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Dos granadinos, galardonados por la crítica en poesía y relatos

Hace 20 años, escritores, profesores universitarios, críticos y periodistas, hombres y mujeres decididos a reivindicar la mejor creación literaria del sur, crearon el Premio Andalucía de la Crítica. Ayer, para conmemorar el aniversario, la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios, responsable de la convocatoria anual del mismo, celebró el acto de entrega de los galardones a los ganadores de la edición 2014 en el Ayuntamiento de Sevilla, en un acto presidido por el alcalde de la ciudad, Juan Ignacio Zoido. Los premiados son los granadinos Mariluz Escribano, por su poemario Umbrales de otoño (Hiperión), y Ángel Olgoso, que con Las frutas de la luna (Menoscuarto) se hizo con el premio en la modalidad de colecciones de cuentos o relatos, inaugurada este año, mientras que la sevillana Eva Díaz Pérez, obtuvo el premio en la modalidad de novela por Adriático (publicada por la Fundación José Manuel Lara tras ganar también el Premio Málaga de Novela el año pasado),

Recibió primero su premio Escribano tras una emocionada intervención de la poeta Rosa Díaz, que repasó la trayectoria vital y literaria de la escritora nacida en 1935, autora de una extensa obra poética en la que destacan Sonetos del alba, Desde un mar de silencio, Canciones de la tarde o Ventanas al jardín. Umbrales de otoño, la obra por la que ha recibido este reconocimiento, es un compendio de sus inquietudes vitales, una obra sobre "la amistad, el amor y la soledad", este último un tema siempre presente en sus versos donde late "un romanticismo distante del desbordamiento", y en los que en este último poemario, dijo Díaz, vibra siempre "el intimismo y la melancolía". Acompañada por sus hijos, Escribano se declaró "realmente emocionada" y confesó que este premio ha supuesto un acicate importante: "El libro ha sido generosamente valorado, y esto es algo que le da un empujón fuerte a mi abundante pero lenta carrera literaria, que no ha sido reconocida en absoluto en mi ciudad y he tenido que ir a Málaga o a Sevilla para que se me reconozca un poco el mérito. Ha sido darme el premio y ponerme a escribir como una loca. Mi corazón está con vosotros", afirmó con tono contenido pero visiblemente conmovido.

El propio Zoido le entregó el premio a Eva Díaz, que agradeció este "apoyo a quienes nos empeñamos en hacer novela literaria, porque es una osadía hacer buena literatura, o digna al menos, en estos tiempos de mercantilismo". "Mis novelas intentan explicar Europa. Y yo, afortunadamente, sí siento que mi ciudad me quiere. Además, si Sevilla quiere presumir de tradición, puede presumir de su literatura: hay infinidad de poetas y escritores que habría que reivindicar más", concluyó su breve intervención la periodista y escritora, que en Adriático, segundo fruto de su galería sobre el espíritu y la historia de Europa tras El sonámbulo de Verdún, un empeño que surge de su admiración de ese vasto y sugerente territorio literario que compone la Mitteleuropa, explorada de manera paradigmática por Claudio Magris en El Danubio. Con ese espíritu, Díaz propone en Adriático una "soberbia reconstrucción de una Venecia emocional", una novela, como lo definía el fallo del jurado, de "pasmosa destreza narrativa y envuelta en una "atmósfera suntuosa y decadente".

Ángel Olgoso se definió como un "autor invisible" en un "género invisible", en referencia al relato breve, al fantástico y al microrrelato. El autor granadino, que en sus 40 años escribiendo siempre ha tratado de que al lector "le invada el vértigo o la inquietud", consideró Las frutas de la luna su obra definitiva: "Creo que es el libro por el que yo nací", llegó a afirmar el también autor de Almanaque de asombros o La máquina de languidecer, quien definió su último trabajo como "un viaje íntimo al centro de la humanidad y un viaje sideral al fondo de cada uno".

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