pepa masegosa. comisaria de la muestra

"Si una mujer pusiera el pie en Marte el mérito se lo llevaría un hombre"

-Cuando el hombre llegue a Marte, ¿si fuera una mujer la primera en poner el pie en el planeta rojo sería la imagen perfecta de que las cosas han cambiado?

-Le puedo asegurar que si se llegara a eso sería un hombre el que se llevara el mérito.

-En literatura ha sido muy común el caso de mujeres que publican con el nombre del marido. ¿También en ciencia?

- Hasta finales del XIX y principios del XX la mujer no entra en la universidad, esto dio lugar a que durante muchos años las investigaciones que hacían se daban a conocer a través de los maridos, padres o hermanos. La historia de la Astronomía está llena de estos casos. Un caso prodigioso es el de Maria Winckelmann, una alemana que estuvo trabajando con su marido en la construcción de un calendario. Fue la descubridora del primer cometa, pero la publicación se le atribuyó al marido, porque en aquella época este tipo de publicaciones se hacían en latín y ella sólo hablaba alemán. Es curioso que, cuando muere el marido, para mantener a sus tres hijos optó al puesto que tenía su esposo en la Academia de Ciencias. Pero no le dieron el trabajo por ser mujer y continuó haciendo Astronomía, porque un conde la contrató porque en aquella época era prestigioso tener observatorios privados. Ella volvió a la Academia con su hijo, al que sí le dieron el puesto del padre aunque ella había sido la maestra. Afortunadamente, en los últimos años y a partir de las luchas sufragistas, la mujer ha mejorado su posición. Pero hay casos como el de Jocellyn Bell, que descubrió los púlsares y el Premio Nobel se lo dieron a su director de tesis. Hay gente que dice que fue por ser estudiante, no por ser mujer, pero en cualquier caso es injusto. Si uno tiene la paciencia de leerse los discursos de los laureados con el Nobel se da cuenta de que hay mujeres detrás de estos descubrimientos.

-¿Qué casos le han llamado más la atención?

-Descubrí la figura de Nancy Bogges, de las primeras astrónomas con puesto permanente en la NASA. Fue la investigadora principal del satélite COBE, dedicado a reconstruir el fondo de radicación de microondas en el universo. Descubrió la radiación de 3 Kelvin que queda de los momentos iniciales del Big Bang. Esta señora era la investigadora principal y se estaba jubilando cuando el descubrimiento, así que le dieron el Nobel a otro hombre del equipo. Cuando se hace un descubrimiento y lo hace un varón, en general, se le pone el nombre del descubridor; si es una mujer se le pone el nombre del efecto que descubre. Esto hace que sus nombres desaparezcan.

-¿No hay ninguna mujer astrónoma que haya recibido un Premio Nobel?

-No. Ha habido algún Nobel en Astrofísica, pero en ningún caso se ha premiado a la mujer. Yo he identificado tres casos en los que tendrían que haber dado el Nobel a una mujer: Nancy Bogges, Jocellyn Bell y Margaret Burbidge, una mujer que firmó un trabajo junto a su marido y otros dos astrónomos, un trabajo en el que demostraron cómo ocurre la nucleosíntesis, cómo se sintetizan los elementos químicos en los interiores de las estrellas. Pero el Nobel se lo dieron a Fowler, el tercer investigador de la lista. Hubo un trabajo que hizo el Ministerio sobre el tema de género que demostró que para que una mujer llegara a catedrático había que multiplicar por dos veces y media el currículum de un catedrático varón. Eso significa que las mujeres tenemos que tener tres veces más currículum que un hombre para que no se la discuta. Esta barrera está ahí y creo que tiene que ver con la educación sexista a la que estamos sometidos hombres y mujeres.

-Granada tiene un flamante instituto con el nombre de Ramón Cajal y una de sus principales arterias lleva el nombre de Severo Ochoa. ¿Qué nombres de científicas españolas deberían tener un sitio en el callejero sí o sí?

-Hubo un montón de mujeres en la Residencia de Señoritas antes de la Guerra Civil, con la República, cuando hubo un gran repunte de la investigación en España. Hubo una gran cantidad de mujeres, sobre todo en el área de Química, que hicieron trabajos prodigiosos y de primer nivel. Hay un libro de Carmen Magallón que recomiendo leer, Nosotras las científicas, donde se reivindica la figura de estas mujeres. Antonina Rodrigo publicó un libro sobre una química que hizo grandes contribuciones y que tras la guerra trabajó en México. En Astronomía tenemos dos referentes, una es Antonia Ferrín, la primera mujer de la que tenemos noticias que se dedicó a la Astronomía. También está la primera que tuvo plaza en la universidad, la doctora Maria Assumpció Català.

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