El escritor gallego Juan Tallón ofrece su particular canon literario en la novela-ensayo Libros peligrosos, en el que hilvana con ironía un centenar de títulos que son de "obligada lectura".
Ningún estilo, autor o época le son ajenos a Tallón: los Crímenes ejemplares de Max Aub y El mejor de los mundos de Quim Monzó, 2666 de Bolaño o los relatos de las Ficciones de Borges, clásicos de la literatura hispana como Cien años de soledad, Conversación en la Catedral o Pedro Páramo. Se alternan además El guardián en el centeno, Trilogía USA, La señora Dalloway, El hombre sin atributos o Bella del Señor.
En este viaje apasionante que Tallón construye enlazando una obra con otra se suceden autores tan distantes como Parménides, Kant o Wittgenstein, y el relato avanza suavemente relacionando a Giovanni Papini con Martin Amis, a D.H. Lawrence con Gay Talese, a Bret Easton Ellis con Mario Levrero o a Georges Perec con Flaubert sin que se aprecien las costuras.
"El reto era favorecer la posibilidad de lo imposible", dijo ayer en Barcelona a propósito de esas relaciones extrañas entre autores tan diferentes. Para el autor gallego, "no se trata de un libro de consulta, ni siquiera de un libro de canon literario o enciclopédico, ni de una obra de reseñas", sino que "lo verdaderamente interesante es ver las conexiones que hay entre un libro y otro".
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