Francisco Carrión. Periodista

"El periodismo no debe atarse a la dictadura de la actualidad"

  • El granadino recibe el Premio al Periodista Joven del Año por la Asociación de Prensa de Madrid Trabaja en Egipto desde el año 2011.

Natural de Granada y parte de su vida arraigada en Estepa (Sevilla), el periodista freelance Francisco Carrión ha sido galardonado por la Asociación de Prensa de Madrid con el Premio al Periodista Joven del Año por su cobertura en las revueltas egipcias del 2011. Desde ese mismo año colabora con el diario El Mundo, tras una beca de prácticas en la Agencia Efe. "No es solamente un reconocimiento personal sino también a todos los jóvenes que estamos pasando por esa crisis de identidad que hay en los medios de comunicación; asimismo, es un reconocimiento para todos los periodistas freelances y no sólo a los que están fuera", añade el profesional tras recibir la noticia un día de enero. Él mismo recuerda a todos las personas que le han apoyado a lo largo de su trayectoria; pero sobre todo, alude al corresponsal Javier Espinosa como la persona que depositó en él toda su confianza, agradeciendole su posición actual.

Con apenas 27 años, está cumpliendo el sueño de muchos graduados y estudiantes de esta profesión "tan maltratada y mutilada". Sus compañeros periodistas de El Cairo lo definen cariñosamente como "pesado" por su currículum lleno de premios; pero él cree que de todas las medallas recibidas, la mejor es "tener un hueco y trabajar todos los días en lo que te gusta, siendo consciente de todos los despidos que ha habido en los últimos años".

Las etiquetas en el mundo del periodismo son las que definen a estos profesionales; no obstante, a Carrión no le gustan estos términos como el de "reportero en zonas de conflicto". Él lo ve más simple que todos esos rótulos impuestos ya que "un periodista va a ser un periodista en cualquier parte del mundo". No piensa que haya distinciones, es más, cree que "la especialización en esta profesión es leer". Este trabajo es "tan sencillo como el de contar historias: ir a un sitio, enterarte y no dejar de preguntar". Aclara este concepto añadiendo que "un periodista local en Almuñécar hace el mismo trabajo que un periodista en El Cairo".

La situación en Egipto es una continua incertidumbre y una "gran experiencia". Tras la beca en la agencia Efe en la delegación de El Cairo, con una propuesta de trabajo para ser empleado en la empresa, Carrión lo valoró y finalmente decidió, tras llamar a muchas puertas de medios de comunicación, convertirse en periodista freelance de una manera estable en El Mundo. "Me quedé pensando que sólo iba a hacer un reportaje al mes y ahora, desde el 25 de enero de 2011, no he parado". Sin horarios de oficina, ya que es su propia casa, y siendo él su propio jefe, lleva un día a día que muchos lo envidiarían. Se siente satisfecho de trabajar en la República egipcia ya que puede proponer muchas cosas distintas: "Lo bueno de estar en este país es que no hay una gran carga de trabajo de oficina. La información, la mayoría de las veces, está en la calle".

Constantemente se ha atacado a la libertad que hay en los medios de comunicación y el propio periodista niega esta falta de independencia: "No me han quitado nada en mis textos ni me han tocado nada". Cree firmemente en la cobertura de los medios que se ha hecho en Egipto siendo ésta la más adecuada. Igualmente, condena las ofensivas y acusaciones "inventadas" a los profesionales extranjeros además de las críticas y amenazas continuas que se han realizado. "Hemos tenido que cambiar hasta nuestra manera de salir", señala Carrión. Las circunstancias en el país hicieron que la condena por colaboración con grupo terrorista a los periodistas ingleses de Al Jazeera sea para Carrión "una condena ridícula y política", ya que cuentan con unas pruebas que "son totalmente absurdas: audios que apenas se escuchan y fragmentos de videos sin sentido". La cadena qatarí ha sido el principal objetivo, aunque recuerda al resto de periodistas que también han sido atacados e incluso acusados sin justificación de "recibir una cantidad desorbitada de dinero a través de Qatar para intentar difamar la imagen de Egipto y criticar y denunciar a las fuerzas armadas".

La corresponsal Rosa María Calaf dijo que "para que nos curen no necesitamos un médico ciudadano; por lo tanto, para el periodismo, no es necesario un periodista ciudadano", refiriéndose al auge de "periodistas ciudadanos" que hubo durante la Primavera Árabe. Carrión se lamenta de que los periodistas cometieron muchos errores. Los activistas y la "élite" de jóvenes egipcios comenzaron a usar Twitter y "el fallo fue el pensamiento de que únicamente a través de las redes sociales se podía contar lo que pasaba. Al final se demostró que no", subrayó el periodista.

Debido al poco espacio mediático, alguno de los conflictos se acaban olvidando pero Carrión lo tiene claro: "el periodismo no debe estar atado a la dictadura de la actualidad". En esta carrera de obstáculos, la responsabilidad del periodista debe ser la de recordar y luchar para que no se ignoren. El periodista se está convirtiendo, poco a poco, en la gran promesa que cuenta el olvido.

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