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Laví e Bel cancela por sorpresa la nueva temporada de 'Cabaret Popescu'

  • La compañía que dirige Emilio Goyanes, que iba a estar en cartel cinco meses consecutivos, renuncia por la imposibilidad de explotar un ambigú en el teatro de CajaGranada

Lo que iba a ser el verano más cabaretero se queda en un espejismo. Laví e Bel renuncia a representar en el Centro Cultural CajaGranada sus espectáculos Cabaret Caracol, Cabaret Popescu y La Barraca del Zurdo y la cuestión de fondo es la imposibilidad de explotar el ambigú con el que la compañía pretendía cuadrar sus números junto a la taquilla.

Hace menos de dos semanas, Emilio Goyanes, director de la Laví e Bel, presentó su ambiciosa propuesta de permanecer cinco meses consecutivos en el Centro Cultural CajaGranada con tres espectáculos diferentes de cabaret. Ayer, a menos de tres semanas del comienzo de la temporada, la compañía anunció que cancela todas las actuaciones previstas, entre ellas Cabaret Popescu, la iniciativa que nació el año pasado con gran éxito y que consistía en una cena en el Patio de los Culturas a cargo del chef Álvaro Arriaga amenizada por los actores y actrices de Laví e Bel.

Pero el motivo de la cancelación tiene otro escenario, concretamente el Teatro de CajaGranada, donde se iban a desarrollar dos espectáculos de cabaret con los que la compañía pretendía retirar las gradas para dejar un espacio diáfano, crear un ambiente cabaretero con mesas y sillas y, de paso, hacer caja con la explotación del bar. Este era el proyecto inicial, imposible en otro teatro porque el de CajaGranada es el único que tiene gradas retráctiles, hasta que los técnicos alertaron que, al retirar el graderío, quedaban inutilizadas dos puertas de emergencia y el aforo tenía que reducirse considerablemente para cumplir con los protocolos de seguridad y obtener la licencia del Ayuntamiento.

Pese a conocer esta circunstancia, Laví e Bel presentó el programa el pasado 8 de mayo y Emilio Goyanes afirmó a los medios que la idea era retirar las gradas pero que era un punto que todavía no estaba cerrado del todo. De hecho, Goyanes dejó abierta la puerta a que los cabaretes se celebrasen con los espectadores sentados en sus butacas como un espectáculo más. Sin embargo, el pasado 17 de mayo, los responsables de Laví e Bel mantuvieron una reunión con Diego Oliva, director de la Obra Social de Caja Granada, quien notificó que finalmente no se podría recoger la grada en el teatro por cuestión de permisos. Cabaret Caracol y La Barraca del Zurdo había que hacerlos, en todo caso, con la grada montada, "perdiendo todo el sentido 'cabaretero', obligándonos a una bajada de precios insostenible, a no contar con el rendimiento del bar y a cambiar radicalmente el concepto artístico", explica Laví e Bel en una nota. "La viabilidad económica del proyecto, frágil de por sí, está ya en absoluto peligro", continúa la misiva de la compañía que también denuncia que, a principios de mayo, CajaGranada les comunicó que no iban a realizar la aportación económica que tenían pactada "de palabra".

Desde la Obra Social de CajaGranada se reconoce que al principio de las conversaciones se habló de una "pequeña" ayuda pero que al final se desechó porque "con los nuevos presupuestos no puede haber ninguna ayuda y sólo podíamos ceder el espacio". CajaGranada, que ofrece todos los martes un ciclo de cine en su teatro, tendrá ahora que improvisar una programación cultural para estos meses "teniendo en cuenta los nuevos criterios económicos y buscando proyectos que tengan una vertiente social".

Laví e Bel sostiene la cancelación de los espectáculos previstos "echa por tierra el trabajo de meses de 19 personas y pone en peligro a la compañía". "Son más de 1.000 carteles y 20.000 folletos que ya están fabricados y que hay que tirar, es todo un plan de comunicación cuya idea y concepto hay que cambiar por completo", sostienen.

Por último, el chef Álvaro Arriaga, que iba a encargarse de las cenas de Cabaret Popescu, no quiso ayer hacer declaraciones al respecto aunque sí quiso transmitir un mensaje de normalidad porque "la vida continuará igualmente en el Restaurante Tartessos" que se ubica en la última planta del Centro Cultural CajaGranada Memoria de Andalucía.

La compañía pretendía retirar las gradas del teatro para crear un ambiente diáfano y servir bebidas.

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