Mowgli en el espejo. Olivier Schrauwen. Fulgencio Pimentel. 56 páginas. 10 euros.

Seguramente los dos autores principales del catálogo de Fulgencio Pimentel, atendiendo al número de obras editadas, pero también a la importancia de su trabajo, sean Jim Woodring y Olivier Schrauwen. Si el primero representa (literalmente) lo mejor de la historieta estadounidense de las últimas décadas, el segundo va camino de representar lo mejor de la historieta europea de este siglo. Schrauwen (Brujas, 1977) es un artista audaz y muy sorprendente, que trabaja al margen de las modas, con un dominio absoluto de la narrativa gráfica y un descaro fuera de lo común. Su propuesta se instala en los límites de la gramática y profundiza en las posibilidades del modesto arte de las viñetas, sin olvidar nunca que el cómic es ante todo broma, diversión, juego. Leer los tebeos de Schrauwen es abandonarse a un gozo tan sencillo que resulta sofisticado. O viceversa.

Fulgencio Pimentel ya ha editado la recopilación El hombre que se dejó crecer la barba y la primera parte de la asombrosa trilogía Arsène Schrauwen, dos libros que se bastan para enamorar al lector más exigente. Y muy recientemente ha visto la luz Mowgli en el espejo, en edición de 500 ejemplares, a un precio increíble para la calidad del libro, que solo se pueden adquirir a través de la página web de la editorial (eso sí, con gastos de envío gratuitos para España). La publicación tiene gran formato, está grapada y ha sido impresa en dos tintas, lo que permite disfrutar del recital gráfico orquestado por Schrauwen. El belga experimenta con los colores y fabrica una aventura hipnótica, con los devaneos amorosos entre un niño salvaje y un simio como excusa narrativa. En estas páginas, el amor es una forma de autorrepresentación, un narcisismo obsesivo y hasta humillante, que encuentra en la jungla la atmósfera perfecta, y, en el espejo, un símbolo muy efectivo. Con su teatro campestre, Schrauwen nos devuelve una jocosa representación de las agonías del corazón, toda vez que seduce y satisface por completo nuestra mirada. Les recomiendo sinceramente que no se lo pierdan.