Zingonia Zingone. poeta

"En poesía, la traducción conlleva cierta traición a la obra del autor"

  • La autora londinense, que cultiva la poesía, la narración y la traducción, participa en una lectura poética en la Biblioteca de Andalucía

-Licenciada en Economía pero poeta, narradora y traductora. Su atracción por la literatura no se plasmó en su formación... ¿A qué se debió su elección de los estudios universitarios? ¿Ejerce de economista?

-Siempre tuve inclinación por las letras. A los 12 años, para llenar el vacío que sentía tras la muerte de mi padre, y acatando las instrucciones de mi profesor de literatura (exigía que, sin soltar la pluma durante diez minutos, todos los días escribiéramos nuestros pensamientos), comencé a componer prosa poética y cuentos. Cuando llegó el momento de escoger una carrera, mi madre, alegando que la escritura nunca me abandonaría, y para que tuviera mayores oportunidades en el mundo del trabajo, sugirió que estudiara Economía. Me pareció un buen consejo, y le hice caso. Por varios años me desenvolví en la banca en Italia, y posteriormente en empresas agrícolas en Centro América. Efectivamente, la escritura nunca me abandonó; fue creciendo conmigo, hasta que la poesía se hizo muy exigente con mi tiempo. Tan exigente, que hoy me dedico casi exclusivamente a la escritura y a la traducción.

-Nacida en Londres y criada entre Italia y Costa Rica. ¿Cómo influye esa itinerancia en su obra?

-La itinerancia dejó y sigue dejando una huella importante en mi obra. En mí conviven de manera natural idiomas y culturas diferentes. La memoria de mis sentidos, englobando elementos tropicales y mediterráneos, hispanoamericanos y europeos, ha desarrollado mucho mi capacidad empática. Me transporto con facilidad a otros sitios, reales o imaginarios, donde inesperadamente brota la poesía. Crecer entre dos continentes me dejó otro gran patrimonio: el inglés. Estudiando en inglés, no sólo tuve acceso a la literatura anglosajona, sino que pude apreciar los rasgos que diferencian un mundo anglófono de otro.

-En ese multiculuralismo, ¿por qué se decantó al final por personajes de ensoñación oriental?

-No fue una elección consciente y es la primera vez que mis versos cargan un sello oriental. Creo que en Los naufragios del desierto concurren las lecturas de aquel momento (Khayyam, Rumi y Hafez), con los ecos de la infancia (Las mil y una noches). Pero quizás el ingrediente desencadenante se llame Rubén Darío. Viví por varios años en Nicaragua y estoy personalmente vinculada con la familia de Margarita Debayle, "la musa eterna" de Darío. Repetidas veces escuché declamar los poemas orientales, y los tengo muy integrados a mi esfera emocional. Pero bueno, ese es el milagro de la creación poética: acontecer inesperada e independientemente del empeño racional del poeta.

-Sus poemas tienden a la narrativa, ¿tiene mucho de narradora como poeta?

-Depende. Cada libro tiene su tono y su estilo. En este libro quise contar cuentos en versos. Los libros anteriores, y el que le sigue a éste, se componen de poemas sueltos. Sí, me han dicho antes que mi poesía tiende a la narrativa.

-¿Se siente más cómoda en la poesía, la narración o la traducción?

-Me siento cómoda tanto en la poesía como en la narración. Depende del momento. En estos últimos años me he dedicado más a la poesía. La traducción me resulta fácil, pero es un proceso creativo distinto respecto a la poesía y la narración. Traduzco más por necesidad que por placer. Sin embargo, se convierte en un placer muy grande cuando hay identificación con el texto.

-¿La traducción es el género más ingrato?

-La traducción es importante y necesaria. Si bien es cierto que en poesía la traducción conlleva cierta traición al autor, sin traducción se perdería el acceso a toda la literatura en otros idiomas. Más que ser un género ingrato, yo diría que es un género cuyo grato cumplimiento no depende sólo del traductor, sino de la compatibilidad con el texto original.

-¿Qué poemas ha elegido para su lectura en Granada?

-Fragmentos de Los naufragios del desierto. Por ser cuentos en verso, escogeré aquellos textos del libro que permitan comprender la trama general.

-¿Cuál es su vinculación con el Ateneo de Granada?

-Yo llego al Ateneo de Granada por obra de mi amigo poeta Juan Carlos Abril, quien me refirió al poeta Álvaro Salvador, miembro de la junta directiva. Tenía muchas ganas de conocer Granada y sentir sobre mi propia piel las vibraciones de su herencia histórica. Para mí es significativo presentar Los naufragios del desierto aquí, ya que el libro contiene elementos tanto de la cultura árabe como de la judeocristiana, y uno de los tres cuentos culmina precisamente en Andalucía.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios