Joaquín Peña-Toro. Pintor

"Se ha puesto más interés en los contenedores que en los contenidos"

  • El artista granadino reflexiona sobre la situación del mercado del arte en Granada, las políticas culturales en Andalucía y las obras multidisciplinares

Las conversaciones que establecen Subterritorios con artistas granadinos con los que entablan relación profesional con la arquitectura como punto de encuentro les han llevado en esta ocasión a charlar con Joaquín Peña-Toro, pintor granadino que ha participado este verano en la exposición colectiva Acordes II, que celebra el XX Aniversario de la Asociación de Amigos de la OCG, una apuesta por la interacción entre disciplinas.

Joaquín Peña-Toro es un artista como se puede imaginar que serían los otra época. Se presta a fantasear imaginándolo en conversación Lorca o Gómez Moreno. Profundo conocedor de la cultura y la sociedad granadina, el pintor impregna de arquitectura su trabajo.

-¿Es posible sobrevivir profesionalmente como artista en Granada?

-Siempre he pensado que en Granada el arte puede ser tu modus vivendi, pero estableciendo una red de distribución y de mercado en el exterior. Ni el coleccionismo ni las actividades públicas sustentan la vida profesional del arte en Andalucía. Indudablemente Granada cuenta con el talento artístico y humano, pero las instituciones y el mercado, que fue incipiente no hace mucho, han desistido. La falta de organización entre artistas también es un problema. Actualmente está en crecimiento la Unión de Artistas Visuales Andaluces (UAVA), puede ser un primer paso que se debió dar hace tiempo.

-Le conocí a través del proyecto cultural independiente TRN ¿Cómo percibe el panorama del arte independiente y el institucional en Andalucía y en concreto en Granada?

-No puedo ser muy optimista. Proyectos como el laboratorio artístico TRN, con una clara línea de comisariado e independiente, han demostrado que se puede hacer sin grandes medios una gran labor cultural. Pero parece que tras el efecto Guggenheim las instituciones y sus políticas culturales han puesto más interés en los contenedores que en los contenidos. En nuestro entorno cercano por ejemplo, el centro de la Fundación Caja Granada ¿es un gran centro por sus ideas, programación y dotación presupuestaria o por los metros cúbicos de cemento?

-En sus últimos trabajos esta presente esta forma de trabajar con la pintura como un elemento no independiente ¿Busca tratar la pintura como un elemento artístico más amplio, quizás atmosférico?

-Me siento fundamentalmente pintor, pero la realidad es que se englobaría en "pintura y alrededores". Mi punto de partida es la pintura, pero bien es verdad que disfruto ampliándola con los tics de la fotografía o al mezclarla con otros lenguajes que completan su sentido. La voz era en Suite Sinatra el hilo conductor por los espacios residuales de la arquitectura, ya fuera en Torremolinos o en Nueva York. La exposición se convirtió en libro con Bandaàparte Editores y con ellos he ampliado los formatos en los que trabajar. Recientemente trabajé en Acordes II: una exposición colectiva que José Vallejo ha comisariado para celebrar el XX aniversario de la Asociación de Amigos de la OCG. En el cuadro, Acúfeno, he colaborado con el compositor Rubén Jordán, que ha compuesto una pieza musical integrada con la pintura; ambos hemos enriquecido nuestros lenguajes.

-La arquitectura está muy presente en su obra ¿Qué papel juega?

-La arquitectura, lo construido, es fundamental en mi trabajo, un elemento mediante el que estructuro mis cuadros, me interesa como ordena los "sucesos pictóricos" sobre el soporte. Por otro lado lo social de lo construido, aunque no se manifieste de modo obvio, recoge el paso de lo vivido, la acumulación de emociones. En la mayoría de los casos se trata de espacios que conozco y a los que, incluso, me une un vínculo biográfico. Mis afinidades tienen en cuenta lo visual más que lo estético pero suman una capa más que comparto con quienes habitaron esas construcciones.

-Es muy interesante el lado improvisado de los encuadres, casi fotográfico, nada romántico, ni compositivo, con cierto carácter de "puerta trasera" ¿esos paisajes hablan de la sociedad que los habita y los construye?

-Me interesa observar la distancia que la realidad ha impuesto a los ideales de la modernidad, cómo ha flexibilizado sus objetivos y los ha adaptado al uso cotidiano. Imagino que es un escepticismo propio del tiempo postmoderno que me ha tocado pintar.

Sin embargo, no soy pesimista. Esos desfases que constato han dado paso a nuevas transformaciones espontáneas que me atraen porque no están exentas de valor.

-Colaboró con nosotros en el proyecto de rehabilitación de la Gran Vía. Con la importancia que da a la arquitectura en tu trabajo ¿Cómo afronta trabajar sobre una realidad arquitectónica?

-Me interesa la arquitectura en toda su complejidad, incluso en el apartado en el que yo me sumaba a vuestro trabajo en un terreno más superficial o decorativo, que yo entiendo no como un elemento residual sino de categoría artística, ligada a ciertas tradiciones artesanales. Vuestro proyecto me atrajo desde el principio. Estaba deseando disfrutarlo como espectador. Imaginé de inmediato la fotografía que, meses más tarde, reflejaba la belleza de esos espacios.

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