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Alfredo Aracil deja su 'retiro' con el Premio Nacional de la Música

  • El compositor, que dirigió el Festival de Música y Danza durante ocho años, destaca esta etapa como uno de los grandes momentos de su vida

Alfredo Aracil es un compositor que lleva décadas instalado en el punto más alto a nivel internacional. Pero durante ocho años se metió de lleno en la gestión cultural para dirigir el Festival Internacional de Música y Danza de Granada. Lo dejó en el año 2000, "agotado", pero es una de las caras que vuelven cada verano a la Alhambra y que, en la próxima edición, lo hará como Premio Nacional de la Música 2015, un galardón que se dio a conocer ayer y que también distingue a la mezzosoprano María José Montiel. "Siento que es un premio puro, para otros puede ser un espaldarazo para abrir nuevas oportunidades, pero yo llevo ya bastante tiempo un poco alejado del mundanal ruido, así que este premio es como una llamada de atención para decirme que, aunque esté en mis cosas, también formo parte del mundo y tengo que recuperar de alguna manera mi faceta más pública", explicó ayer a este diario el músico que, sin ir más lejos, afianzó aún más su relación con la ciudad en 2014 con el estreno de la canción Tiranilla y boleras en el Palacio de Carlos V.

Alfredo Aracil dejó el Festival para poder continuar su carrera más personal y "sin estar pendiente de los vaivenes del éxito y el fracaso", simplemente componiendo por el gusto de estrenar las obras. "Todo lo que me trae Granada son buenos recueros, no tengo ninguna espina clavada. Me impliqué mucho porque era una aventura muy bonita y me apasionaba, pero yo no quería la rutina de lo convencional, prefería vivir un romance apasionado con la ciudad, con una fecha tope. Y lo hice bien porque el recuerdo que tengo de esta etapa es de lo más bonito que me ha pasado en la vida", continúa un músico que recuerda como uno de los momentos más especiales de su aventura granadina el fastuoso estreno de la Atlántida de La Fura dels Baus. En lo personal, Aracil se queda con un momento más íntimo, cuando puso en marcha un ciclo de conciertos abiertos para el público. "Recuerdo a mucha gente que al entrar y al salir me daban las gracias por hacer este tipo de cosas. Mi Festival era esto, el riesgo de las nuevas apuestas y buscar con verdadero amor que la gente pudiera disfrutar de la música", recuerda.

Nacido en Madrid en 1954, desarrolla una extensa y polifacética carrera. Como intérprete, antes de decantarse definitivamente hacia la composición, fue cofundador del Grupo Glosa con el que actuó, durante 1975 y 1976, en la interpretación de músicas abiertas. A ello se suman esporádicas colaboraciones con el Grupo Koan y el Conjunto Instrumental de Madrid.

También es notable su aportación crítica y teórica en el campo de las artes plásticas y de la música, así como su labor en el ámbito de la difusión y la gestión cultural.

El estreno, en 1975, de su primera obra, Nocturno, supone el inicio de una fecunda actividad como compositor. Sus composiciones han sido programadas en ciclos y festivales internacionales y, del extenso catálogo de sus obras, destacan por su proyección internacional, entre otras, la Sonata Los Reflejos, el drama musical radiofónico Punta altiva (El sueño de Ícaro) o su primera obra orquestal estrenada en el Teatro Real: Las voces de los ecos.

Además, el 15 de octubre de 2015 estrenará en el Teatro del Museo Universidad de Navarra la ópera sin voces Siempre/todavía para piano y finalmente tiene previsto estrenar el 24 de noviembre en el Auditorio de la Diputación de Alicante su obra Praeludium para violoncelo solo, por encargo del Centro Nacional de Difusión Musical del INAEM.

Por último, el hombre que dejó un recuerdo imborrable en Granada resalta que aceptará este premio porque no siente que le sea concedido "por ningún Gobierno, ni ministro", sino que es un galardón entregado por "una serie de personalidades reunidas en torno a la mesa". "Y la pregunta de si me siento español me parece tan tonta que ni la voy a responder", concluye con humor un compositor que tiene a Granada como uno de los puntos cardinales de su trayectoria profesional y personal.

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