Gema Matarranz. Actriz

"Los grandes papeles para mujeres apenas existen y hay que crearlos"

  • La intérprete figura entre las candidatas al Premio Max a la Mejor Actriz por 'Juana, la reina que no quiso reinar', una obra 'granadina' que compite con los grandes montajes nacionales.

Juana, la reina que no quiso reinar, de Histrión Teatro, ha obtenido tres nominaciones a los Premios Marx de las Artes Escénicas, entre ellos el de Mejor Actriz Principal para Gema Matarranz. La intérprete, que tiene su base de operaciones en el Realejo, ha conseguido crear un personaje de esos que perduran y que le ha llevado a compartir nominación con pesos pesados de la escena como Blanca Portillo o Asunción Balaguer.

-Teniendo en cuenta que Barcelona y Madrid polarizan la industria teatral, ¿que Histrión Teatro se haya colado en los nominados a los premios Max es casi un milagro?

-Nunca me he fijado mucho en los Premios Max, quizás porque nunca hemos presentado ninguna de nuestras obras, por un lado porque nos iba bien y, por otro, porque hemos trabajado mucho con Veronese, que pertenece a lo que viene ser la SGAE de Buenos Aires. Esta obra reúne todos los requisitos y optamos a tres premios de los gordos, mejor espectáculo teatral, mejor actriz principal y mejor guión.

-Al ser un monólogo, Juana se sustenta en buena medida en su interpretación.

-El peso de la función lo llevo yo, pero estoy muy bien arropada por el técnico, Juan Felipe Tomatierra, que ha conseguido una luz muy apropiada para el espectáculo, y por Enrique Torres, que es el carcelero.

-Compite con actrices como Blanca Portillo o Asunción Balaguer. ¿Le gusta el dicho de dime con quién te juntas y te diré quién eres?

-También está Carmen Conesa... Todas son actrices excelentes, pero el simple hecho de estar aquí ya es una noticia excelente.

-En 2013 la nombraron como Mejor Actriz de Andalucía, ¿se está acostumbrando a los reconocimientos después de 20 años sobre las tablas?

-Siempre he estado respaldada, desde mi primer espectáculo he recibido este tipo de reconocimientos. Estoy encantada porque soy granadina de adopción y castellana de nacimiento.

-De hecho vive en el Realejo, donde se da seguramente la mayor concentración de actores, músicos y periodistas...

-Llevo muchos años en el Realejo, aunque al principio de llegar viví en el Albaicín y en el Sacromonte, dos lugares para disfrutar de la ciudad. Está el Teatro Alhambra, la Corrala de Santiago, que para mí es absolutamente especial.

-En Juana interpreta a una mujer desdichada y resentida, una tipología que bordó como nadie Bette Davis ¿Este tipo de papeles son un caramelo para una actriz?

-Lo mejor de este papel es poder hacer una Juana totalmente humana, hemos conseguido darle un punto tan emotivo que simplemente te quedas con que hay una mujer que se llama Juana que ha pasado por una serie de circunstancias que la han llevado a estar como está. Es lo que yo siento cuando estoy interpretando la obra.

-¿Ha tenido algún referente de entre todas las actrices que han interpretado a mujeres atormentadas?

-No hay muchos papeles de grandes actrices, como el de Meryl Streep en Los puentes de Madison, donde la mujer sea el centro de una obra y haga un recorrido emocional. Estos papeles no existen y tenemos que crearlos, por lo que necesitamos autores que sean capaces de crear estos universos. Ahora tenemos que buscar textos para nuestras próximas obras y no sabes por dónde empezar, porque los clásicos tienen sobre todo protagonistas masculinos y las mujeres están en un plano secundario. Como en todo, cuesta más un papel femenino que uno masculino.

-En este sentido, Concha Velasco encontró en Antonio Gala a ese autor capaz de hacer un traje a medida a una actriz...

-Nuria Espert, Blanca Portillo... Hay gente que va consiguiendo lo que quiere hacer y, por ejemplo, en el caso de Blanca Portillo, ayuda el hecho de montar una compañía propia, lo que abre muchas posibilidades. Depende del panorama también, me encanta trabajar con gente aunque ahora esté haciendo monólogos, pero no están los tiempos como para vender una obra con seis actores en escena.

-A la hora de abordar este tipo de papeles se puede caer fácilmente en el histrionismo, ¿intentó usted crear un personaje más contenido?

-A Juana me le imagino como una persona que lleva mucho tiempo encerrada, que está acostumbrada a hablar con ella misma, con lo que empecé a tirar por ese lado. Hay explosiones, pero matizadas porque sabe que no va a salir y que nadie la está escuchando. Personalmente, yo soy una actriz más contenida.

-Pero, ¿es más fácil arrancar el aplauso del público con una interpretación más melodramática?

-Depende, si estás en un auditorio para 600 personas no es lo mismo que hacerlo para un centenar. El otro día estuve en un gran auditorio en Ceuta y no podía mover un dedo para decir "ahí está Felipe", tenía que mover la mano entera. En un espacio íntimo como la Corrala de Santiago a veces no tienes ni que mover la mano, te basta con respirar para el público. La seña de identidad de Histrión es menos es más.

-¿Si pudiera disponer de tres millones de euros para montar una obra cambiaría el concepto?

-Depende, si trabajo con Veronese seguramente tendríamos el mismo concepto de ahora. A mí también me gustan las grandes producciones, pero si tuviéramos millones, lo que haría es contratar a un montón de actores. Me da igual la escenografía, lo que quiero es rodearme de un gran equipo humano.

-Hay musicales como Los miserables, que es una obra bastante estimable, que intentan llegar al público vendiendo los millones de watios que tiene, los cientos de trajes que utilizan o las decenas de trailers que necesitan para transportar toda su escenografía. ¿El público es muy impresionable?

-Hay gente muy buena en estos espectáculos, pero si además el contenido acompaña es fenomenal.

¿Le ha tentado el cine?

-Me han llamado para un par de castings y he llegado hasta el final, pero en el último momento contrataron a una actriz conocida. Así que me he dedicado en exclusiva a mi compañía.

-El 2 de abril comienzan un ciclo de representaciones en Madrid, pasarán por el Quintero de Sevilla y también estarán en Maracena, Salobreña... Para un urbanita puede ser sorprendente la afición al teatro que hay en la provincia, donde existe esa costumbre de acudir al teatro los fines de semana.

-Los pueblos se lo han currado y en la ciudad hay un vacío por un trabajo que no se ha hecho. El Teatro Alhambra es un referente y el resto ha perdido esta inercia. Hay que trabajar y cuidar al público.

-¿Hay un déficit en cuanto a la educación del público?

-En el Teatro Alhambra sí se ha hecho este trabajo y es un apoyo muy importante para las compañías granadinas. De todas maneras, salimos adelante con mucho esfuerzo y tenemos planes futuros porque ya estamos en contacto con directores. Solemos hacer un espectáculo al año, aunque no montaremos nada nuevo hasta 2016. Hay que decidir muy bien el proyecto porque la situación actual es la que es.

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