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Una exposición que sólo muestra experiencias

La performance irrumpió en los museos en los años 60. Esos nuevos comportamientos artísticos querían romper la concepción tradicional del arte como algo estático para que pasarse a ser algo que se viviese, una correspondencia con la vida. Aquél género que bebió del teatro fue perdiendo fuerza hasta que en los 90 volvió a ponerse de moda para alcanzar su máxima plenitud ya en el siglo XXI. Pero como explica Francisco Baena, director del Centro José Guerrero, a lo largo de ese tiempo cambió el mundo cambió radicalmente y eso dio lugar a un nuevo tipo de manifestación artística que se llamó ya performance extendida y que incluye ya nuevos discursos como el de las concepciones teatrales más avanzadas. Un ejemplo de esas nuevas performances extendidas llegó anoche en el espacio expositivo que dirige Baena, que esta nueva etapa post Yolanda Romero trata de seguir siendo un referente en la vanguardia artística de la ciudad.

A partir de las seis de la tarde y durante cuatro horas los visitantes del centro de la calle Oficios descubrieron las sorprendentes propuestas de Bastard Scene, un seminario que surge de la colaboración del Centro Guerrero y el Master ARTEPI .

El seminario, coordinado por Miguel Ángel Melgares, se ha celebrado en dos actos. El primero fue el 11 al 16 de junio, en la Facultad de Bellas Artes. Allí, un total de 18 participantes sentaron en esa primera etapa las bases más conceptuales, ideológicas y formales del proceso creativo posterior.

A lo largo de este verano han estado puliendo sus propuestas, que mezclan las artes visuales y las escénicas.

"Pedimos la posibilidad de hacer la segunda parte en el Centro José Guerrero y Francisco Baena en seguida estuvo de acuerdo", explica Melgarés sobre este "segundo acto" del seminario, que se ha desarrollado desde el pasado viernes 2 de octubre hasta ayer, cuando se mostraron al público los resultados.

Y el colofón del vanguardista seminario no ha sido otra cosa que un Centro José Guerrero lleno de performance expandidas. "Nos pereció muy interesante tanto el museo como su pasado histórico como antigua imprenta del periódico Patria", explica Melgarés, quien detalla que a partir de esa premisa se han elaborado una propuestas muy simples pero también muy conceptuales

Partiendo de unos trabajos impreso, una especie de hojas de sala, se han propuesto varias formas de visita por el museo. "Unos recorridos temporales, con una serie de acciones que se desarrollan en un tiempo específico. Otros duracionales, con performance que se prolongarán las 4 horas. Y otros transvesales".

Entre las acciones concretas, hay acciones individuales con los visitantes para que se lleven, a modo de souvenir de la Calle Oficios, una experiencia en vez de un objeto. Por ejemplo, una artista enseña a cada uno con los visitantes el mapa de sus siete tatuajes de su cuerpo. Otros jóvenes, en cambio, han elaborado una creación musical a partir de los ruidos de las maderas del Centro. Cualquier cosa es buena en esta muestra en la que más que ver, el público experimenta.

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