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Carlos V, un 'flashback' en la Alhambra

  • La Alhambra y la Qubba acogieron ayer el primer día de grabación de la serie de TVE con Álvaro Cervantes y Blanca Suárez como protagonistas

Isabel de Portugal camina junto a su marido Carlos V y su cuñada Leonor de Habsburgo por los jardines de El Partal. De pronto se para, se palpa la barriga y se derrumba en los brazos de su esposo, que pide socorro inmediatamente; pero quien aparece es el director de capítulos de la serie Carlos Rey Emperador, Jorge Torregrosa, que habla con la actriz Blanca Suárez para afinar un poco más en la interpretación de la suerte del desmayo femenino, que bordaron actrices como Vivien Leigh. Una peluquera le arregla el peinado de época aplicándole laca de forma generosa y los actores vuelven a repetir la escena, por cuarta vez.

Aunque los responsables de Diagonal TV no quieren dar detalles concretos del argumento, tienen que reconocer que, teniendo en cuenta que están rodando la luna de miel de los regentes, los presentes acaban de ver el primer síntoma del embarazo de Isabel de Portugal.

El rodaje en la Alhambra comienza a las 7:30 de la mañana, cuando ni siquiera ha amanecido. Blanca Suárez y Álvaro Cervantes ruedan en primer lugar en el Patio de los Leones para poder dejar sitio a tiempo a los visitantes del monumento y no interferir en el ritmo habitual de las visitas. Después se trasladan a los jardines de Lindaraja y al Partal , donde surge la primera complicación de la mañana, con una avioneta dando círculos alrededor del monumento nazarí. Contrariados por el sonido del motor, que de colarse en la filmación ambientada a principios del siglo XVI podría ser como el Rolex que luce uno de los cuadrigas de Ben-Hur, el equipo tiene que esperar a que se aleje para poder grabar la escena prevista.

Tras seis horas de rodaje, el equipo se toma un respiro para retomar la filmación por la tarde en la Qubba, convertida para la ocasión en los Reales Alcázares de Sevilla, donde se celebró la boda entre Carlos V e Isabel de Portugal, un momento que aparecerá en el capítulo octavo.

Y al igual que los monarcas actuales se 'saltan el protocolo' para charlar con los medios presentes, toma la palabra Álvaro Cervantes para subrayar que rodar en la Alhambra es "un sueño" hecho realidad. "Ha sido una experiencia única que recordaremos toda nuestra vida, hemos vivido un momento muy especial, mágico, al entrar en el Patio de los Leones, saboreando el silencio, escuchando el rumor del agua, metido en la piel de este personaje, de un hombre tan poderoso. Siempre estará en mi memoria", prosigue el actor embutido en unas calzas de época.

Emocionadas también se encuentran las actrices Blanca Suárez y Marina Salas. "Estar aquí es muy grande para un actor, nos ha dejado huella. Vestidas con estos trajes, en este lugar, viajando en el tiempo, parecía que siempre habíamos estado aquí. No será fácil repetir una experiencia como esta. Ahora sí que podemos presumir de que nosotras sí hemos rodado en la Alhambra y Ridley Scott y Steven Spielberg no", afirma radiante Blanca Suárez, con un sobrio traje verde agua que contrasta con el rojo carmesí que luce Marina Salas. También participan en el rodaje granadino los actores Víctor Clavijo, Alberto San Juan y Félix Gómez, seis actores en total arropados por 75 técnicos, un dispositivo mayor que el que Diagonal TV empleó para Isabel, donde sólo se utilizó una cámara para el rodaje por las dos que han acompañado a Carlos V durante su entrada en el Patio de los Leones. Además, el equipo se ha decidido por tener sonido directo en la grabación, con lo que un técnico con una pértiga ha seguido todas las evoluciones de los intérpretes por los palacios nazaríes, lo que obliga a pedir continuamente silencio pese a que, a pocos metros y a la vista de todos, transitan los turistas. A diferencia del vestuario de Isabel, destaca la ostentación renacentista y la paleta de colores de Carlos frente a la sobriedad de su antecesora. Y pese a que el cielo está nublado, los técnicos no están ni mucho menos contrariados, más bien al contrario, porque el sol quema la imagen y hay que controlar la luz para que sea uniforme. "La Alhambra ha sido el escenario de una historia de amor, la parte más romántica y bonita de la vida de Carlos", reconoce el director Oriol Ferrer tras finalizar la sesión de rodaje.

En la sesión de la mañana sólo participan dos figurantes como doncellas de la reina, una granadina y una cordobesa, aunque cuando hoy se grabe la entrada a Sevilla llegará a cien el número de extras que darán calor humano y credibilidad a la filmación. Para el rodaje de esta mañana, el último en la ciudad, Carlos V e Isabel de Portugal se refugiarán en otros escenarios del Generalife, la Puerta de la Justicia y el Corral del Carbón para dar "rienda suelta" a su historia de amor. De hecho, los operarios del Ayuntamiento estaban ayer quitando las señales de tráfico y los bolardos situados entre el Corral y el Palacio de Abrantes para intentar que todo se ajuste al siglo XVI y no se cuele ningún gazapo histórico como el de la película Troya, donde al Aquiles de Brad Pitt le sobrevuela un Boeing 747.

Carlos V e Isabel de Portugal regresan hoy a su corte, unos estudios ubicados en Madrid de 3.000 metros cuadrados, y dejarán atrás el momento más feliz de sus vidas, un flashback en la Alhambra de casi 500 años.

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