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Depardieu: "Me hice actor porque no quería trabajar, prefería vivir"

  • El intérprete presenta en Cannes 'Valley of Love', su reencuentro con Isabelle Huppert

"Me las ingenié para ser actor porque no quería trabajar. Prefería vivir", afirmó ayer en Cannes Gérard Depardieu, que se mostró natural y directo, como suele, aunque más comedido que en otras ocasiones y sin querer meterse en polémicas políticas. El actor presentó ayer junto a Isabelle Huppert el filme Valley of Love, de Guillaume Nicloux, en la competición oficial de Cannes, una película que supone el reencuentro de las dos estrellas francesas 35 años después del filme Loulou de Maurice Pialat.

El intérprete se hizo el dueño de la rueda de prensa, en la que reconoció abiertamente que lo mejor de su trabajo es que le permite disfrutar de la vida. "Además si en el rodaje hay un bar, nos alimentan y nos cuidan, es todo perfecto", dijo Depardieu, que aunque aseguró que "no hay que subestimar" el oficio de un actor, sí permite "trabajar menos y vivir más. Es vulgar pero es la verdad", afirmó el actor, de 66 años, con más de 200 trabajos a sus espaldas en más de 45 años de carrera.

En Valley of Love, Depardieu es un actor que se reencuentra con su ex esposa años después de la separación y por deseo del hijo de ambos, que así lo dejó escrito antes de suicidarse. El protagonista de Cyrano de Bergerac interpreta a un hombre que ha perdido a un hijo, como le pasó en la vida real con su hijo Guillaume, fallecido a los 37 años. "Me podía imaginar muy bien la situación, pero no hay que buscar en uno mismo" para hacer un papel, señaló el actor, para quien no fue una historia especialmente dolorosa. Depardieu habló de su vástago con la misma naturalidad con la que aseguró tener "tendencias banales" y no "el gusto de un cinéfilo". "Me encantan actores como Bruce Willis. Todos sus filmes, llenos de efectos especiales y con unos personajes de los que no te crees nada... me encantan", aseguró divertido, aunque también disfruta del buen cine de Roberto Rossellini, Marco Ferreri o Carlos Saura. Y preguntado repetidamente sobre su opinión sobre Rusia -en 2013 le concedieron la ciudadanía rusa tras abandonar Francia e instalarse en Bélgica- y Ucrania, Depardieu reconoció que le gusta mucho Vladimir Putin pero que no tiene una visión pública de lo que ocurre en esos países. "No tengo la pretensión de ser el portavoz de nadie. No me gustan las guerras, los conflictos ni las muertes que provocan", dijo.

También el mexicano Michel Franco entraba ayer en la competición de Cannes con Chronic, un filme complejo sobre la forma en la que las familias se enfrentan a la muerte, una situación tan dura como natural. "Quería hacer un retrato de lo complicados que son esos momentos", explicó el realizador.

"Intento evitar pensar en la muerte. Pero está ahí y en algún momento tendremos que enfrentarnos a ella de mejor o peor forma", reflexionó Franco, único representante hispano en la competición por la Palma de Oro de Cannes en esta 68 edición.

Protagonizada por el británico Tim Roth, la película contempla la vida de un hombre especializado en el cuidado de enfermos terminales y lo hace de una manera pausada, fría y distante, con la misma falta de emoción del personaje.

Una cinta en la que Franco empezó a pensar cuando su abuelo enfermó en 2010 y pasó varios meses confinado en una cama antes de morir. La forma en la que una enfermera le cuidó y le habló sobre una labor que llevaba más de 20 años desarrollando llevó al cineasta a decidir hacer un largometraje sobre ello. A Franco le interesaban los lazos que los profesionales crean con los enfermos, unos vínculos que a veces ni la misma familia es capaz de construir.

En la película se plantea de forma abierta la cuestión de la eutanasia a través del personaje que enferma de cáncer que interpreta la estadounidense Robin Bartlett, que reabre heridas no cerradas del protagonista. Una cuestión, la de la eutanasia, ante la que Roth se mostró "absolutamente a favor". "Es una locura imponer a la gente tanto sufrimiento", dijo el actor, que considera muy interesante que películas como Chronic generen un debate "mucho más común y frecuente de lo que pensamos", afirmó Franco.

El cineasta regresa a Cannes tres años después del éxito de Después de Lucía, con la que ganó el premio principal de la segunda sección en importancia del festival, Una cierta mirada. Fue justo tras recibir ese premio cuando empezó a trabajar en el guión de Chronic, que en principio estaba protagonizado por una enfermera. Pero después pensó en Roth -que había sido el presidente del jurado que le dio el premio en Cannes- y lo cambió por un hombre.

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