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Una hoguera en el despacho

  • Rogelio López Cuenca interviene en uno de los quioscos de la Plaza Bib-Rambla para reflexionar sobre la quema de la cultura en el siglo XXI

La independencia de un autor, más que por lo que dice, se mide por dónde lo dice. Y el artista Rogelio López Cuenca es capaz de afirmar en un acto con el concejal de Cultura del Ayuntamiento que "las estatuas están retornando como zombis a las ciudades". "Están regresando por la puerta de atrás como una pesadilla, son un tipo de esculturas muy conservadoras que desde principios del siglo XX entraron en crisis, son kistch, penosas, pero tienen mucho que ver con la crisis de lo democrático, cosas que se deciden en los despachos a espaldas de todo el mundo y el público no tiene más remedio que aplaudir o quejarse", señaló ayer en la presentación de Bibrramblabookburning. Memorial intermitente, la instalación que ha realizado sobre un antiguo quiosco de flores en la plaza Bib-Rambla, una iniciativa que forma parte de un nuevo proyecto del Centro José Guerrero que cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Granada y de la empresa JC Decaux.

El punto de partida de la instalación es el auto de fe organizado por el cardenal Cisneros alrededor del 1500, con la quema pública de miles de textos escritos en árabe. Así que López Cuenca juega con esta historia para poner en la persiana una gran señal que parece decir Peligro, se queman libros. "Pasados los siglos nos parece una barbarie, algo repulsivo, pero este trabajo analiza lo que en su momento era normal y ahora nos parece una barbarie. En la actualidad no se queman los libros en las plazas, las piras se hacen en los despachos donde se ordenan los recortes para las compras de las bibliotecas públicas, donde se deciden las subidas de impuestos para la cultura, estas son las nuevas hogueras", explica el autor. "Dentro de unos años probablemente esto nos parezca tan salvaje como ahora la quema de libros y la persecución de las minorías", continúa un creador que está terminando un estudio sobre las estatuas que pueblan la ciudad de Granada que verá la luz en los próximos meses.

En su opinión, una vez que se inaugura un monumento, minutos después, parece que lleva ahí toda la vida. Así que se encuentra investigando en qué momento se puso en pie, con qué intenciones, quién lo sufragó... "Es entonces cuando descubres el papel político de los monumentos, que no están ahí decorando, están construyendo identidad, así que la idea es desvelar el programa ideológico que subyace dentro de esa musealización de las calles", señala.

Bibrramblabookburning. Memorial intermitente intentan escapar de esa voluntad de permanencia que tiene un monumento para hablar de la memoria colectiva, pero sin imponerse como algo definitivo. "Todas estas intervenciones, incluso los monolitos de las rotondas, tendrían que estar a prueba, pero este autoritarismo en el arte es más propio de otras épocas", afirma sobre un mal que en los círculos del arte se ha denominado como el 'rotondismo'.

Y aunque se puede tener, a priori, la opinión de que los gobiernos conservadores son los más propensos a erigir estatuas, López Cuenca piensa que el político que esté libre de esta tentación que tire la primera piedra. En su opinión, no se debería identificar automáticamente entre conservadores y progresistas en términos de política institucional, "porque esto, en sí mismo, es algo muy conservador".

Por su parte, el diputado de Cultura, José Torrente, señaló en la presentación que, con esta iniciativa, la vida de la ciudad recobra su propia dignidad y se pone en valor "frente a las estrategias por las que el marketing trata de apropiarse de ella para sus fines". "En definitiva, se trata de que este contenedor cultural estimule a los ciudadanos y turistas que pasen por esta plaza y despierte en ellos un especial interés", remarcó el diputado, que anunció que el pleno extraordinario para la aprobación de los presupuestos de la Diputación de Granada para 2015 se celebrará en el municipio de Lecrín, donde el pintor granadino José Guerrero pasó su niñez.

Por su parte, Juan García Montero, concejal de Cultura del Ayuntamiento, señaló que, en cierta forma, "esta instalación viene a refrendar la nueva sensibilidad y la nueva sentimentalidad de la creación poética y literaria de Granada, haciendo de las cosas cotidianas algo realmente especial" ante lo que solo hace falta una actitud de "predisposición", afirmó García Montero en un acto que también contó con la presencia de Yolanda Romero, directora del Centro Guerrero.

La céntrica Plaza Bib-Rambla cuenta desde ayer con un quiosco que, en vez de flores o productos gourmet de la tierra ofrece un momento de intensa reflexión histórica que se concentra en las cuatro paredes del quiosco. "Queremos hablar de una plaza que se ha ido adaptando a lo que los tiempos le ha exigido, hasta ahora que hay poca presencia de esa evolución histórica por la lógica neoliberal de convertir los cascos históricos de las ciudades en objetos de consumo", concluye López Cuenca ante el cartel que menciona al cardenal Cisneros como quien auspició la destrucción de los libros escritos en árabe, justo enfrente de la sede del Arzobispado.

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