Erika martínez. Poeta

"La singularidad de la obra de Rosales es su coherencia global"

  • La autora regresa como antóloga del poeta granadino con la obra 'Un paisaje', publicada en Renacimiento

-Tras su último poemario regresa a las publicaciones poéticas como antóloga. ¿Cómo surgió la idea de realizar esta obra de José Carlos Rosales?

-Pues fue el propio poeta quien me lo propuso hace como un par de años. Yo ya había escrito sobre dos poemarios suyos anteriormente y me gusta mucho la editorial Renacimiento, así que acepté encantada.

-La selección de poemas desde 1984 hasta 2013, ¿ha resultado un proceso difícil?

-Siempre surgen dudas cuando estás antologando una obra, pero no ha sido difícil, la verdad, porque ya estaba familiarizada con la poesía de Rosales. Llevé a cabo una relectura minuciosa de todos sus poemarios e hice una selección inicial a la que añadí algunos inéditos. El propio Rosales leyó la selección y me sugirió un par de poemas más que reconsideré. Es una antología que combina los poemas que considero más significativos de Rosales con los que más me gustan a mí.

-¿Qué evolución has observado?

-Más allá de la maduración progresiva de la voz de Rosales como poeta, diría que una de las singularidades de su obra es su coherencia global. Desde El buzo incorregible hasta los poemas inéditos, toda su lírica lleva a cabo un trabajo con el flujo de la conciencia, tiende a proyectar cierto material íntimo en el espacio y mantiene siempre cierto aire fantasmal. Quizás la excepción más palpable hasta el momento sea Poemas a Milena, que es un libro de una austera singularidad amorosa.

-¿Por qué el título: 'Un paisaje'?

-Porque toda antología es tan solo uno de los muchos posibles paisajes que ofrece la obra de un autor. Pero también porque toda mirada (y no hay paisaje sin ella) es una antología.

-En el prólogo afirma que José Carlos Rosales es un autor que "ha ido y venido con sigilo". ¿Cree que tiene el reconocimiento merecido?

-Yo diría que los reconocimientos colectivos surgen y se desvanecen con demasiada facilidad, la verdad, así que en general prefiero desconfiar de ellos. Creo que Rosales ha ido construyendo a lo largo de los años una voz personal y discernible, algo que suele decirse a menudo de otros poetas pero que solo es cierto en unos pocos casos. Su sigilo es el de la poesía que se hace en un lugar estético poco frecuentado.

-Algunos poetas como Miguel d'Ors o el recientemente desaparecido Vicente Sabido que podrían calificarse de 'outsider' cuentan con una antología en esta colección de Renacimiento. ¿Podría considerarse una colección de inclasificables?

-Pues diría que en esa preciosa colección, que arrancó sobre el 2002, hay ya un poco de todo, poetas españoles que ocupan lugares muy diferentes en el canon, que están en el centro o en sus márgenes, que son clásicos como Cernuda o Girondo, y contemporáneos como Roger Wolfe o Álvaro Salvador.

-Considera la poesía amorosa de 'Poemas a Milena' (2011) como el cenit de la poesía de Rosales. ¿Por qué "hay que ser muy valiente" para escribir poemas de amor?

-Suele decirse que no hay nada más complicado que escribir un buen poema de amor porque muy a menudo se incurre en cursiladas, lugares comunes o vaguedades confesionales a la hora de hacerlo. La tradición amorosa de la poesía puede resultar aplastante. Quizás por eso mismo es cada vez más un reto. Poemas a Milena consigue, además, hacerlo no de una manera irónica o con una sofisticación inesperada, sino apostando por la profundidad de la sencillez. Y eso sorprende aún más. Son poemas muy desnudos. Ese es quizás su secreto.

-En el universo simbólico de la poesía de José Carlos Rosales cohabitan "la mística de la intemperie" y "la sordidez del capital" como si se encontrasen San Juan y Kafka. ¿Cómo es eso posible?

-Pues creo que toda la poesía de Rosales tiene una fuerte impronta existencial y un malestar que es público y privado al mismo tiempo (como la poesía). Eso deriva muchas veces en un imaginario donde se combinan la arena, la nube o la roca con el crédito, las rentas y el monedero. Hay como un desasosiego que se disuelve mediante la vía mística o que se hunde en nuestro lodo financiero.

-En el prólogo de la antología también señala que los poemas de Rosales trabajan "el sentido por capas". ¿De qué manera?

-En un libro como La nieve blanca, puede decirse, por ejemplo, que la estructura no funciona como un progreso, porque los poemas no se suceden, sino que se acumulan, como la propia nieve, un poema sobre otro, con repeticiones y variantes que me hacen pensar en la contemporánea cultura serializada. Creo que era Genette quien decía que repetir es hacer espíritu.

-La extrañeza que reina en sus versos, ¿es la que los acerca al género fantástico?

-Sí, la poesía de Rosales tiene algo de suspense emocional y de extrañamiento que la acerca al género fantástico, más tradicionalmente asociado a la narrativa. También tiene cierta tendencia al simbolismo y un símbolo siempre es como una mina. Un peligro escondido sobre el que uno camina.

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