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Los libros de rock, un valor en alza (I)

  • El mundo editorial se ha entregado sin mesura a todo tipo de biografías, ensayos y obras literarias firmadas por figuras de la escena musical

Decía el lenguaraz Frank Zappa que escribir sobre música era como bailar sobre arquitectura, una forma llamativa de cargarse de un plumazo toda la literatura musical, y en particular la dedicada al rock que, más que descalificar a su autor (un provocador irredento de frases lapidarias como aquella que decía que follar con condón era como lavarse los pies con calcetines) lo sitúa como el iconoclasta más irreverente del rock, siempre a contracorriente, presumiendo de no tomar drogas durante la era hippy, con el LSD en plena expansión. Se esté o no de acuerdo con Zappa, lo cierto es que los libros sobre rock han vivido una explosión en los últimos años y se revelan como un valor seguro para las editoriales, que incluso gastan su dinero en campañas promocionales anunciando sus nuevos lanzamientos. Así Cúpula, una subsidiaria de Planeta, manda a los medios una nota de prensa con sus nuevas biografías de Bruce Springsteen, Red Hot Chili Peppers y U2, haciéndolas coincidir con las cuatro fechas consecutivas que estos últimos que acaban de ofrecer en Barcelona, como haría una discográfica con el último álbum de cualquiera de ellos. Se trata de libros profusamente ilustrados, especialmente pensados para fans incondicionales en busca de la imagen inédita con la mayor calidad fotográfica, una especie de libro objeto abundante en material facsímil, flyers, entradas, acreditaciones… incluso alguna letra manuscrita.

Ideal para fetichistas y gente muy fan de su artista, en esta categoría encontramos, producto de la misma editorial, una buena muestra con libros como Los tesoros de Eric Clapton de Chris Welch, Black Sabbath de Paul Elliott, ambos veteranos periodistas británicos, o Metallica. El origen del thrash metal de Jerry Ewing, menos digerible por su estilo algo tosco y una traducción mejorable. Otros libros que seducen por el ojo, en los que prima lo visual sobre lo textual son, precisamente, Bailar sobre arquitectura, un ensayo de Javier Panera sobre la relación entre arte y rock repleto de portadas, o el mismo Rock covers de Robbie Busch, cuyo título lo dice todo. En esa línea aprovecha nuestra fascinación por la muerte The Beat Goes on, Almanaque de los músicos muertos, de título igualmente explícito. O los que aprovechan la plasticidad seductora del jazz para ofrecer una suntuosa selección de portadas del más legendario sello del género, Blue Note: uncompromising expression de Richard Haven, o la recopilación de fotos de temática jazz de Esther Cidoncha, When Lights are low. Mención aparte merecen dos obras singulares: el salvaje Keith Richards nos muestra su cara más tierna y humana con Gus y yo, un libro ilustrado a medias con su hija en el que Mr. Riff rememora como su abuelo le inculcó el amor por la guitarra, no con ningún blues incunable, sino con la españolísima Malagueña. El otro se llama Outlaw Pete y viene firmado por un tal Bruce Springsteen & Frank Caruso. Se trata de una historieta dibujada por el segundo basada en las canciones del primero, del que es fan confeso el dibujante.

No se puede cerrar la categoría de libros para degustar con los ojos sin hablar de Björk: Archivos, un artefacto surgido a raíz de una exposición retrospectiva que se expuso en primavera en el MOMA de Nueva York, y que volverá locos a los fans de la islandesa. Algo similar, aunque mucho más modesto, es La cobla patafísica 2015-2001 del grupo Cabosanroque y que también es consecuencia de una exposición. Por supuesto, tampoco faltan los clásicos libros con letras de canciones: Antología poética del rock de Alberto Manzano, seguramente el más prolífico de los traductores del rock, Ian Curtis. En cuerpo y alma. Cancionero de Joy Division y hasta El mundo no es chato, una antología de textos de Caetano Veloso. Mención especial para La forma d'un sentit. Les cançons de Mishima comentades per l'autor del catalán David Carabén en su idioma.

