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Lola Salvador, un guión con final feliz

  • La productora, novelista y guionista recibe el Premio Nacional de Cinematografía 2014 mientras que Alberto Rodríguez presenta con éxito 'La isla mínima'

El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, entregó ayer, en el marco del 62 Festival de Cine de San Sebastián, el Premio Nacional de Cinematografía 2014 a la productora, novelista y guionista Lola Salvador, a la que se ha referido como "polifacética", además de "comprometida" con su oficio y la sociedad y "llena de vida y de creatividad".

La gala de entrega de este galardón se celebró en el museo San Telmo de la capital guipuzcoana y contó con presencia de numerosas autoridades y representantes del mundo del cine y actores como Marisa Paredes, entre otros. Wert destacó que Salvador, guionista entre otras películas de El crimen de Cuenca, dirigida por Pilar Miró, y encargada de la adaptación del programa infantil Sesame Street en Barrio Sésamo, cuenta con "méritos diversos y variados".

Entre ellos subrayó su labor por "fomentar la alfabetización audiovisual" y transmitir su oficio enseñando a las nuevas generaciones a "entender, comprender y amar lo audiovisual". Además, ha explicado que el jurado de este premio ha decidido, por unanimidad, conceder a Salvador por considerar que se trata de una cineasta "comprometida con su oficio y con la sociedad", así como por tratarse de una persona "lleva de vida, de creatividad y de proyectos".

La premiada agradeció este reconocimiento y señaló que un premio como este "no deja de ser una carambola de votos, un azar". Además, se refirió a los guionistas como "bichos raros" aunque logran con su trabajo que las personas se reconcilien con sus vidas a través de los personajes que escriben. "Somos muy útiles", apuntó

Por otro lado, y aparte de la presencia de Antonio Banderas, el director de cine sevillano Alberto Rodríguez regresó al Festival de San Sebastián con La isla mínima, un thriller ambientado en la Transición española donde la impunidad envuelve un entorno de crímenes, secretos y corrupción que, opina, podría estar sucediendo ahora. "Es curioso -dice Rodríguez- pero lo que pasaba entonces seguía pasando en 2013 y sigue pasando ahora".

La isla mínima, primera película a competición en la Sección Oficial del 62 Festival de Cine de San Sebastián que se muestra en el certamen, nació del impacto que le produjo al director "una maravillosa exposición de fotos de Atín Aya sobre gente que vivía en las marismas" del Guadalquivir.

Esa gente, explica, "se había quedado como clavada en el tiempo"; ese dato y el visionado de dos documentales de la Transición española, Atado y bien atado y No se os puede dejar solos, completaron el cómo, el cuándo y el dónde. "Esos documentales están editados en el año 81 y no tienen el filtro de la historia (...). Nos dimos cuenta de que lo que pasaba entonces seguía pasando en 2013, y ahora; incluso había una crisis económica galopante, mucha gente se iba del país, gente en el campo trataba de cambiar las cosas...".

"Había problemas de definición del tipo de país que estábamos creando e incluso, qué gracia, con la ley del aborto, lamentablemente lo mismo que ahora", resume el director de cintas como Grupo 7, El factor Pilgrim o 7 vírgenes, todas las cuales pasaron por el Festival de San Sebastián y se llevaron su recompensa.

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