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Noche de perreo con Romeo Santos

  • El artista estadounidense llevó a más de 8.000 espectadores al Palacio de Deportes en una noche caliente a ritmo de bachata y ritmos latinos

La RAE sigue resistiéndose a incluir en el diccionario el término perreo, pese a que fue lo que ayer hicieron buena parte de los casi 8.000 espectadores que acudieron al Palacio de los Deportes para ver a Romeo Santos, el rey de la bachata. El artista nacido en El Bronx, pero que reivindica sus orígenes dominicanos, apareció tras una legión de teloneros con nombres tan significativos como Romántico Latino, portando su mejor sonrisa y unas gafas de sol que le daban un aspecto a mitad de camino entre Julio Iglesias y uno de los tronistas de Mujeres y hombres y viceversa. Desde que triunfó a comienzos del siglo XXI al mando del grupo Aventura con Obsesión, Romeo Santos continúa con su mismo tono de voz, se ha musculado a conciencia y ha matizado ese aspecto de cani recién salido de un Polígono. El artista, que es la envidia de Roberto Carlos con más de 21 millones de amigos en el Facebook, arrancó el concierto con Inocente, de su último disco Fórmula Vol. 2, donde un juez le acusa de haber sido infiel, lo que él niega pese a tener una mancha de carmín en la solapa. "Me declaro inocente, que he sentido tentaciones pero nunca la he engañado", cantó mientras el público, ya apiñado de por sí, buscó aún más el calor humano, con algunas escenas que hubiesen merecido, al menos, un rombo y medio.

A partir de aquí, perdió la inocencia para un concierto de dos horas y media que fue un canto a las pasiones, preferiblemente las bajas. Continuó con Amigo, Por un segundo y Loco, uno de esos temas que cualquiera que haya salido de copas en los dos últimos años ha tenido que escuchar a la fuerza. Lo popularizó en un dueto junto a Enrique Iglesias, un partenaire más que agradecido que consigue que cualquiera que cante a su lado parezca Luciano Pavarotti. No era una noche para gafapastas, ni para los que miran por encima del hombro a los que no tienen a los Posies o a Nick Cave en un altar, pero pocas veladas tan calientes y tan memorables se han vivido en los últimos años en Granada.

Romeo Santos, que sólo en Youtube tiene más de 1 billón de reproducciones, continuó el concierto con temas como Su veneno,Promise o Los infieles, de su pasado en Aventura. "Cuidado si sospechan los vecinos, mi mujer o tu marido", cantó el artista en la cara salsera del Cuernos de Joaquín Sabina. Con una escenografía espectacular y una producción de más de 200.000 euros, el artista no paró de moverse con su micro dorado que tenía incrustada una cruz que hubiese hecho babear de envidia al mismísimo M.A. Barracus. Y para que no faltara un detalle, el conductor de la gala del ritmo latino fue Xavi Rodríguez, el presentador de Todo va bien que, tras la cancelación sorpresa del programa, se ha embarcado en la gira ejerciendo del José Luis Moreno de los conciertos del intérprete.

Tampoco faltó su trono de rey de la bachata ni una espectacular cama en la que podría haber jugado al escondite con alguna fan. Siete días, La diabla, Llévame contigo o Solo por un beso fueron deslizándose por la noche granadina, donde los espectadores tuvieron más suerte que los que acudieron el pasado viernes a 'romear' en la Plaza de Toros de Toledo. Les cayó tal chaparrón que muchos salieron con hipotermia pese a lo caliente del repertorio. Al día siguiente cantó en Estocolmo, que es como si el Fandi toreara en la Plaza Roja de Moscú. Y triunfó, cómo no, porque lo de restregarse los cuerpos es el idioma más universal que existe y que existirá. Eres mía o Hilito se sucedieron antes de la recta final con el exitazo Obsesión, que en 2002 se ganó el título honorífico de canción del verano y consiguió que hasta Los Morancos hicieran su particular versión, ambientando la trama del tema en una charcutería.

A estas alturas, Romeo Santos ya había recibido las suficientes peticiones de paternidad como para que, de aquí a nueve meses, Granada experimente un boom de natalidad sin igual. Si algo demostró el concierto de Romeo Santos es que, si de pasar una noche pirata se trata, lo mejor es hablar lo justo porque, llegados a un determinado punto, lo único importante es el lenguaje de los cuerpos. Al hilo, esgrimió: "Las mujeres son infieles por naturaleza; los hombres, por estúpidos".

Como colofón al concierto de más de dos horas de duración llegó el éxito del momento, Propuesta indecente, para lo que se hizo acompañar de una exuberante damisela de esas que pueblan los videoclips de reggaton. La muchacha, metida en el papel de esposa infiel que se deja seducir por Romeo Santos, empezó justo por donde acaban estas historias, en la cama con su Romeo. Bebieron vino de una copa que parecía el Santo Grial y el cantante comenzó con una canción que es la culminación de la filosofía romeística. "Permíteme apreciar tu desnudez, relájate, que este Martini calmara tu timidez, una aventura es más divertida si huele a peligro", cantó Romeo al tiempo que perreaba con su partenaire para desmentir eso de que los hombres no saben hacer dos cosas al mismo tiempo.

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