62º festival internacional de música y danza de Granada

El no estreno de Michael Nyman

  • El conocido compositor británico se saltó el programa previsto y no estrenó su visión delas 'Variaciones Goldberg' aunque sí abordó la música de Bach de 'El clave bien temperado'.

Iba a ser una noche para la historia con el estreno mundial de la visión del pianista británico Michael Nyman de las Variaciones Goldberg de Bach. Pero los pocos afortunados que habían conseguido una entrada para el Patio de los Arrayanes se llevaron la sorpresa de la noche cuando ojearon el programa de mano que había facilitado el Festival, en el que se especificaba que el pianista interpretaría una selección de la música que ha compuesto para cine -El contrato del dibujante, Wonderland, Gattaca, El piano, El fin del romance y El diario de Ana Frank- junto a extractos de El clave bien temperado, de Bach. Pero de las Variaciones, una de las obras más difíciles de ejecutar y que había causado unas insospechadas expectativas entre el público, ni rastro. El monumental enfado de muchos de los presentes se hizo patente en muchos rostros serios y de incredulidad, sobre todo entre los críticos de prensa. 

El concierto se llevó a cabo sin intermedio ni pausa. Un concierto bello, pero inesperado, un collage que reunió varias de sus obras para cine con breves pinceladas de El clave bien temperado. Una conexión sutil de la belleza de la armonía barroca, interpretada de una forma muy subjetiva, con el minimalismo más cinematográfico y conmovedor de Nyman. Un ejercicio de reflexión  que consiguió conectar cuatro siglos con tan solo un piano como único motor de unión. 

 

Todo estaba preparado para que el concierto de ayer entrara con letras mayúsculas en la historia del Festival, con uno de los iconos culturales más fascinantes del panorama cultural contemporáneo frente al piano, lo que hacía aún más especial el concierto, dado que en los últimos años  sus recitales han sido en su mayoría con su conjunto, la Michael Nyman Band, caracterizada por utilizar instrumentos antiguos y modernos, fusionando músicas de ayer y hoy.

 

Pese al desencanto, Nyman demostró que, aún sin estreno, es uno de los artistas más capacitados del panorama actual. Durante el concierto, las partituras volaron por los Arrayanes, un libreto aparentemente desordenado tamaño de página de periódico que removía con  brío, como si no encontrara lo que busca. Es lo único que se oía en el patio y, cuando ya no le servían, las arrojaba al suelo en un gesto soberbio. Si hubiese soplado un poco más de aire se hubiese llenado de corcheas el estanque central. Antes de que esto pudiera ocurrir, un empleado del festival se levantó con toda la parsimonia del mundo, cruzó todo el patio, recogió una de las partituras y volvió a su asiento. Y entre los espectadores, la protagonista del domingo, Ute Lemper, escuchaba con atención las evoluciones del pianista. Nyman, conocido por su carisma y su cercanía con el público, se dejó ver a la entrada del concierto, haciéndose fotos con los espectadores  y firmando autógrafos, algo inusual. Tanto como ir a un estreno y encontrarte con un pastiche. Acabado el concierto, fuentes del Festival restaron importancia al cambio de programa asegurando que el concierto se desarrolló según lo previsto, aunque lo cierto es que en la nota remitida el día anterior se especificaba que el pianista iba a estrenar la obra Nyman's Goldberg Variations, un encargo del propio Festival y del Centro Nacional de Difusión Musical. 

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