Actual

Pasión Vega se tatúa el cancionero de Carlos Cano

  • La cantante presenta en el Auditorio del Generalife su disco dedicado al fallecido cantautor granadino ante más de 1.500 espectadores

Cuando era una niña, Pasión Vega tarareaba María la portuguesa en el casete del Seat 1500 de su padre cuando regresaba los domingos de la playa. La cantante malagueña actualizó ayer este recuerdo familiar para interpretar uno de los grandes himnos de Carlos Cano en el Auditorio del Generalife, una actuación en la que demostró que es una de las pocas elegidas para cantar el impagable cancionero del granadino sin que parezca impostado y oportunista. No se conocieron en vida, apenas se cruzaron cuando Pasión Vega comenzaba en el mundo de la música, pero ayer demostró que, junto a María Dolores Pradera o Martirio, es de las pocas que saben acariciar estas canciones con la verdad del amor verdadero. Y aunque bordó cada una de las canciones del autor de las Habaneras de Cádiz, sorprendió cuando cantó La reina del blues, un tema del disco de 1994 Forma de ser que le sienta como un guante, como si el propio granadino le hubiese hecho un traje a medida a la cantante del flequillo rubio platino.

Pasión Vega canta, como Carlos Cano, desde los confines del corazón, desde el desgarro que acaba convirtiéndose en una mariposa. La malagueña, que tiene una de las sonrisas más exuberantes del panorama musical, contrasta con Carlos Cano, que solía sonreír con los ojos. Pero ayer demostró que es de las pocas que han entendido el gran trabajo que el granadino comenzó en las postrimerías de su carrera, la dignificación de un género tan hermoso y tan vapuleado como la copla. La artista consiguió llenar el Auditorio del Generalife en el concierto más especial de la gira de presentación de su disco Pasión por Cano, del que interpretó buena parte de sus canciones además de nuevos temas como Soy del Sur, del compositor gaditano Martínez Ares.

Los músicos de la Sinfónica de Málaga se fueron sentando con el sonido ambiental de las olas del mar y sonó la voz grabada de Carlos Cano: "No hay nada más importante que querer y que te quieran". En ese momento apareció en el escenario Pasión Vega para comenzar con la impagable Danzón del corazón, el segundo single del disco homenaje al granadino, en el que dejó claro desde los primeros compases que la noche no se trataba de un karaoke para reproducir los temas de Carlos Cano al milímetro.

Pasión Vega no hizo un 'Bob Dylan' y a las primeras de cambio saludó a su público granadino y habló del gran protagonista de la noche: "Hizo subir a canción, puso en ella el corazón y por eso es inmortal". La malagueña a continuación recogió un mantón de manila del suelo sobre el que se proyectó la imagen el artista granadino.

A partir de ahí, Vega fue interpretando con exquisitez temas como Alacena de las monjas,Las murgas de Emilio el Moro, Sonata de la luna en Marrakech o las insustituibles Habaneras de Cádiz y María la portuguesa, que susurró mecida por un ritmo de fado jazzístico.También el Tango de las madres locas, una canción que Cano escribió sobre las abuelas de la Plaza de Mayo y que ya llevó al flamenco Marina Heredia con un resultado sorprendente. Pasión Vega la interpretó acompañado de un acordeón en una fase minimalista del concierto en el que estuvo arropada por la Orquesta Sinfónica de Málaga.Y cómo no, la copla que Carlos Cano aireó para que perdiese el olor a naftalina y que la cantante abordó La bien pagá, clásico que Pasión Vega fue de las primeras en abordar sin la bata de cola que durante décadas fue atrezzo imprescindible para adentrarse en el repertorio de compositores como Quintero, León y Quiroga.

También brilló en el pasodoble Dormido entre rosas, dedicado a Miguel de Molina, donde la Sinfónica de Málaga volvió a demostrar su complicidad con la artista. La malagueña de la voz infinita también interpretó temas como Aires de cuna, el que escribió como una nana para sus hijas Amaranta y Paloma. Claro, Pasión Vega, que es madre de una niña a la que canta en Tan poquita cosa, no tuvo ningún problema, como en todo el concierto, en meterse en la piel del cancionero del granadino, en tatuarse en directo toda la poesía de sus versos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios