Felipe Alcaraz. Escritor y ex secretario general del PCA

"Podemos es Gramsci en el supermercado"

  • El político presenta esta tarde en La Tertulia 'Elegía a Javier Egea', un autor al que "quitaron de en medio"

"Los solitarios son esos que dicen a su amada me quedo solo, pero no me vendo". Esta frase de Javier Egea, casi un epitafio, retrata a uno de los poetas a los que la crítica incluye en el club de los malditos y que Felipe Alcaraz (Granada, 1943) lleva años intentando sacar del anonimato en el que su legado se había quedado. El escritor y político presenta esta tarde en el bar La Tertulia Elegía a Javier Egea (Atrapasueños) , un largo poema de 500 versos sobre un autor que se saltó el canon establecido para caminar solo, pero libre. Pero Alcaraz también muestra su perfil político para analizar el ascenso de Podemos y el adelanto electoral en Andalucía, que entiende como un intento urdido por Felipe González para salvar el bipartidismo.

-Elegía a Javier Egea llega después del libro que dedicó a La Pasionaria. Salvando las distancias, ¿hay analogías entre ambos personajes?

-En el libro de La Pasionaria incluyo un poema inédito de Quisquete [como era conocido entre sus amigos Javier Egea] que estaba dedicado a La Pasionaria. En una ocasión dijo que él no era un poeta comunista, sino un comunista que escribía poesía. Eso para deslindar que sus poesías no son panfletos, es una poesía materialista contra el yo interno, pero muy complicada, muy elaborada.

-En algunas entrevistas ha dicho que a Javier Egea "lo quitaron de en medio". ¿A qué se refiere exactamente?

-Eso lo recoge Manuel Rico en su prólogo a la Obra Completa de Javier Egea en Bartleby, una editorial a la que estaremos eternamente agradecidos por rescatar la voz de Quisquete, lo que es una conjura contra el silencio. Cuando digo que "lo quitaron de en medio" quiero decir que, en todas las grandes antologías que se publican sobre la poesía de los 80 y de los 90, Quisquete no aparece por ningún lado. No sólo eso, en una antología que publicó una universidad norteamericana sobre La Otra Sentimentalidad aparecen sólo dos poetas y no está Quisquete, que es precisamente el más importante de los tres por la profundidad de su obra. Eso de que lo quitaron de en medio se puede demostrar bibliográficamente.

-En su libro Granada aparece como un personaje más y la califica como "experta en acallar a las voces disonantes" y una maestra "en ejercer el silencio sobre ciertas personas". ¿Por qué cree que era molesto Javier Egea?

-Hay dos Granadas, la que Lorca describe como la peor burguesía de España, y también la de los albañiles muertos en los setenta, la Granada que desde la calle o desde la pluma lucha por un mundo diferente. El libro está dedicado a la Granada que lucha, aunque aparece una cita de Morente: "Granada es la única ciudad del mundo que entierra sus ríos y mata a sus poetas". Morente se refería a Lorca, pero han muerto muchos otros poetas en Granada, como Pablo del Águila, Miguel del Pino...

-Pablo del Águila también estuvo vinculado, como Javier Egea, al Partido Comunista...

-No voy a presumir de militancia, Javier Egea estuvo comprometido a su modo, pero lo importante de Quisquete es que elabora lo que algún crítico ha dicho, de forma irónica, que es un oxímoron, una poesía materialista frente a la poesía que viene del Renacimiento. Si no llega a ser por la contraofensiva que estamos haciendo muchos, Javier Egea habría tenido una especie de segunda muerte, la de pasar al anonimato.

-¿No contribuyó el propio Egea a este silencio con su forma de estar en el mundo?

-Una cosa es su posición personal y otra su obra, que estaba publicada y escrita, lo que no se puede silenciar aunque lo hubiese querido él. La palabra clave de la vida de Egea es soledad, estaba en un proceso de aislamiento y de silencio, un poder que nadie ejerce. Entre sus papeles dejó una frase que se repite mucho: "Los solitarios son esos que dicen a su amada me quedo solo, pero no me vendo". Él ve que su poesía está fuera de la norma, que se queda solo y no quiere cambiar, momento en el que se le viene encima esa epidemia de soledad, pero si nos descuidamos hubiese quedado fuera de la Historia de la Literatura, como un poeta menor y clandestino. Y Javier Egea es el gran poeta de Granada junto a Federico García Lorca. Su vida también ha sido silenciada, o quizás mal explicada, y esa es la razón de La conjura de los poetas y de este, que será mi último libro sobre Javier Egea.

-Para la presentación ha elegido el bar La Tertulia, donde escribió o concibió buena parte de sus poemas.

-También iba mucho a Natalio , al Elefante... Hay que celebrar como una victoria histórica y cultural que La Tertulia siga abierta y no se haya convertido en la sede de un banco. Allí se concibió una lucha poética contra el dominio y la explotación. Él nunca escribió panfletos, aunque sí hizo cosas con mucho humor, como un poemilla que dedicó a Felipe González y Carmen Romero que se distribuyó por Granada de mano en mano.

-En otro orden de cosas, como ex secretario general del PCA, con el ascenso de Podemos y el adelanto de las elecciones de Susana Díaz, ¿cree que si IU fuese un equipo de fútbol sería el Atlético de Madrid, también conocido como 'el pupas'?

-(Risas) Vamos a ver, hay que tirar los dados. Fíjese que Grecia nos va a contaminar a todos, es un país en el que se han derrotado las posiciones del PP y el PSOE, ha sido un fracaso del bipartidismo y de las políticas de la Unión Europea... Nosotros salimos a este escenario a plena potencia.

-Pero habrá que ver si Syriza puede cumplir con su programa electoral y qué pasa si finalmente lo lleva a cabo... Por otro lado, parece que Podemos ha tenido más éxito que IU a la hora de simbolizar este cambio para España...

-Las primeras medidas que ha adoptado Tsipras demuestran que el cambio es posible. Por lo pronto se ha conseguido una cosa importante, echar por tierra eso que decían que era un populismo, que teníamos fiebre... El propio Banco Central Europeo va a inyectar un billón de euros en la compra de deuda y, al mismo tiempo, Alemania no está apretando lo que se decía que iba a apretar a la hora de cobrar la deuda griega. En cuanto a las primeras medidas ha paralizado la venta de las eléctricas, electricidad gratuita a 300.000 familias, el salario mínimo está en 715 euros, muy por encima del español, se va a recolocar a los funcionarios que echaron a la calle... Todo esto demuestra que están a la ofensiva y que ha ganado el pueblo.

-En su novela Serpentario fantaseaba con una Asamblea Constituyente encabezada por Cayo Lara y José Luis Centella. En la actualidad, si esto pasara, ¿los protagonistas serían Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero?

-Aparecen más personajes pero sí, yo preveía que eso iba a ser así, incluso ya esbozaba lo que iba a ser Susana Díaz y que iba a disolver el pacto con IU por la influencia de Felipe González. No nos engañemos, el fondo de la cuestión es la coalición entre el PP y el PSOE de cara a una segunda transición que salve a la vez el bipartidismo y la Corona, y en este contexto hay que entender lo que está pasando en Andalucía.

-¿Es posible que a IULV-CA le pueda venir bien este adelanto electoral antes de que Podemos se asiente más en Andalucía?

-No se trata de pensar en los votos como si fueran ahorros; nosotros le dijimos a Susana Díaz que llevábamos el 75% de la legislatura y que del acuerdo que hicimos sólo se ha cumplido el 6%, por lo que de aquí a junio íbamos a hacer seis leyes como mínimo: banca pública, renta básica, mínimos vitales de luz y agua, un banco de tierras y reforma de la agricultura, una ley contra el maltrato doméstico... Pusimos este plazo y si no se cumplía, pensaríamos si seguíamos o no. Susana Díaz es yo, yo y yo, la explicación de todo es Susana, no son votos al PSOE, son votos a Susana.

-A grandes rasgos, Podemos defiende cosas muy parecidas a las de IU, ¿su estancamiento se debe en parte a una política de comunicación anticuada?

-No, es más que eso, estoy escribiendo otra novela que puede que se titule Gramsci en el supermercado, que es un poco lo de Podemos. Nosotros tenemos culpa, entre comillas, porque en nombre del marxismo no hemos entendido que la ola que había debajo del 15M lo iba a cambiar todo.

-Pero desde el primer momento IU intentó canalizar políticamente este movimiento...

-Alberto Garzón viene del 15M, pero no hemos conseguido que sea algo estructural e integrarlo en nuestra estrategia. En mi opinión, algunos pensaron que era una ola que se iba a disolver en la orilla, no comprendimos el fondo del 15M, la ola de convulsión que es la que se ha expresado en Grecia.

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