concepción.

Antes de describir los objetivos de esta asociación sin ánimo de lucro que es la Academia, Adama habló de los "enormes desequilibrios" entre las fortalezas y las debilidades del flamenco, al que llegó a situar en un estado "caótico". La "escasa cultura empresarial" o los "cachés desproporcionados" fueron algunos de los factores que Adama quiso destacar.

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