El cantante mexicano Alejandro Fernández cerró hace unos días su periplo español del Confidencias World Tour después de asaltar escenarios como el Palacio de Deportes de Madrid, el Palau Sant Jordi de Barcelona o el Estadio de la Cartuja de Sevilla. En todos estos conciertos, el artista tenía una canción señalada en rojo en el set list, Hoy tengo ganas de ti, el tema con el que sabía que sus fans iban a dejarse la poca voz que a esas alturas de concierto les pudiera quedar. El tema lo compuso en la década de los setenta un granadino, Miguel Gallardo, que por entonces se llevó de calle a todas las grupis de la época con una de las canciones más románticas de la historia. Gallardo lucía el cardado en el pelo habitual, el mismo que hoy en día mantiene inasequible al desaliento Máximo Valverde. También sufría la moda de los pantalones con pata de elefante y las camisas abiertas hasta el ombligo, pero fue este granadino quien compuso un himno del amor que ha alcanzado más de dos millones en ventas y que ha sido versionado en otras lenguas como francés, inglés, portugués, chino, finlandés o griego. Casi 40 años después, sigue siendo coreado en estadios atestados de gente.

Miguel Gallardo nació en Granada en 1950 y a los ocho años se trasladó con su familia a Barcelona, donde cursó Ingeniería Técnica al tiempo que estudiaba solfeo, guitarra y piano en el Conservatorio de Música de la Ciudad Condal.

Comenzó su carrera en los setenta como compositor para otros artistas, hasta que en 1974 lanzó los primeros sencillos que destacaron en el mercado, Recordando a Glenn y Quédate, canción inspirada en el poema Farewell de Pablo Neruda con la que logró su primer número uno en España.

En 1975 publicó Hoy tengo ganas de ti y su primer disco, Autorretrato, convirtiéndose en el primer artista español en ser distribuido por el prestigioso sello EMI-Harvest. A partir de este momento se consolidó en el mercado hispanoamericano. Temas como Hoy tengo ganas de ti, Otro ocupa mi lugar, Gorrión, Y tú dónde estás, Saldré a buscar el amor o Y apago la luz ratificaron su éxito.

En la década de los ochenta lanzó varios álbumes que alcanzaron discos de oro y platino en la mayoría de países de habla hispana con temas como Corazón, Tu amante o tu enemigo, Muchachita y Corazón viajero. Durante este periodo hizo continuas giras por España y Latinoamérica, actuando en lugares tan emblemáticos como el XXVI Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar de Chile en 1985, el Madison Square Garden de Nueva York y el Greek Theatre de Los Ángeles (California).

En 1990 recibió el premio ACE (Asociación de Críticos del Espectáculo) de Nueva York, como el mejor cantante latino. Hacia mediados de la década de los noventa crea su propia editorial y productora musical , denominada Veramusic, dedicada a buscar y lanzar nuevos compositores e intérpretes como Azúcar Moreno, Sergio Dalma, Ana Torroja (Mecano), Ana Belén, Alejandra Guzmán, Valeria Lynch, Lucero, Greta y Los Garbo, Mijares, Betty Missiego o Los del Río, entre otros.

Miguel Gallardo, que en 1999 recibió otro Disco de Diamante, por las ventas de sus canciones, falleció en 2005 como uno de los productores más respetados del país y por los propios músicos. Hoy en día, pese a que emigró tempranamente a Barcelona, aparece en las listas de los veintes cantantes granadinos más importantes de la historia compartiendo ranking con grupos como Los Planetas y cantantes como Carlos Cano o Miguel Ríos. De hecho, en cuanto a ventas, sólo el intérprete de Vuelvo a Granada puede presumir de un éxito internacional parecido al de Miguel Gallardo.

Casi diez años después de su muerte, Alejandro Fernández se mantiene en el podium de cantantes románticos gracias a temas como Hoy tengo ganas de ti. Pero la vinculación del artista mexicano con Granada no acaba aquí. Su padre es el cantante de rancheras Vicente Fernández, que en 1972 dio el pelotazo de su vida con Volver, volver, que arrasó con todos los récords de ventas en América Latina, España y Estados Unidos. Vicente Fernández forjó una intensa amistad en México con el poeta granadino Manuel Benítez Carrasco, unos lazos que su hijo perpetúa con otro paisano de la ciudad de la Alhambra, Miguel Gallardo.