Nieves Herrero. Periodista

"Luis Miguel se fue a por whisky y lo contó a la mañana siguiente"

  • 'Como si no hubiera un mañana', de esfera libros, es la historia de un romance mítico, el de Gardner y Dominguín, y un retrato de la España de los años 50

Como si no hubiera un mañana, el título de la última novela de Nieves Herrero, hace referencia a una pasión sin freno que forma ya parte de la historia, la de Ava Gardner y Luis Miguel Dominguín, pero también al estilo vida de toda esa clase social que surgió en la posguerra, aquella que mientras la mitad de la población pasaba hambre se dedicaba a ir de fiesta en fiesta, de tertulia en tertulia y de tablao en tablao. Ese es el retrato de la España de los cincuenta que la periodista ha sabido tejer a través de la saga de los Dominguín y el romance de uno de ellos con una de las grandes divas del séptimo arte, que ayer se presentó en Granada.

-Además de todo el glamour de la época dorada del cine. ¿Qué tiene una figura como la de Ava Gardner?

-Hay muchas actrices, pero pocas estrellas. Ella es una, creo que es una de las grandes, y de la época dorada del cine. Lo que la hace diferente es que en un determinado momento se enamoró de España, de los españoles. Le encantó el flamenco, era su banda sonora desde los años 50. En el año 53 cuando, cuando conoció a Luis Miguel, se olvidó de su pasado, decidió vivir primero aquí y luego a Londres, pero ya no regresó a Estados Unidos.

-¿Qué fuentes ha consultado para retratar este romance histórico?

-He estado trabajando en la documentación de esta obra alrededor de dos años y medio. Además de leer un montó de cosas, documentación, libros de hoy y del pasado, siempre intento averiguar si queda alguien vivo relacionado con ellos. Empiezas a localizar personajes, los conocer, los entrevistarles, les consultas constantemente. Eso es muy importante hablar con la gente para contar algo que no venga en ningún otro libro.

-¿Quién ha sido esa gente que ja conocido y le ha ayudado?

-Me he encontrado amigas de Luis Miguel, con amigos de Ava, y un fotógrafo taurino que es el que más información me ha dado: Francisco Cano, Canito. Él ha sido mi Biblia.

-Cuando empezó el romance con Luis Miguel, ¿ella había roto definitivamente con Frank Sinatra o en una relación con tantos altibajos volvieron otra vez a estar juntos?

-No había roto con Frank Sinatra pero llega a España con la decisión tomada. Llevaba sólo dos años casada pero tiene la sensación de que su matrimonio está roto. Ahí es cuando conoce a Luis Miguel. Ella da por finiquitado su matrimonio, pero el problema es que Sinatra era como una especie de encantador de serpientes. En cuanto la llamaba, le cantaba por teléfono, otra vez volvían a empezar. Ella no iba a Estados Unidos pero él venía. Tenía otra vez una segunda luna de miel, pero terminaba en desastre. Lo intentaron después del 53 porque eran como el Guadiana. Pero con el matrimonio muerto, la amistad con Sinatra duró siempre.

-¿Y cuál fue el motivo de la ruptura con Dominguín?

-Nunca hubo una ruptura total porque su relación siempre fue de amistad apasionada. Ellos no se comprometieron a nada, eran libres. Pero cuando a Luis Miguel le empieza a apremiar el deseo de formar una familia, ella no estaba preparada porque acaba de divorciarse. Entonces Luis Miguel conoce de repente a Lucía Bosé. Empieza a intentar conquistarla y a los cinco meses se casa. Llamó a Ava diciéndole lo que pasaba y ella se quedó un poco sorprendida.

-Contraer matrimonio tras cinco meses de noviazgo tampoco parecía previsible en él.

-Luis Miguel iba de escándalo en escándalo. Una chica, hija del Duque de Pinohermoso, se fugó de casa para irse con él y el padre puso una denuncia. Aquello fue tremendo porque era mancillar el nombre de una niña bien. Luis Miguel picoteaba aquí y allá. Era la reencarnación del Don Juan, la persona que mejor ha representado ese papel en España. Si algo le atraían eran los toros y las mujeres. Y eso que él decía que toreaba porque estaban las mujeres en el tendido.

-Pero el gran amor de Gardner fue Sinatra.

-No sé poner en la balanza. Yo creo que ella se arrepintió muchas veces de no haber dado el paso con Luis Miguel. Aunque es cierto que Sinatra fue el que estuvo más obsesionado con ella, tanto que intentó suicidarse dos veces cuando ella decía de divorciarse, porque aquella relación ya era muy obsesiva. Incluso quien la ayudó cuando Ava estaba ya mayor, no rodaba y se había gastado todo su dinero, fue Sinatra.

-¿La anécdota famosa de la primera noche Gardner-Dominguín de "dónde vas ahora", "dónde voy a ir, a contarlo", es cierta o una leyenda urbana?

-Mitad cierta y mitad leyenda. Él le dice eso a Ava en broma y se va es a por una botella de whisky, sube a por ella, y siguieron durante toda esa noche. Pero al día siguiente, cuando se ve con sus hermanos y su cuadrilla y le preguntan por lo que había ocurrido, comentó la anécdota. Luego esta fue circulando de boca en boca. Incluso yo se lo pregunté y él no lo negó, sólo se echó a reír. No era de contar sus hazañas en el dormitorio. A sus amigos sí, pero no a los periodistas. Él no iba presumiendo o podía haberse puesto medallas de mujeres como Romy Schneider, Lana Turner, Sofía Loren, Rita Hayworth... Podía haber empezado a contar y no parar.

-Cree que hay alguna actriz o famosa ahora que pueda compararse a Ava Gardner, tan libre y tan pasional.

-Espera que piense... Así de potente... No. Yo creo que aquellas mujeres de la meca del cine fueron irrepetibles. Ese tipo ya no se da hoy. Hollywood se portó muy mal con ellas. Les puso muchas trabas para que se casaran, para que tuvieran hijos. El cine se convirtió al final en sus vidas y eso no las satisfacía. Ahí están Marilyn Monroe, Rita Hayworth... mujeres depresivas que se daban cuenta que había dejado muchas cosas en el camino, que dejaron de ser ellas para ser iconos de algo que era muy efímero y eso les pasó factura. Vivían fuera de sus casas, en hoteles, y las ausencias las pagaban con la bebida. Las actrices de hoy tienen claro que su vida personal cuenta y son muy celosas con ella. Aquellas mujeres vivieron por y para el cine, las sacaban de la nada y las explotaban al máximo.

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