Clara Janés. Académica y escritora

"Siempre ayuda recibir un premio, sobre todo ahora que vender libros es tan difícil"

  • El XII Festival Poesía en el Laurel entrega a la catalana el Premio Laurel de la Reina.

Clara Janés (Barcelona, 1940) vuelve a Granada, esta vez para recibir el Premio Laurel de la Reina. Para su decimosegunda edición, el Festival de Poesía de La Zubia ha decidido homenajear a una escritora que ha cultivado todos los géneros literarios (poesía, novela, ensayo, traducción...) y que ha logrado una larga lista de condecoraciones entre las que se encuentran el Pemio Nacional de Traducción, el Premio Gil de Biedma de poesía o el Premio ciudad de Barcelona de ensayo.

-Después de tantos reconocimientos, ¿sigue haciendo ilusión recibir un premio?

-Siempre es una ilusión, creo que es algo que no desaparece. Cuando has hecho una cosa bien, quieres superarte y cuando lo reconocen, te ayuda y te apoya. Especialmente ahora, cuando la venta de libros es tan difícil, se agradece mucho.

-Usted nació Barcelona y actualmente vive en Madrid, pero tiene una especial relación con Granada, por ejemplo ha escrito varios poemas a Lorca.

-He tenido la suerte, mejor dicho, el privilegio, de ser muy amiga de dos grandes amigos de García Lorca: Marcelle Auclair, quien escribió la primera biografía del poeta, la conocí en París y salíamos mucho juntas; fue ella, cuando hacía preguntas muy concretas sobre Lorca, quien me decía que llamase a Rafael Martínez Nadal, que sabía más, el vivía en Londres y un día le llamé para un artículo, siempre quiso venir a Madrid y nos hicimos íntimos amigos. Hay cosas de Lorca que me han llegado de forma indirecta, pero a la vez de muy cerca.

-Y a nivel literario, ¿qué significa Lorca para usted?

-Dicen que soy hija literaria de San Juan de la Cruz y Federico García Lorca, por lo importante que eran para mí cuando empecé a leer poesía en serio.

-También estuvo en Granada en el I Congreso internacional de Música y Poesía para la Paz (2009). De ahí surgió 'Antimisiles'. ¿En qué consiste este proyecto?

-Son imágenes que hice en respuesta a un poema de Jaroslav Seifert que son los nombres de los misiles: agua, aire, mar, tierra... El poema es maravilloso porque él va diciendo los nombres de los misiles y al final acaba con un mensaje de paz. Todavía tengo en el pensamiento hacer más poemas para publicarlos con esas imágenes.

-Los conflictos bélicos le pillan muy cerca. Su padre tuvo que exiliarse durante la Guerra Civil. ¿Esta experiencia influye a la hora de escribir?

-Mi padre se exilió y regresó cuando Franco dijo que no tuviese miedo quien no se hubiese manchado de sangre, pero lo encarcelaron. Afortunadamente lo salvaron unos amigos. Todas estas experiencias influyen a la hora de escribir. Cuando hicimos lo de Granada pensé que podía leer varios poemas conmemorativos en busca de la paz, no solo de la guerra, por ejemplo, el poema por las mujeres afganas que se llama Huellas sobre una corteza.

-Precisamente, usted es una firme defensora de las mujeres y publicó, por ejemplo, Guardar la casa y cerrar la boca, un recorrido histórico de las escritoras.

-Eso es el resultado de una investigación muy sorprendente, por ejemplo, frente a la idea de que la mujer no ha escrito nunca, me encuentro con que el primer escritor del que conocemos su nombre es una mujer, la sacerdotisa acadia Enheduanna. Otro ejemplo es el de la japonesa Murasaki Shikibu, el primer gran novelista según la concepción de novela actual.

-"El pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla". ¿Hemos mejorado actualmente o seguimos repitiendo la historia? Usted, por ejemplo, es la décima mujer en la RAE en más de 300 años de la institución.

-La progresión es interesante. La primera académica fue Carmen Conde en 1979, que desde ese año hasta ahora haya diez mujeres no está mal. Estamos avanzando.

-Chus Visor dijo que la poesía femenina y la masculina no eran equiparables en términos de calidad. ¿Cómo valora sus palabras?

-Cada uno que piense lo que quiera. Él recientemente ha publicado un libro de Ida Vitale que es maravilloso, por algo será.

-Destaca también por su labor de traductora de obras como las del checo Vladimir Holan, ¿por qué traducir poetas de países tan lejanos?

-Siempre he necesitado horizontes amplios, y gracias a la traducción los he encontrado. Cuando estudiaba los clásicos en el instituto, me encantaban, pero encontré en mi casa manuscritos de varios autores extranjeros y comencé a explorar.

-¿Es difícil traducir poesía de otros idiomas?

-Es muy difícil. Hay que tener paciencia y no tener prisa por encontrar la palabra adecuada. Hay que tomárselo como un trabajo propio. Por ejemplo para la traducción de las Rubaiyat de Rumi hice una transcripción fonética, es decir, escribir en español lo que estaba en persa, así se me pegaba la musicalidad y la estructura de esa poesía, algo que me ayudó mucho.

-¿Tienen esas literaturas algo que envidiar a la española?

-Cada país tiene unos modos especiales, por ejemplo la poesía francesa se recrea mucho en la palabra, son poemas muy bellos pero demasiado superficiales. Hay momentos de conexión, pero cada zona tiene su propia idiosincrasia.

-Usted escribe poesía, ensayos, novelas... ¿en qué genero se siente más cómoda?

-En todo me siento a gusto. Lo que más he escrito es poesía, no porque me sienta más cómoda sino porque dominar 30 versos es más accesible que 250 páginas.

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