Cómics

Los dioses regresan

Marvel Limited Edition: Los Eternos. Jack Kirby. Panini. 392 páginas. 39,95 euros.

De todos los cómics realizados por Jack Kirby en su regreso a Marvel, allá por 1975, Los Eternos quizá sea el que goza de mejor reputación entre los críticos. Es tan extravagante y alocado como todo lo que realizó en aquella época, y se beneficia además de no estar atado a la continuidad Marvel. Los Eternos fue diseñado como un título ajeno al universo de Los 4 Fantásticos, Spiderman y compañía, aunque no tardó en incorporarse al mismo, concretamente a partir del sexto episodio. A la excitante temática de ciencia ficción, relacionada con las célebres teorías del suizo Erich Von Daniken sobre ufología, se suma una arena mitológica de nuevo cuño, en la estela del fenomenal trabajo del propio Kirby en El Cuarto Mundo. Antes que superhéroes, los protagonistas del drama son los retoños (buenos y malos) de una raza de dioses, los Celestiales, regresada al mundo para juzgar a la humanidad.

A estas alturas de su carrera, el estilo de Kirby se había desatado de ataduras, de modo que el aspecto gráfico de Los Eternos es imponente, sobre todo en los primeros números de la saga. Abundan las panorámicas, las splash pages, y los diseños conjugan el delirio tecnológico propio de Kirby con cierto sabor precolombino, que le va como anillo al dedo. Mientras le duró la ilusión en el proyecto, el artista derrochó imaginación por los cuatro costados, y luego, cuando se quebró definitivamente el difícil matrimonio con Marvel, las páginas se condujeron con eficacia, pero sin brillo, hasta el fin. Un fin, por cierto, que resultó truncado cuando la serie fue cancelada en su número 19.

Panini recupera ahora esta cabecera mítica en la nueva colección Marvel Limited Edition, un tren de lujo para algunos clásicos imprescindibles de la editorial que siguen aguardando un público. Como el propio nombre indica, se trata de un producto de tirada limitada: 1.500 ejemplares numerados. Se incluyen aquí los 19 números de The Eternals (1976-78) y su primer y único Annual (1977), más una introducción de Mike Royer y varios epílogos de Robert Greenberger.

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