INAUGURACIÓN CENTRO LORCA

"Está vacío, pase por donde quiera"

  • El Centro Lorca ha abierto al público con una jornada de puertas abiertas que se prolongará algunos días de agosto. En el espacio no hay exposiciones ni el legado del granadino.

Fueron principalmente granadinos los que se asomaron a las instalaciones del Centro Lorca, que ayer abrió al público como parte de las jornadas de puertas abiertas que se extenderán a lo largo de agosto, de martes a jueves. Un centro con el nombre del poeta, pero que no alberga los documentos más valiosos del granadino ni exposiciones. "Está vacío, o sea que pueden pasearse por donde quieran", avisa en la puerta (una y otra vez) el mismo trabajador que contabiliza el número de visitas y apunta, en un papel, la ciudad de origen de los curiosos que se acercan al centro situado en la plaza de La Romanilla. En una de las cafeterías de la plaza le dan la enhorabuena al camarero "por lo de Lorca", como si fuera el arquitecto, y le recomiendan que escriba en los carteles «café con churros» en inglés -refiriéndose al posible atractivo turístico del centro-. El camarero asiente y contesta sobriamente: "Esperamos que sea bueno para la plaza".

 Lejos de celebrarse como un hecho festivo o recoger elogios de los visitantes, la primera jornada abierta al público dejó un gesto de apatía y un testimonio crítico a la salida del centro entre los curiosos, en su mayoría granadinos. Más allá de la falta de contenido expositivo y del legado del poeta -el centro se ideó como una cámara acorazada para acogerlo-, la apreciación crítica de los visitantes se centró en lo que había (el edificio y las infraestructura) más que en ese vacío del que avisaban en la misma entrada.

Entre los visitantes que acudieron a mediodía, Manuel Segura, que vive y trabaja cerca de la zona. Reconoce que pensaba que el centro se iba a abrir al público con algún contenido, aunque fuera en la biblioteca. Además, le llama la atención la amplitud y la luminosidad del centro, pero también el aspecto del solar. "No sé si por el acto de inauguración, pero viendo el suelo no me ha dado la impresión de algo nuevo, recién estrenado, o que haya costado muchos millones", apunta Manuel Segura, que señala como un posible problema para las personas mayores el que haya "tantas escaleras y solo un ascensor muy pequeño que parece un montacargas". 

 

Ese inconveniente lo comparten Elías Ortiz (de 80 años) que visitó el centro junto a su mujer, Concha Martos (de 74 años). "No han pensado en que la gente mayor también está interesada en el proyecto y no hay medios para poder subir, solo hay un ascensor pequeño y no nos han dejado cogerlo", apunta Ortiz. La pareja, animada por "un montón de años esperando a que lo abran"-la primera fecha de apertura prevista fue para 2006- afirma que lo mejor son las vistas del edificio a la Catedral. Tanto Concha Martos como Elías Ortiz sabían que el centro no recogía ninguna obra ni los documentos del poeta en este primer estreno al público.

 

 También recorriró el centro Eugenia Luque, junto a su madre y sus dos hijos. Destacaron como parte positiva la amplitud del espacio.  Luque opina que el centro "está bien, pero demasiado moderno". Y además se reafirma en la misma idea que manifestaban sobre el centro Concha Martos y Elías Ortiz, refiriéndose a las demoras en el estreno de un edificio que se empezó a gestar en 2003. "Lorca no se merecía esto. Puestos a esperar, podríamos haber seguido esperando", sentencia Eugenia Luque, también granadina, a la salida del centro lorquiano. 

 

Por su parte, Javier Bolívar fue el único que vio el lado más positivo entre los entrevistados acerca del presente y el futuro del centro. Bolívar es estudiante de Arquitectura, y por eso visitó ayer el inmueble.

 

 "Me ha gustado y el edificio es una aportación interesante a Granada, además es un espacio que no existía antes, creo que para el uso que se le va a dar -teatro y exposiciones- va a funcionar". Hasta entonces habrá que esperar a que en la puerta del Centro Lorca anuncien que no está vacío y llevarle la contrario al Federico García Lorca que escribió en Poeta en Nueva York: «He visto que las cosas cuando buscan su curso encuentran su vacío». 

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