Con todo, probablemente el modelo más abundante sea el de la biografía escrita por un especialista en la que la parte gráfica es accesoria y el texto es el protagonista. En esta temporada hemos recibido una sobre Mick Jagger a cargo de Philip Norman, todo un clásico biógrafo rock, y otras muchas de grandes estrellas internacionales. Leonard Cohen. Todo el mundo lo sabe de Harvey Kubernik, Snakes! Guillotines! Electric chairs! de Dennis Dunaway sobre Alice Cooper, The Voice that sailed the Zeppelin de Dave Thompson sobre Robert Plant, Nick Cave & The Bad Seeds. Compartiendo las semillas en el que Jorge Alonso hace un profundo análisis de la obra del australiano más allá de los biográfico, Patti Smith. Caballos para la eternidad de Juan J. Vicedo, el magnífico Johnny Cash: apocalipsis y redención de Eduardo Izquierdo, Lou Reed. The last interview, en el que se recopilan algunas conversaciones con el autor de Walk on the Wild Side, el inevitable Bob Dylan con La trilogía del tiempo y del amor de Eduardo Izquierdo, Yes con Los sonidos del camaleón de Jordi Planas y R.E.M. con La eternidad en tres minutos del prolífico Marcos Gendre, un autor que solo en curso pasado ha firmado biografías, aunque en breves ediciones, de Sex Pistols, The Smiths, The Clash, Joy Division, Parálisis Permanente y Vainica Doble. Y no solo las rock stars son objeto de análisis. A KLF dedica John Higgs Caos y magia. La banda que quemó un millón de libras, la muerte del cantante de INXS se cuenta en El hombre que mató a Michael Hutchence, y hasta una banda de culto como The Pastels ven publicada su biografía en castellano, The Pastels. A través de tu corazón de Antonio Navarro Ros. Dos curiosidades: En AC/DC FAQ Susan Masino trata de responder a las preguntas frecuentes sobre el grupo heavy, y en Leyendo a los Rolling Stones Mariano Muniesa repasa la abundante bibliografía sobre la banda de rock.

Entre los artistas nacionales destacan las tres biografías de las que son probablemente las tres figuras más relevantes del flamenco de los últimos años: Un rockero llamado Morente de Fernando Becerra Ramírez, Camarón de la Isla. El dolor de un príncipe de Francisco Perejil y Paco de Lucía. El hijo de la portuguesa de Juan José Téllez. Pero no son los únicos. En Get on your knees Alejandro Ramos nos sumerge en la vida de Los Canarios de Teddy Bautista, con El comptador d'estrelles Donat Putx hace lo propio sobre Jaume Sisa, y Jordi Tormo sobre Ovidi Montllor en Un obrer de la paraula, estos dos últimos en catalán. De viaje por Los Planetas reúne desde Granada testimonios de gente cercana, y hasta grupos tan minoritarios como Doctor Divago o ¡Los Eskizos! (que en vida apenas llegaron a publicar un ep) son objeto de su preceptiva revisión. De las más llamativas son la que rescata la figura de Andrés Do Barro u otro libro cuyo título explica su objeto de estudio: Más de un metro cuadrado de cielo propio. Mujeres en la escena actual asturiana.

Un verdadero aluvión de información pop y rock que contrasta con las últimas décadas de S. XX, cuando encontrar literatura rock en castellano era una labor ardua. Ahora incluso los propios protagonistas parecen haber cambiado las cuerdas por las teclas y abundan los libros de memorias. Ni siquiera el Zappa contrario a escribir sobre música pudo evitar sucumbir a la corriente de rockeros metidos a escritores y acabó por entregar su autobiografía. La verdadera historia de Frank Zappa, fue escrita en 1989 y solo el año pasado Malpaso puso en circulación la versión en castellano, convirtiendo el libro en uno de los hitos de la temporada. Neil Young, tal vez como reacción a la que ha publicado su denostado biógrafo, se ha despachado con dos libros de memorias: Mi vida al volante y Memorias. El sueño de un hippy. También están Willie Nelson, con It's a long story, el Sex Pistols John Lydon con La ira es energía, Marky Ramone con Punk rock blitzkrieg. Mi vida en Los Ramones, el líder de Mötorhead, Lemmy con La autobiografía, Pete Townsend con Who I Am o la bajista de Sonic Youth, Kim Gordon con La chica del grupo. En El arte de pedir Amanda Palmer, integrante del dúo gothic punk The Dresden Dolls reflexiona sobre el crowdfunding al tiempo que cuenta su experiencia, y en Ian Curtis: en cuerpo y alma es un ensayo de John Savage y el prólogo de su viuda Deborah Curtis lo más interesante de un exhaustivo repaso a las canciones del líder de un grupo que definió los ochenta a pesar de no alcanzar en vida ni medio año de existencia.

De máximo interés para los aficionados al rock es, aunque su autor no sea músico, LSD Flashbacks del gurú del ácido Timothy Leary. E igualmente inclasificable es Daniel Johnston por Daniel Johnston, compendio de escritos del más genial de los inadaptados. Entre los músicos patrios también se publican libros de memorias. En Rocker Marco Antonio López, miembro de Nu Niles, repasa la historia de la escena rockabilly de Barcelona desde sus inicios, y en Electricidad revisitada es el ex Gabinete Caligari Edi Calvo el que cuenta su vida. Su compañero de grupo, Jaime Urrutia, también recoge en Canciones para enmarcar sus predilecciones a partir de su selección para el programa de la Cadena Ser La Ventana. Y hasta una figura del underground como la pinchadiscos Marta Fierro, conocida como Eme Dj, se desmarca con un libro entre el manual de autoayuda y el testimonio personal, Mamá, quiero ser dj.

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