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La belleza interna de 'Los miserables'

  • El gran musical sobre las desventuras de Jean Valjean se estrena hoy en el Palacio de Deportes y estará en cartel hasta el próximo domingo

¿Qué se esconde tras el telón? 37 técnicos, turnos de 24 horas, cuatro días previos, once trailers, 90 toneladas de material, 15 de telas, 30 decorados para un escenario de 32 por 16 metros. La escenografía tan resuelta y compleja del musical Los Miserables trae la revolución a Granada, y lo hace a un lugar nunca antes usado para este tipo de eventos: el Palacio de los Deportes.

Francisco Grande, jefe de equipo de la producción, abre las puertas del Palacio a la prensa para vislumbrar lo que será la obra. En vez de una cancha deportiva, ya está situada la caja escénica construida específicamente para la representación en Granada. "Hemos tenido que construir infraestructuras y acondicionar las que ya encontramos, adaptando el lugar a nuestras necesidades sin que eso perjudique la representación", señala.

Desde el pasado miércoles han estado transportando el escenario a la Francia del siglo XIX, donde transcurre la historia; aun así, la producción del espectáculo comenzó a gestarse antes. Y es que hace falta tiempo y precisión para lograr un montaje de tanta capacidad donde los elementos varían y hay tanto tráfico de escenografía, según detalla Grande.

Ya lo decía Victor Hugo, autor de la novela en la que se basa el musical: "Tiene razón al decir que Los Miserables fue escrito para un público universal". Desde su 25 aniversario en 2010, el musical presenta una renovada puesta en escena potenciando la poética de la historia. A la vez, es este montaje que se mantiene allá donde va el que crea esa universalidad y ese impacto general. Así, las pinturas incluidas del propio Victor Hugo pueden verse tanto en Seúl como en el Imperial Theatre de Broadway.

"Los Miserables tiene una premisa, y es que es igual en todos los lugares del mundo donde se ofrece. Este mismo set se está montando en Tokio o en Toronto. No podemos quitar nada, representamos tanto los diseños de escenografía como los de luz y sonido en todas las plazas a las que vamos". Así destaca Francisco Grande la importancia del detalle en esta producción a gran escala. En cuanto al método para lograrlo, señala la importancia de "combinar las técnicas antiguas de teatro con las técnicas más nuevas de sistemas automatizados que conviven con estos telares. Queremos sorprender pero no alejar al espectador de la esencia de la obra".

Esta esencia transmite el mensaje universal y a la vez tan actual del musical: la lucha por la libertad, el coraje o la revolución del pueblo. Los más de cien premios internacionales avalan la movilización de Los Miserables, que no para de conmover al público con su magia. La historia se da la mano con la música en la partitura creada por Schönberg y Boublil, reconocida con premios Tony y Grammy.

El afán por el detalle del montaje se extiende hasta la sección de vestuario, que necesita dos días previos para los preparativos. Se requiere vestuario tanto en los camerinos como para los cambios rápidos que se harán por los pasillos internos, desbordados ya de percheros. Un equipo de dos personas en sastrería, otras dos en peluquería y una en sonido es necesario, por ejemplo, para los cambios tan rápidos y característicos del personaje de Valjean. Así lo señala Pilar Pareja de Castro, jefa de vestuario de Los Miserables, que tiene que gestar hasta catorce cambios por actor en cada función. "Las chicas son difíciles por las lazadas de los corsés, que tienen que hacerse con rapidez y precisión a la vez. Y luego, los cambios importantes del protagonista, Jean Valjean". Excepto mínimos detalles de algún velcro o automático, la mayoría de los vestidos se cierran con cordones, los corsés van anulados. Lanas y tejidos muy pesados contribuyen al realismo de época y sin trucos que pretenden alcanzar.

El reto del personaje principal trasciende el guión, y es que el televisivo Daniel Diges (Valjean en la obra) no comenzó la gira, sino que se incorporó más tarde. Este cambio supuso un reto para vestuario. "Siempre hay que hacer pruebas de vestuario, y lo logramos con parte del material que ya teníamos y demás prendas que se han hecho nuevas y se han pedido a Londres". No es que sea prácticamente igual, es que es el mismo vestuario del principio de la gira. Como recalca la jefa de vestuario, "no es el mismo traje pero el diseño es exactamente el mismo, no puede variar nada". Una vez más, se puede observar la tan importante universalidad de la representación. A ello también influye que todos los diseños vengan de fuera. Son los originales, los mismos que hay en Londres. "De hecho, si hay que pedir tejidos, se piden fuera, y siempre con la supervisión de Londres", afirma.

Con el vestuario se complementa la peluquería, que debe recibir el mismo tratamiento que tendría el pelo normal. Por ello, el equipo utiliza un horno especial en vez de secar las pelucas una por una. Hay que lavarlas a diario o cada dos días, hay que peinarlas… Todo lo necesario para que la extravagancia de personajes y época quede bien resaltada.

La productora musical de obras como Mamma Mia! o La Bella y la Bestia, Stage Entertainment España, presenta ahora esta historia de la Francia revolucionaria del siglo XIX. Sueños rotos, amor no correspondido, sacrificio y redención marcan a sus protagonistas que van desde un ex presidiario hasta unos meseros un tanto extravagantes, pasando por un feroz guardia. Desde su estreno en Londres en 1985, ha hecho historia en el teatro musical, llegando a ser el musical de más tiempo en cartel de la historia. Ahora, Los Miserables perpetúa esa herencia en Granada durante este fin de semana, en el Palacio de los Deportes, desde el 28 al 30 de Noviembre.

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